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Rodante y efímero: una historia visual de las chivas en Colombia

Estas fotografías de Carlos Pineda forman parte de 'Chivas: arcoíris del camino', un libro de Pineda con la participación de José Navia Lame (escritor), Santiago Escobar-Jaramillo (editor) y Sebastián López U. (diseñador).

Carlos Pineda*
2 de marzo de 2019
En el campo hay mucha gente analfabeta que solo distingue la chiva por su decoración, por su color. Dicen: “Si con la mula se conquistaron muchas tierras en Colombia, la chiva las colonizó”. Foto: Carlos Pineda.

El camión escalera, conocido popularmente como “chiva”, “línea” o “escalera”, es un vehículo imprescindible para la economía campesina colombiana. Sin él, para la gran mayoría del campesinado sería imposible movilizarse y sacar al mercado sus productos agrícolas, pues son los únicos vehículos que se atreven a andar por las carreteras terciarias de Colombia. Además de su utilidad, la chiva es uno de los símbolos de nuestra identidad.

Chivas: arcoíris del camino es el resultado de una investigación cuidadosa sobre una tradición arraigada e insospechadamente exuberante, cuyas más notables expresiones se han dado en los departamentos de Antioquia y Caldas.

Quise hacer este libro porque el mundo de las chivas muestra rasgos poco conocidos de la cultura rural de nuestro país. También quería mostrar la chiva como un ícono nuestro, de la Colombia campesina, y visibilizar a una serie de pintores que desde finales de los años cincuenta del siglo pasado se ha dedicado a hacer de estos vehículos obras de arte rodante y efímero.

El propietario escoge al pintor y le da casi plena libertad para que haga sus ornamentaciones, y los pintores aplican su conocimiento empírico, tanto en el uso del color como en la complejidad de la ornamentación, los principios ordenadores y la disposición en el espacio. Usan el pincel, el compás y la regla para la realización de la obra. No usan bocetos, apuntes o muestras; solo para la pintura del maletero, que está en la parte trasera de la chiva, usan gráficas populares, muchas de ellas tomadas de las famosas láminas Molinari. Se puede hablar de dos estilos en la pintura de las chivas. El primero es el “andino”, del suroeste antioqueño, cuyo máximo representante fue Alejandro Serna. Hoy sus hijos Humberto y Alejandro siguen con la tradición. El otro estilo es el del “oriente”, del oriente antioqueño, cuyos máximos representantes han sido Albeiro Tamayo (Gallina) y Jorge Arnoldo Betancour (Tarzán), ya fallecidos. Hoy, Huber Martínez Cardona (Pingüino), Jorge Tabares (Muñeco) y Alberto Ocampo (el Capo) continúan con ese legado. Existe un tercer estilo, una mezcla de los dos primeros, que se está imponiendo en la región.

También hay chivas en Cauca, Nariño y Putumayo, que son decoradas de manera diferente, y en el Huila y Caquetá, pero sin ninguna decoración.

Al conocer que existían pintores de chivas, cambié la forma de verlas. El tema exigía mucha información y disciplina, más de las que asumí al principio del proyecto. Por eso empecé a fotografiarlas de manera frontal, dándoles primacía a las formas, los motivos, la imagen en su versión más unidimensional y geométrica. Me cuidé de no fotografiar varias chivas al tiempo, pues cada chiva es única, no hay dos iguales, y reconocer el estilo de cada pintor no es cuestión de un día. Existen muchas diferencias en el trazo, el uso del color, los aspectos formales de la imagen.

En el campo hay mucha gente analfabeta que solo distingue la chiva por su decoración, por su color. Dicen: “Si con la mula se conquistaron muchas tierras en Colombia, la chiva las colonizó”.

Por último, este libro me permitió explorar la historia del transporte en Colombia, sobre todo a partir de comienzos del siglo pasado. ¿Cómo llegaron los primeros automotores al país? ¿Cómo ha sido el proceso evolutivo de las vías en Colombia? Conocí áreas rurales del país y aprendí sobre el mundo campesino, sus relaciones, sus gustos, sus anhelos. Vine a conocer otra Colombia, y a saber que mientras existan vías terciarias existirán las chivas, que han sobrevivido a los pasajes más oscuros de la violencia política en Colombia, hasta servir para transportar a los exmiembros de las Farc tras el acuerdo con esa guerrilla. Las rutas de estos vehículos trazan lo que fueron las rutas de la violencia, hoy convertidas en rutas de paz.

*Carlos Pineda es colombiano. Estas fotografías suyas forman parte de Chivas: arcoíris del camino, un libro de Pineda con la participación de José Navia Lame (escritor), Santiago Escobar-Jaramillo (editor) y Sebastián López U. (diseñador).