Arte

Talentos extraordinarios

Iris Halmashaw, Stephen Wiltshire y Michael Madore tienen en común un trastorno neurológico que afecta su capacidad de interacción y socialización con los demás. Además del autismo estas tres personas comparten un talento extraordinario en el arte.

RevistaArcadia.com
7 de octubre de 2014, 12:00 a. m.
Iris Halmshaw

Diagnosticado en 1 de cada 68 niños, el autismo es una enfermad neurológica que afecta las capacidades sociales de los individuos. Determinada por un déficit del desarrollo, la enfermedad afecta la comunicación, la planificación y la capacidad de socialización de las personas. Aunque el trastorno tiene varios rasgos comunes entre quienes lo padecen, existen distintos niveles de profundidad, y aún dentro de dichos niveles cada caso presenta unas particularidades específicas.

 El autismo, si bien afecta las habilidades de comunicación e interacción de las personas, existen diferentes medios de potenciar sus habilidades sociales. El arte, la música, el teatro y los deportes son algunas de las actividades que ayudan a los individuos con este trastorno, a relacionarse con los demás y a mejorar su condición neurológica. Arcadia rescata tres historias sorprendentes sobre diferentes personas, que padecen la enfermedad, y que han logrado expresarse a través del arte.

Iris Halmashaw

Con tan solo cinco años, Iris Halmashaw es una de las artistas más jóvenes del Reino Unido. No puede hablar pero se expresa a través de su arte. Sus padres descubrieron su gusto por la pintura hasta hace unos pocos meses y ya ha vendido varias de sus obras a importantes coleccionistas de Europa, Asia y Estados Unidos. Como si esto fuera poco la pequeña mostrará su trabajo en una exposición individual en Londres en la que se subastarán algunos de sus cuadros. El dinero recaudado servirá para apoyar organizaciones que se especializan en casos de niños con autismo en el Reino Unido.

 

 Stephen Wiltshire

Representaciones realistas, vistas de ciudades y paisajes urbanos conforman la obra de Stephen Wiltshire, un inglés de 40 años, diagnosticado a los tres años con autismo. Wiltshire fue enviado a los cinco años a Queensmill School en Londres, donde se observó que el único pasatiempo que disfrutaba era el dibujo. Con el tiempo se hizo evidente que el joven se comunicaba con el mundo a través del lenguaje del dibujo y el arte. Primero empezó representando animales, después los autobuses de Londres, y finalmente los edificios. Estos dibujos muestran una perspectiva magistral y revelan un talento artístico innato.

 

Michael Madore

Antes de ser diagnosticado con Asperger, Michael Madore había sido tratado como un paciente con síndrome de Tourette, depresión y ansiedad. Cuando creció se dio cuenta que él no encajaba en ninguna de esas definiciones y que por el contrario tenía un gran talento para las artes visuales. Cuando era niño, Madore dibujaba mapas y diagramas de ciudades, interés que fue cambiando con el paso de los años y posteriormente se interesó en los dibujos animados, las listas de reproducción de radio y las estadísticas meteorológicas. En la universidad se especializó en historia del arte, y se centró en la iluminación de manuscritos medievales y del siglo diecinueve. Madore ha trabajado diferentes temáticas que muestran una exploración de técnicas y temas atados a sus intereses y a su particular manera de entender y captar la realidad.