BOGOTÁ

Haga cuentas: ¿por qué suben las tarifas de Transmilenio y el SITP?

Semana.com analiza los argumentos que entregó el Distrito para justificar las alzas en las tarifas. Detrás de los números se revela la crisis del sistema.

15 de marzo de 2017
La tarifa troncal subirá $200 y la zonal $300, desde el 1 de abril. | Foto: Archivo SEMANA

Dos decisiones claves se tomaron esta semana sobre el Sistema Integrado de Transporte de Bogotá: el Distrito aumentó las tarifas y las Superintendencia de Sociedades dio vía libre al la reorganización de uno de los operadores zonales. Y aunque parecen arena de costales distintos, ambas apuntan a una misma situación: la crisis, y casi colapso, por la que pasan Transmilenio y el SITP.

El lío, en el fondo, es de plata, tanto para los usuarios que ahora tienen que sacar más del bolsillo, como para el Distrito y los privados, que están percibiendo multimillonarias pérdidas con el sistema. Semana.com le explica, sacando cuentas, qué hay detrás de ambas decisiones.

¿Por qué no alcanza la plata?

El anuncio de subir 200 pesos la tarifa de los buses rojos (los troncales) y 300 la de los azules (los zonales) tiene inconformes a los usuarios. Y no es para menos. Si usted devenga los 737.000 pesos del salario mínimo (casi el 60% de los ocupados de Colombia se ganan eso o menos) el susbsidio de transporte le quedará corto para pagar los pasajes que necesita para ir al trabajo.

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Ese subsidio está fijado en 83.140 pesos. Suponiendo que un empleado trabaja alrededor de 24 días al mes, se gastaría 105.600 pesos mensuales en transporte, en caso de que solo use dos articulados para ir y volver del trabajo y no tenga que hacer transbordos (el cobro de los transbordos, dependiendo del tipo, desapareció o se redujo). Es decir, tendría que sacar 22.460 pesos de su salario mínimo solo para cubrir los costos de ir a su lugar de empleo.

Los expertos coinciden en este tipo de aumentos obligan a la gente a evaluar cuáles rubros de sus finanzas personales son esenciales. El transporte es indispensable para llegar al trabajo, entonces suelen recortar a lo que consideran menos importante y que, en Colombia, suele ser la educación o la diversión.

Peñalosa volvió a los incrementos

Pese a la molestia que suscita en la ciudadanía los impopulares aumentos de las tarifas, y más cuando no se ven mejoras sustanciales en el servicio, la administración de Enrique Peñalosa empezó, desde el año pasado, con los incrementos, que habían estado congelados durante el mandato de Gustavo Petro. La razón esgrimida: el hueco financiero del sistema, que el año pasado llegó a 661.000 millones.

Esto es lo que recaudan

En el sistema troncal se mueven 2,6 millones de personas a diario, y en el zonal, 1,8 millones. Es decir, si se hace un cálculo a vuelo de pájaro, sin tener en cuenta los transbordos y el sistema zonal, los buses rojos recaudarían 520 millones de pesos más diariamente, con la nueva tarifa que empieza a regir desde el 1 de abril. Eso, al año, representa 189.800 millones. Dinero que iría a reducir el hoyo negro de las finanzas del sistema.

¿Por qué el hueco en las finanzas?

¿Por qué existe ese vacío? La razón es básica. Los costos de operación son superiores a lo que pagan los usuarios. Por cada viaje en un bus rojo, el Distrito tiene que poner 90 pesos adicionales a lo que paga el usuario. Y la situación es peor en los buses azules, donde el aporte extra de las arcas públicas es de 1.000 pesos por viaje.

Lo que se queda en manos de los privados

Para muchos, la razón de un hueco semejante está relacionada con las condiciones contractuales que tienen los operadores, sobre todo los de los buses troncales. Más del 90% del pasaje que paga cada ciudadano se queda en poder de los privados y no vuelve a entrar al sistema de transporte. Por eso, han señalado incluso desde las administraciones pasadas, una de las soluciones para esa crisis es renegociar las condiciones de esos contratos.

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El lío de los buses zonales

Ahora, hay otra decisión fundamental que se tomó esta semana y que ayuda a explicar el porqué de los aumentos en el pasaje y, de paso, las razones de la crisis. La Superintendencia de Sociedades aceptó iniciar el proceso de reorganización de Tranzit, cuyos buses zonales operan en Usme. La determinación tiene como objeto evitar que esa compañía se quiebre, como Egobús y Coobús, los operadores que reunían a los pequeños transportadores del antiguo sistema de transporte, y que están en proceso de liquidación desde el año pasado.

Esa decisión de la Supersociedades es sintomática de la crisis del SITP que, entre otros efectos, desemboca en acciones como el aumento de la tarifa, que en los zonales pasará de 1.700 pesos a 2.000. Los operadores privados del sistema zonal están perdiendo. El año pasado, los mismos socios de esas siete compañías revelaron sus números rojos. Sus deudas, especialmente con la banca, superan los 3,5 billones de pesos.

¿Mala programación de las rutas?

Todo se debe, según ellos, a la mala programación de las rutas (a cargo de Transmilenio) a la demora en la implementación total del sistema, que los pone a competir en desventaja con los buses tradicionales que, a estas alturas, ya no deberían circular. La promesa inicial, cuando en 2012 los buses zonales empezaron a transitar por las calles bogotanas, era que para 2013 el sistema estaría implementado en un 100%. Pero la meta aún no se ha cumplido.

Especialmente, fueron Egobús y Coobús los operadores que no pudieron responder por los vehículos para cubrir sus rutas. Fue tan crítica la situación de estas dos compañías que entraron a un plan de salvamento, pero la administración de Enrique Peñalosa lo frenó y, luego, en septiembre del año pasado, la Supersociedades empezó a liquidarlas.

Los buses viejos

Como el sistema no ha funcionado plenamente, los buses del sistema antiguo, el tradicional, siguen en el negocio. Todavía se ven por las calles de la ciudad esos vehículos viejos con un letrero que los anuncia como "SITP provisional". Entonces, los viejos transportadores se están quedando con buena parte de las rutas y las ganancias que le correspondían a los operadores. Eso profundiza la crisis financiera del SITP.

¿La solución?

La solución de fondo, como lo ha reconocido el Distrito, es una reestructuración total del sistema. Y no solo para llenar el multimillonario hoyo en las finanzas, sino para mejorar el servicio a los usuarios, que a diario se quejan de las filas, los retrasos, el sobrecupo y la ineficiencia de las rutas.

¿Cómo va la anunciada reingeniería del sistema?

Desde que ocupó la gerencia de Transmilenio, el ente gestor del sistema, Alexandra Rojas anunció esa reingeniería. A la fecha, según la entidad, han optimizado el 71% de las 275 rutas zonales, mejorando velocidades y frecuencias. Así mismo, explican, en el primer semestre de este año empezarán con el proceso definitivo para retirar los buses provisionales y dejarle todo el sistema a los operadores del SITP.

La solución definitiva

El reto es concretar una reestructuración eficiente para todos. Que permita que los privados puedan seguir a flote, tengan ganancias y no se bajen del negocio, pues eso podría significar el colapso final del sistema. Que el Distrito no tenga que sacar tanto de su dinero, aunque es normal a nivel mundial que el transporte público tenga que ser subsidiado. Y que, si les suben la tarifa, los usuarios al menos sientan que vale la pena, porque el servicio los satisface.

Los usuarios opinan

A propósito del tema, Semana.com sondeó en Twitter algunas de las reacciones de la ciudadanía por los incrementos en las tarifas. La mayoría fueron de inconformidad. Estas son algunas de las repuestas: