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Al minuto 95, Bojassen marcó el gol de la salvación.

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Bojassen, ‘el salvador’ de Estocolmo... con un toque colombiano

Sus padres son colombianos, él nació y creció en Suecia, su apellido no suena muy criollo pero habla como caleño. En medio de un drama futbolero, Sebastián Bojassen se convirtió en el protagonista de la última gran alegría de la hinchada del Hammarby, el equipo más popular de ese país.

Andrés Alba Escamilla
16 de abril de 2012

En Estocolmo, capital de Suecia, existen tres grandes equipos de fútbol: El Djurgardens IF, que se sugiere, representa a la clase alta de la ciudad, a los ‘ricos’; está el AIK Solna, que de hecho ni siquiera es de la ciudad en propiedad, pues Solna es una especie de localidad en el área metropolitana; y luego está el Hammarby IF, el ‘equipo del pueblo’. Hammarby no es grande por sus títulos, pues en su palmarés solo ostenta una Allsvenskan (la liga nacional) y unos cuantos subcampeonatos, pero sí lo es por su hinchada. En la cancha, el equipo le rinde honores a su etiqueta popular, la del barrio obrero, pues el drama y las dificultades para obtener el ‘éxito’ hacen parte de su historia, y como no, de su presente. Desde 2009 juega en la Superettan, la segunda división del fútbol sueco, y si no fuera por un dramático gol de Sebastián Bojassen en el minuto 95 del último partido de temporada, hoy sería otra la historia. Sus padres son colombianos, él nació y creció en Suecia, su apellido no suena muy criollo pero habla como caleño. Lejos de ser ‘la cuota colombiana’ en el fútbol de aquel país, es más bien el ‘salvador’ del Hammarby, que algo tiene que ver con Colombia. La salvación Ängelholm FF recibía al Hammarby el 22 de octubre de 2011 en juego por la última fecha de la Superettan. Solo con la victoria, el equipo popular de Estocolmo se salvaría de jugar por el descenso. Al minuto 68, con un 0-0 que los relegaba a los ‘play-offs’ de la tercera división, Bojassen, que hasta entonces no frecuentaba la alineación titular, entró al campo para ayudar a su equipo. Lo que nadie esperaba es que de sus pies saliera el gol de la salvación, y menos que se diera en la agonía del partido. Noventa y cinco minutos tuvieron que pasar para que en un tiro de esquina y tras algunos rebotes el balón le cayera a Bojassen en medio del área y repleto de rivales para sacar el remate a gol. Como si estuvieran en una cancha de potrero, la hinchada verde invadió el campo, levantó sus banderas y celebró la milagrosa victoria. Su historia Bojassen es sueco y desde las categorías inferiores juega en el Hammarby. Sin embargo sus padres y su formación hacen que el vínculo con Colombia sea grande. Siempre viene de visita y es hincha del Deportivo Cali. En sus planes está obtener la nacionalidad colombiana, a la cual tiene derecho y en sus sueños, venir a jugar acá. Pero más allá del fútbol, sin importar el contexto de ‘perfección’ social que vive en Suecia, no olvida a ‘su otra gente’. A principio de año fue el promotor de un regalo especial: “Llegué de vuelta al club en enero, cuando estaban haciendo el cambio de uniformes. Fui el primero de todo el equipo en llegar y en ese momento el utilero estaba organizando la ropa. Me dijo que la iba a botar, pero inmediatamente lo detuve y le dije que la podía mandar a Colombia. Mis papas siempre lo han hecho, siempre mandan cosas, sobre todo porque hay gente que lo necesita. Es algo que tengo en mi”. Hoy los uniformes están en trámites de aduana esperando para llegar a las manos de pequeños jugadores, que más que una obra de caridad, sentirán puesta la pasión universal del fútbol. El último gol... y el primero también Cuenta Bojassen que “en Hammarby hay una tradición. En la primera fecha de cada campeonato se reúnen y marchan unas 15.000 personas desde la zona sur de la ciudad hasta el estadio”. Y es que este tipo de manifestaciones son normales para los seguidores del equipo. “La hinchada es la más grande de Suecia. Ellos viven por Hammarby, hacen de todo, y no solo en el fútbol. No somos campeones, pero es el equipo de los trabajadores, del pueblo, y es algo muy especial”. Por supuesto la fiesta de la primera fecha no hubiera sido completa sin un grito de gol, que al igual que en el agónico final del último torneo, esta vez, la responsabilidad fue de Bojassen. Ahora sin tanto drama, al minuto 14 del partido contra el Halmstad, el ‘salvador’ marco el primer gol oficial de la temporada que hizo estallar en festejos a toda la tribuna. Con las ganas de ser nuevamente protagonistas, el Hammarby enfrentará la Superettan de este año, de ahora en adelante con Bojassen en al titular y con la ilusión de reflejar en la cancha la grandeza de su hinchada.