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Seis de cada diez venezolanos han perdido aproximadamente 11 Kg de peso en el último año (ENCOVI 2017). | Foto: Thierry Monasse / Getty

VENEZUELA

Buscar comida en la basura: ¿es así de grave la falta de alimentos en Caracas?

El video que el periodista Jorge Ramos le mostró a Nicolás Maduro y que lo sacó de casillas muestra a unos jóvenes con hambre escudriñando en un camión recolector. Este es el panorama que se vive en la capital de Venezuela según los datos disponibles.

27 de febrero de 2019

Un camión recolector de basura avanza lentamente mientras tres jóvenes desesperados intentan escarbar dentro de bolsas malolientes. Se apresuran en busca de algún bocado. Uno de esos muchachos engulle lo que parece un residuo de pastel.

—Tenemos hambre—dice el de apariencia más joven.

—Hay que cambiar de presidente, jefe, porque no podemos vivir así—replica otro—.

La imagen es dura. En esos rostros se nota la necesidad, el hambre. El video fue grabado por el periodista de Univision, Jorge Ramos, horas antes de sentarse frente a frente con Nicolás Maduro para entrevistarlo.

Sin embargo, cuando estaban en medio de la charla, Maduro no soportó que Ramos le mostrara esas imágenes y abandonó el recinto. Lo más grave sucedió después: hombres de la guardia del presidente se llevaron el material del equipo de Univision: cámaras, celulares, todo. Ramos y cinco periodistas más fueron retenidos por el Sebin, en una flagrante violación a la libertad de prensa.

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Del episodio quedaron varias preguntas y denuncias. Las imágenes que le molestaron a Maduro son un síntoma de la difícil situación que padecen los venezolanos a causa del desabastecimiento alimentario.

“Un sueldo no alcanza pa’ nada”, dice uno de los hombres al finalizar el video y esto es cierto. Según la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida ENCOVI 2017 -realizada por tres universidades en Venezuela- el poder adquisitivo ha decaído tanto, que un 89,4 por ciento de los venezolanos afirma que su ingreso no les alcanza para comprar los alimentos que deberían consumir todos los miembros del hogar.

El arroz y los tubérculos se convirtieron en los productos básicos de la dieta en Venezuela. Las familias pasaron de comer un 10 por ciento de tubérculos en 2014 a utilizar papas, arracacha y yuca en el 70 por ciento de sus preparaciones. Y si hablamos de las proteínas, el pollo, la carne y el pescado no están incluidos en el 40 por ciento de las compras semanales de sus habitantes.

El estudio de la Universidad Católica Andrés Bello, la Universidad Central de Venezuela y la Universidad Simón Bolívar es el único instrumento que divulga las condiciones de vida en el país, desde que Nicolás Maduro asumió la presidencia en 2013. Y de acuerdo con los resultados de la edición 2017,  las cifras de pobreza extrema en el país se han triplicado. En 2014 los ciudadanos que vivían en las peores condiciones representaban un 23,6 por ciento de la población y tres años después esta cifra llegó al 87 por ciento. La falta de protección social y de un ingreso que cubra las necesidades básicas del hogar son los factores que más incidieron en el incremento de la pobreza.

En redes sociales circulan otras grabaciones que ejemplifican que esta situación lleva varios años. Solo que hasta ahora, a raíz del video que hizo público Jorge Ramos, el tema vuelve a ponerse sobre la mesa.  

En este caso, una mujer graba desde su apartamento, en la urbanización residencial Los Palos Grandes, al este de Caracas, cómo más de diez personas escarban entre las bolsas de basura, tiradas en suelo, con la intención de hallar algo para comer. La escena tiene fecha del 18 de enero de 2017.

— Esto es increíble, ¡Dios mío! se están comiendo la comida de la basura y el Gobierno dice que es mentira —comenta el hombre que graba desde su carro.

—Mira allá, se están matando por la comida— le dice a su acompañante.

El escenario presenta un alto contraste entre quienes caminan por la acera viendo las tiendas de ropa y quienes se apresuran a tomar las sobras de alimentos que botan los restaurantes de la zona, que al parecer, contienen restos de verduras.

Aunque en los videos no figuran niños rebuscando comida, la población infantil es una de las más perjudicadas por la escasez de alimentos. “El 51 por ciento de las mujeres embarazadas en Venezuela vive en hogares pobres”, de acuerdo con Anitza Freitez, la directora del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la Universidad Católica Andrés Bello que divulgó -este miércoles- los resultados de la encuesta Encovi 2018.

Este porcentaje indica que la pobreza afecta el desarrollo adecuado de los niños y niñas desde que están en el vientre. Ya que según las correlaciones que hace el estudio, si las mujeres viven en condición de pobreza, estando en gestación, esto significa que no cuentan con las fuentes de hierro, calcio y micronutrientes necesarios para fortalecer el crecimiento de sus bebés. Esto debido a que el aporte de hortalizas, frutas y harina de maíz no enriquecida, es cada vez menor; motivo por el cual entre 2017 y 2019 se pronostican 20.000 fallecimientos en menores de un año.

En edades más avanzadas el problema persiste. Cuatro de cada diez niños no asisten a clase por la falta de alimentación. Las cifras de la presentación del informe revelan que el 26 por ciento de los hombres y 23 por ciento de las mujeres, que están entre los 12 y 17 años, presentan algún tipo de rezago escolar -hasta de dos grados en el que deberían estar- como consecuencia de las precarias condiciones sociales en sus hogares que dificultan la continuidad de sus estudios.

Solo la mitad de escolarizados asiste regularmente al colegio y una de las razones que explica la inasistencia a clase es la falta de comida con un 22 por ciento, seguida de un 28 por ciento por la falta de agua y de un 13 por ciento porque no hay comida en el plantel educativo.

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A pesar de que el Gobierno de Nicolás Maduro implementó la Gran Misión de Abastecimiento Soberano en 2016 para garantizar los productos de primera necesidad de la población, una de las conclusiones que ha dado Encovi en los últimos años es que “las misiones pasaron a ser una bolsa o caja de comida”, por lo que la ayuda integral que se pretendía brindar no se efectuó.

El acceso a las bolsas de alimentos está condicionado a la tenencia de un Carné de la Patria (un documento que tiene al menos un integrante de los hogares venezolanos). No obstante, la periodicidad de entrega no es la misma en todo el país. Caracas es la ciudad donde más alimentos entregan, puerta a puerta, los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP); el 62 por ciento lo recibe mensualmente en comparación a las ciudades pequeñas donde la periodicidad mensual es de 18 por ciento.

Aunque faltan detalles por conocerse de la encuesta Encovi 2018, un dato alarmante es que el 80 por ciento de los hogares tienen algún nivel de inseguridad alimentaria. Aproximadamente 8,2 millones de venezolanos ingieren dos o menos comidas al día y por lo menos una vez al mes un adulto en la familia se queda sin comer para garantizar el alimento de otros miembros de la casa.