La Reserva Federal (el banco central del país) emitió un nuevo billete de 100 dólares de alta tecnología, que incluye varias nuevas características de seguridad.
Tiene una cinta azul tridimensional y un logo de la Campana de Libertad y un tintero que, según las autoridades, son particularmente difíciles de replicar.
Estas nuevas medidas se combinan con otras tradicionales, como una filigrana y un hilo de seguridad grabado que se vuelve color rosa bajo luz ultravioleta.
El desarrollo del nuevo billete tomó más de una década y su introducción estuvo plagada de problemas de producción que demoraron su circulación casi tres años.
Pero funcionarios dijeron que las dificultades se solucionaron.
El rediseño del billete de US$100, el primero desde marzo de 1996, seguirá teniendo el retrato de Benjamin Franklin en el anverso y el edificio del Salón de la Independencia de Filadelfia en el reverso.
La cinta de seguridad azul brillante tridimensional -que se teje, no se imprime- cuenta con imágenes que se mueven en sentido contrario al ángulo en el que se inclina el ejemplar.
Al referirse a esta medida, Wasilenkoff Chadwick, presidente ejecutivo de la compañía de papel de seguridad Fortress Paper le dijo a la BBC: "No es un pequeño paso más para la seguridad; es un paso gigantesco".
Además, el número 100 en la esquina inferior derecha cambia de color cobre a verde.
El billete rediseñado también incluye una impresión en relieve que le da un toque distintivo, y las palabras microimpresas son difíciles de leer sin una magnificación.
Falsificaciones
El billete es un proyecto conjunto de la Reserva Federal, el Servicio Secreto y el Departamento de Hacienda de EE.UU.
Los avances en software de diseño, copiado de alta resolución e impresión han hecho más fácil para los falsificadores imprimir dinero falso y más difícil para los minoristas detectar las falsificaciones.
El Servicio Secreto calcula que los billetes falsos representan un 0,01 % del US$1,1 billón en circulación.
Se estima que alrededor de US$80,7 millones de moneda falsificada cambiaron de manos en el país en 2012, y unos US$14,5 millones en el exterior.
El año pasado, las autoridades se incautaron de US$9,7 millones en dinero falso antes de que pudiera entrar en la cadena de suministro de dinero de EE.UU., y se apoderaron de otros US$56,8 millones en el exterior en 2012.
El experto en seguridad británico Bruce Schneier le comentó a la BBC: "Los billetes tienen que ser fáciles de producir de forma barata y en grandes cantidades por el gobierno, y a la vez ser difíciles de copiar en pequeñas cantidades por los falsificadores".
"Hacer algo que cuesta menos de un dólar de producir y más de US$100 para reproducir plantea un problema muy difícil".
Algunos clientes bancarios podrían comenzar a ver los nuevos billetes este mismo martes, dependiendo de qué tan cerca esté su entidad de una sede regional de la Reserva Federal.