CAPTURA ANUNCIADA

SEMANA revela las pruebas de la Fiscalía que tienen contra la pared al controvertidoex contralor Rodolfo González García.

9 de marzo de 1998

Desde hace mucho tiempo el ex contralor Rodolfo González tenía la certeza de que iba a ser detenido por la Fiscalía. Así se lo había manifestado a varias de las personas más allegadas a él. El controvertido político santandereano tenía motivos para estar preocupado, porque desde 1994 su nombre apareció en los documentos descubiertos por el Bloque de Búsqueda que luego dieron origen al proceso 8.000. Tres años y medio después los investigadores lograron armar una especie de dossier contra González, el que finalmente desencadenó su captura la semana pasada en Bogotá.
El nombre de González estaba registrado en los balances contables de Guillermo Pallomari, el ex contador del cartel de Cali, incautados en un allanamiento ejecutado el 14 de julio de 1994 en el edificio Siglo XXI de Cali. Allí fue descubierto un listado en el que estaban consignadas las identidades de numerosos políticos y al frente de ellos una cifra en números. En ese documento aparecía el nombre de 'R. González' y la cantidad de '5.000'. En ese entonces en la opinión pública hubo consenso con respecto a que se trataba del ex contralor. Sin embargo, él logró sobrevivir con el argumento de que había cientos de R. González en Colombia.En diciembre de 1995, en una declaración ante fiscales sin rostro que viajaron a Estados Unidos para interrogarlo, Pallomari volvió a mencionar a González, de quien dijo era "un político amigo personal de Miguel Rodríguez, lo visitó y lo llamaba con frecuencia". El expediente contra González siguió creciendo. En los primeros meses de 1996, la Fiscalía encontró que el político se había hospedado en el Hotel Intercontinental de Cali y que su cuenta fue pagada por Inversiones Ara, una empresa fachada de los hermanos Miguel y Gilberto Rodríguez.
En junio de 1997 las cosas se complicaron aún más cuando la Fiscalía recibió el testimonio de un testigo secreto que afirmó que cuando se desempeñaba como contralor, González había viajado en varias oportunidades a Nueva York para lavar dólares. Aún los que creían que González era amigo de los Rodríguez se negaron a creer este cargo.El expediente contra González se nutrió con otras dos evidencias: un cheque girado a su nombre en 1991 por 260.000 pesos, proveniente de una de las cuentas fantasma de los Rodríguez, y un segundo testimonio de Pallomari, rendido en noviembre del año pasado, en el que reiteró la cercanía de González con los jefes del cartel de Cali.Con este material probatorio debajo del brazo, la Fiscalía decidió detener al ex contralor. SEMANA conoció en fuentes del ente acusador que durante la indagatoria adelantada el miércoles y jueves pasados, González dijo que las pruebas en su contra eran una trama descomunal y aseguró que el cheque de 260.000 pesos no fue recibido por él y que ninguno de los cheques que aparecen en el proceso 8.000 fue girado a nombre suyo. En desarrollo de la diligencia, el fiscal sin rostro hizo que González estampara su firma en un papel en blanco para determinar técnicamente si, como él dice, los rasgos grafológicos que aparecen en el respaldo del cheque no son suyos.
El ex contralor González García está recluido en la estación segunda de Policía, al lado de otros implicados del proceso 8.000. Quienes lo conocen de cerca saben que el hábil político liberal tuvo tiempo suficiente para preparar su defensa, pues al fin y al cabo sabía que la suya era una captura anunciada. No de otra manera se explica la pasmosa tranquilidad que exhibió ante los fiscales sin rostro que lo interrogaron por más de 14 horas.