Carlos Arcesio Paz
Como presidente de Harinera del Valle, no solo convirtió su empresa en la segunda del sector, sino que ha impulsado la labor social de los empresarios.

Convirtió un molino local, en la segunda empresa de productos de molinería del país, posición que mantuvo a pesar de la crisis. Además, es un comprometido con Colombia. Participa en actividades comunitarias, en juntas de organizaciones que promueven la educación y en gremios, donde trata de que siempre se piense en el interés general más que en el sectorial.
Cree con firmeza que los empresarios deben involucrarse personalmente en temas cívicos y no por medio de sus fundaciones o sus vicepresidentes. "El tiempo presencial es el mayor aporte a lo cívico y a lo público".
Carlos Arcesio Paz es un caleño de 54 años que quería estudiar ingeniería en MIT, donde tenía admisión. Pero para estar cerca de su familia, se matriculó en Eafit, de Medellín, donde estudió Administración. Estuvo en grupos de izquierda de línea maoísta, de los cuales terminó desencantado, porque se convenció de que "el ser humano con esa militancia se va llenando de odio", dice. Con todo, a su época política le atribuye su sensibilidad social y haberse acercado a un país que muy pocos conocen.
En 1973 regresó a Harinera, donde trabajó 10 años antes de llegar a la presidencia. En la empresa ha sabido cambiar el rumbo cuando se requiere. En los 80, antes de la apertura, con la importación de trigo regulada por el Idema, la harina se vendía 3 veces más cara que en el mercado internacional. Ni la oferta ni el consumo podían crecer más. Por eso se diversificó comprando participaciones importantes en el Banco de Bogotá, Fabricato, Proleche y Promigas. Luego las vendió para regresar a su oficio original. Inició la producción de harinas, pastas y otros productos de consumo final. Transformó el molino de trigo, que vendía insumos para la industria panificadora en una firma de producción y distribución de bienes de consumo.
Compró Pastas La Muñeca, con lo que se convirtió en el segundo productor del país. Emprendió un programa de capacitación, normalización y sistematización. Así, Harinera del Valle hoy es la segunda empresa de su sector, con ventas de $229.000 millones en 2003.
Su próximo paso -tal vez este mismo año- es internacionalizarse, para diversificar su riesgo y consolidar su posición. Para eso, Paz ya está listo.