CICLISMO
Crónica del día | Giro de Italia 2021 | El consuelo que Egan encontró en los brazos de Tonina Pantani
Tonina, la madre de Marco Pantani, se encontró con el colombiano Egan Bernal en la zona mixta de prensa. lo abrazó y le dio consuelo tras la dura etapa del día de hoy.
Cuando cruzó la meta, un tanto desorientado, Egan Bernal agachó la cabeza, en señal de agotamiento, y se dejó llevar por sus auxiliares hasta los camerinos del podio. Antes de ingresar pidió un respiro y, con la cabeza metida entre los brazos, descansó. Se quedó unos instantes, ensimismado en sus pensamientos y dejando que el aire fluyera por sus pulmones. Y allí, solo, aunque en medio de tanta gente, el campeón, derrotado por primera vez, parecía un niño añorando a sus padres, abandonado en un lugar inhóspito, carente de un abrazo, de una frase de cariño.
Mientras tanto, en el podio, Tonina Pantani recibía el enésimo homenaje por la vida y obra de su hijo, el monumental Marco, campeón del Giro de Italia y del Tour de Francia en 1998, y quien fue encontrado muerto el 14 de febrero de 2004, con apenas 34 años de edad.
Y Tonina, quien toda la vida ha mantenido con vida el recuerdo de su hijo, bajó del podio con su andar melancólico y su mirada de recurrente esperanza, y con el ‘Senza Fine’ en los brazos, a guisa de hijo recién nacido, se fue hasta la zona mixta, donde la esperaban todos los periodistas. Y allí se encontró con ese otro hijo desconsolado, Egan, tan lejano de Flor y de Germán, y entonces lo abrazó, lo besó y le dijo palabras de aliento.
“Hola, Egan, lo estás haciendo muy bien. Me recuerdas a Marco, mi hijo”. Y Egan, suspendiendo la charla con los periodistas, respondió: “Gracias, señora, muchas gracias. Yo admiraba mucho a su hijo, de verdad”.
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Y ambos, con dolores en el cuerpo y el alma, se sanaron mutuamente y recuperaron la sonrisa. Tonina le susurró al campeón zipaquireño que “tranquilo, tú ganarás el Giro”, y él, con un respeto rayano en la timidez, expresó: “Espero que sí, aún falta carrera”.
Tonina, dueña de una tienda de envoltorios en Cesenatico, y autora de un best seller biográfico sobre el ‘Pirata’, dijo después, antes de irse y cargando el ‘Senza Fine’. “Cuando abrazo a Egan, es como si estuviera abrazando a mi hijo”.
La señora, rubia y de baja estatura, tardó en aceptar la muerte de su ilustre hijo, quien al parecer murió a causa de una sobredosis de cocaína, luego de ser acusado de un supuesto dopaje. Para ella, que algo tiene de investigadora, el suceso siempre tuvo muchos vacíos y por eso se dedicó a buscar pistas durante varios años, y con ellas construyó el libro Era mi hijo.
“Yo nací cuando Italia estaba destruida, por culpa de la guerra, y conocí, años después, a muchas madres que habían perdido a sus hijos. Aprendí ese dolor muy temprano, pero solo lo viví cuando Marco se fue, en 2004”, cuenta Tonina, quien ve en Egan el reflejo de su Marco.
“Es atacante sobre la bicicleta. No espera, va por lo suyo”, expresa.
Pero hoy Egan no estuvo tan fiero como en las etapas anteriores, y se vio sorprendido por un Simon Yates resurgido de sus cenizas, como el ave fénix, quien lo atacó cuando faltaban unos seis kilómetros, y no dejó de pedalear hasta la meta.
Egan intentó controlarlo, pero al final desistió y dejó que Dani Martínez fuera su remolque, para no perder demasiado tiempo. La etapa la ganó Dan Martin, el “loco irlandés” del Israel, quien gobernó la electrizante fuga del día, y llegó en solitario al alto de Sega di Ala en medio de un mar de aficionados.
La jornada estuvo pintada de sol y, desde la salida en Canazei, prometía épica. Y la tuvo. Los ataques no faltaron, tampoco las caídas y los decaimientos. El gran Remco Evenepoel, por ejemplo, volvió a perder muchísimo tiempo y, al final de la jornada, decidió retirarse. También se fueron Victor Campenaerts y Remy Rochas, y claro, se fue Yates, pero hacia adelante, buscando lo sublime, y Egan tras él, llevado por la grúa Martínez, quien de haber tenido más libertad, seguro habría peleado por la victoria y, quizás, estaría más arriba en la general.
“Debo reconocer el trabajo de Daniel Martínez. Es un honor tener a un compañero como él. Hoy estuvo más fuerte que yo y, sin embargo, me acompañó hasta la meta”, señaló Egan, antes de su encuentro con la señora Tonina.
El colombiano llegó visiblemente triste a la zona mixta, pero cambió de semblante cuando se abrazó con la madre del ‘Pirata’, ese extraordinario ciclista con quien lo comparan todos los días en la Corsa Rosa.