CICLISMO
Crónica del día | Giro de Italia 2021: En el “sterrato”, Egan les echó tierra a sus rivales
La jornada once del Giro volvió a tener espectáculo. La jornada fue ganada por la fuga, pero Egan Bernal se lució entre los favoritos, sacándoles más tiempo a todos ellos de cara al final en Milán.
Ciclismo antiguo, de tierra, de sufrimiento. Coppi y Bartali, Hugo Koblet, Fiorenzo Magni; de los equipos Arbos, Bianchi, Bottechia, Guerra o Benotto; de las grandes distancias, de las “borraccias” de teflón, cobre y aluminio. Ciclismo de hace sesenta años, de setenta años atrás. Ese ciclismo que sólo puede verse en sepia, a través de videos rayados y nublosos que algún aficionado nostálgico sube a Youtube o a Instagram.
Así está el Giro 104, con un Egan Bernal encendido, como si fuera Coppi trepando los Alpes, o como el mismo Eddie Merckx destrozando rivales entre campos de uvas y girasoles.
No sólo ha vuelto a los pueblos pequeños la “Corsa Rosa”, apurada por el covid-19 y obligada por los gobiernos regionales. También ha vuelto a su esencia de lucha, de sacrificio, cruzando por carreteras estrechas y perdidas entre rocas, y por tramos de duro “sterrato”, o como diría cualquier “escarabajo” boyacense, antioqueño o cundinamarqués: “el destapado”.
No ha tenido rival, Egan, en estas primeras once etapas del Giro. Él diría, sin embargo, que ha tenido muchos. Ambas cosas son verdad y quizás, para que se junten los caminos, podría decirse que, el colombiano, ha tenido muchos rivales en la previa, pero ninguno de ellos ha respondido en la práctica.
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Ahora, su más cercano perseguidor en la general es Alexander Vlasov, el circunspecto ruso del Astana, quien en la zona mixta habla poco, como Carthy, pero en la carretera se expresa con elocuencia.
La etapa, entre Perugia y Montalcino, fue rauda, frenética. Los 162 kilómetros fueron recorridos en cuatro horas y dos minutos, a un promedio de 40 kilómetros por hora. Una barbaridad si se tienen en cuenta dos cosas: el cansancio acumulado y los 35 kilómetros de terreno destapado.
La carrera se abrió con una fuga a la que el lote principal le dejó pagos todos los peajes, porque cuando todavía no se cumplían los primeros 40 kilómetros de recorrido, la diferencia ya superaba los ocho minutos. En Torrenieri, kilómetros 90 de carrera, la fuga empezó a venirse abajo ante la proximidad del primer paso por tierra.
Allí, entre los amplios valles decorados de flores e innumerables viñedos, se cayó Jonathan Caicedo, ecuatoriano del Education First, quien, aunque no se rompió nada, si terminó muy raspado y tuvo que decirle adiós a la competencia. Un gregario menos para Carthy, que ahora es cuarto.
También allí, con una parvada de risueños niños alentando a los ciclistas, se rompió el lote principal, perjudicando a Remco Evenepoel, quien no pudo regresar a la espalda de Bernal, su gran rival, y perdió, al final del camino, más de dos minutos. En Bartali de Coppi, o el Moser de Saronni, enmudeció su habitual andar alegre y agresivo, y sucumbió al terreno polvoriento y empedrado.
De la fuga sobrevivieron Mauro Schmid, suizo del Qhubeka; Alessandro Covi, del UAE; y un chispero de inconformes de los equipos pequeños, quienes trataban, al menos de mostrar sus colores a las cámaras de la transmisión internacional.
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— Giro d'Italia (@giroditalia) May 19, 2021
Egan tuvo el auxilio de Ganna, luego de Narváez y finalmente de Moscon para superar el “sterrato”, luego se quedó solo, ante sus rivales más poderosos. A ninguno de ellos le tuvo miedo. De ninguno de ellos se resguardó y, al contrario, como en el ciclismo de antes, presionó y atacó en los momentos claves de la batalla.
Så sætter Egan Bernal tryk på! Hans nærmeste forfølger, Remco Evenepoel, har store problemer i det italienske grus, og det forsøger colombianeren at udnytte til fulde! 🚵♂️
— Eurosport Cykling (@ES_Cykling) May 19, 2021
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Schmid y Covi se fueron solos en la punta y, tras ellos, el lote seguía agitado, envalentonado por el hundimiento de Evenepoel, quien tampoco encontró socorro en las piernas de Joao Almeida.
Buchmann, el capitán del Bora, también probó fuerzas casi al final, y logró tomar cierta distancia. Egan y Vlasov fueron tras él, un poco más tarde, sin respuesta de los demás encopetados. Cuando faltaba poco para llegar a la meta de Montalcino, el colombiano contraatacó, a lo Primoz Roglic, y lo hizo con tal velocidad que el ruso sólo pudo ver cómo se alejaba.
Egan se unió a Buchmann para encarar el terreno final, pero luego lo pasó de largo para llegar undécimo en la etapa, después de los diez fugados que quedaban con vida. Schmid, un suizo que en diciembre cumplirá apenas 21 años de edad, ganó la etapa y, como Egan en Campo Felice, se echó a llorar.
Egan llegó a 3:09, pero superó a Buchmann por tres segundos y a Vlasov, su rival más peligroso, por 23 segundos. Caruso, Yates, Carthy, Foss, Soler y Nibali, fueron cruzando de uno en uno, como soldados que vuelven a casa luego de una intensa batalla. Dani Martínez cruzó 25, a 5 minutos y 11 segundos, y se metió entre los mejores diez de la general.
Mañana se va de Siena a Bagno di Romagna, en 212 kilómetros de pura tensión, porque Egan ha demostrado ser el más fuerte, pero sus rivales siguen sin rendirse, incluyendo a Remco.
Un Giro emocionante, como los de antes, que ya entra en su conteo final de etapas. El sueño rosa de Egan, y de toda Colombia, cada vez está más cerca.