CICLISMO
Giro de Italia 2022 | “No tenía ni 100 pesos para darle un pan”, papá de Santiago Buitrago
Héctor Buitrago y Alba Sánchez, papás del ganador de la etapa 17 de la ‘corsa rosa’, hablaron en SEMANA de los momentos más difíciles que ayudaron a forjar a su hijo como un ganador.
La caída que vivió Santiago Buitrago en la etapa 17 del Giro de Italia no es para nada comparable con las dificultades que ha enfrentado en la vida. Estuvo en coma durante ocho días por un grave accidente, sufrió el robo de la bicicleta con la que preparaba la primera grande del año con el Team Bahrain Victorious y, desde muy pequeño, supo lo que era no tener dinero en su casa para comprar ciertos alimentos.
SEMANA habló con los papás del bogotano, de 22 años, quienes tienen en su hijo un campeón, aunque no esté vestido de rosa. Los dos están convencidos de que el paso que dio Santiago en Lavarone es apenas una de las grandes huellas que dejará. Confiesan que el mayor sueño del joven pedalista es ser campeón del Tour de Francia.
SEMANA: ¿Cómo vivieron el triunfo de su hijo?
Héctor Buitrago, papá de Santiago: No, pues, refeliz. Al domingo y a hoy miércoles es todo muy diferente. El domingo él llora de tristeza porque no se le dio la victoria que esperaba. Pero hoy, cuando logra como encajarse y lucharla, me decía. “Papi, no salí a pelearla, pero me llamaron y me dijeron a fuga”. Después de ver que se nos cae, fue tenaz pensar que tuviera fractura. Es espectacular, no hay palabras para decir cómo nos sentimos.
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SEMANA: ¿Fue mucha la preocupación cuando Santiago se cayó?
Alba Sánchez, mamá de Santiago: Lo primero fue que sentí una impotencia tenaz, le pedía a Dios que no fuera grave y pudiera continuar, pararse, porque ya la mentalidad de mi hijo era de poder hacer algo importante hoy.
SEMANA: ¿Cómo acompañaron el proceso desde que Santiago decide ser ciclista, los esfuerzos?
Héctor Buitrago: El proceso de él fue siempre sufrido, bastante. Se estrelló algunas veces con algunos carros, llegábamos a encontrarlo inconsciente, corríamos al hospital con él. Pero la ambición de él siempre es y será ser el mejor ciclista colombiano. Solo él y nosotros sabemos los esfuerzos para ser un profesional. No es nada fácil y lo que le llegó es la recompensa a tanto sacrificio a la temporada profesional.
SEMANA. ¿Es verdad que Santiago estuvo ocho días en coma?
Alba Sánchez: Sí, fue un accidente que él tuvo en Italia, estando en el equipo Cinelli, allí tuvo esta caída. La verdad, a mí me ocultaron muchas cosas, no me decían la verdad. Pero cuando hablaba con él sabía que no estaba bien, porque él no habla así. Para mí fue una impotencia, no estar allá con mi hijo, era lo que más anhelaba. Se consiguió una familia que lo cuidó como si fueran sus padres. Saber que mi hijo estaba lejos de casa y enfermo me hizo orar mucho.
SEMANA: Santiago esperaba más confianza del Team Bahrain Victorious el año pasado y solo hasta este año se dio, ¿se desesperó, sintió desfallecer?
Héctor Buitrago: El deseo de él siempre fue irse a una grande. Este año hizo su entrenamiento con Mikel y Pello en altura y yo le decía, si vamos a ir, papi, vamos a ir. Es una alegría muy tenaz. El domingo, cuando él luchó y algunos decían que eran lágrimas de alegría por el segundo puesto, no era verdad, él no estaba buscando el segundo. Se sintió frustrado, impotente, derrotado porque no le salió como pensó. Al verlo llorar, y tan lejos, para uno es durísimo. Me sentí impotente y destrozado, me constaba verlo perder y ayudarlo a levantar. Santiago no contesta teléfono cuando no le va bien, no se reporta rápido, dijo entre lágrimas.
SEMANA: La gente del ciclismo siempre destaca en Santiago la humildad. ¿Ustedes como papás cómo le describen?
Héctor Buitrago: Es algo que nos deja aterrados, impresionados. Donde quiera que lo llevaba caía bien, la sencillez es por sus valores y todo lo que se le enseña en la casa. Él sabe lo que es sufrir. Una vez él me pidió un pan y, en serio, no tenía 100 pesos para darle un pan. Él sabe ese sufrimiento de no tener a veces. De ahí vienen esos principios. Por más famoso que sea, que no se olvide de donde viene, que sea gente, como Dios se lo ha dado. Que valore a las personas, no ignore a ningún ser humano. Él sabe todo lo que ha sufrido, que no se le olvide.