CICLISMO
La trágica muerte de la ciclista olímpica Olivia Podmore, de 24 años, enluta al deporte y revive un debate de Tokio 2020
La ciclista neozelandesa que participó en los Juegos Olímpicos falleció y con su deceso amplió un debate que se había encendido en Tokio 2020.
La muerte Olivia Podmore, ciclista neozelandesa, que participó en los Juegos Olímpicos de Rio 2018 y tenía solo 24 años ha alertado sobre la salud mental que fue uno de los temas claves en Tokio 2020.
Podmore apareció muerta en su domicilio el pasado 9 de agosto bajo circunstancias que no han sido confirmadas y que están siendo investigadas por los organismos de seguridad.
De acuerdo a información dada a conocer por la agencia Reuters, un portavoz de la Policía de Nueva Zelanda señaló que las autoridades asistieron una muerte súbita en una propiedad ubicada en la localidad Waikato, al norte de Nueva Zelanda, sobre las 4:00 de la mañana del lunes.
We at Cycling New Zealand are deeply saddened with the sudden loss of our young cyclist Olivia Podmore.
— Cycling New Zealand (@CyclingNZL) August 10, 2021
Be kind to each other and take care of one another ❤️https://t.co/bN1RfXen1J
De acuerdo con el diario español ‘El País’, la atleta pasó el fin de semana junto a su pareja, el campeón olímpico de remo Eddy Murray, y otro amigo en Queenstown y nadie se imaginaba su trágico final.
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“Cualquiera que la hubiera visto en las últimas 72 horas no podría pensar que pasara esto”, dijo Murray ante el medio español.
Sin embargo, una persona cercana a la atleta y citada por Reuters, manifestó preocupación por la salud mental de Podmore, que había acudido a los servicios de apoyo psicológico destinado a los atletas.
En redes sociales la ciclista, que representó al país en Río 2016, pero no formó parte del equipo neozelandés que compitió en los recién finalizados Juegos de Tokio- expresaba las dificultades por las que estaba atravesando.
“El deporte es una salida increíble para mucha gente. Una lucha muy gratificante. El sentimiento cuando ganas no se puede comparar a cualquier otro (…) Pero las sensaciones cuando pierdes, cuando no eres elegido ni te has clasificado, cuando te lesionas, cuando no cumples con las expectativas de la sociedad, como tener una casa, casarse, tener hijos porque lo has intentado dar todo por tu deporte, esas sensaciones también son diferentes”, expresó la deportista en sus redes.
El caso de Podmore amplía el debate que fue el centro de las justas de Tokio 2020 en torno a la salud mental que encabezó Simone Biles, quien debía dejar una huella en la historia con una cosecha impresionante de títulos en los Juegos Olímpicos de Tokio, pero fue protagonista por otro motivo: su cabeza entraba en conflicto con sus piernas y la cuestión de la salud mental fue la invitada inesperada a la cita olímpica.
“Poner el asunto de la salud mental encima de la mesa significa mucho para mí porque la gente debe comprender que somos seres humanos”, afirmó la estadounidense en la noche en la que realizó su reaparición para obtener un bronce en la barra de equilibrio, tras una plata con el equipo de su país en el concurso general y renunciar a participar en cuatro finales por sus problemas de confianza y de referencias en el aire.
La superestrella de la gimnasia Simone Biles se fue de Tokio-2020 con una plata y un bronce, elevando a siete su balance personal de medallas olímpicas, sumando las de Rio-2016, pero ante todo triunfó a la hora de trasladar un mensaje: “Mi salud física y mental cuenta más que todos los medallas que podré ganar nunca”.