ENTREVISTA
“Una agonía total”: el papá de la ciclista Ana María Bustamante habla con SEMANA. Perdió una pierna y lleva ya 20 cirugías
William Bustamante habla de lo que ha vivido su familia. Su hija es campeona nacional de Pista, del Critérium de Bogotá y se ha destacado en la Vuelta a Colombia femenina. Sin embargo, hoy tiene un título mayor: le ganó a la muerte después de haber sido atropellada por una mezcladora de concreto cuando terminaba un entrenamiento. Además, es mamá de un niño de cuatro años.
SEMANA: ¿cuál es el estado actual de salud de Ana María?
William Bustamante (W. B.): es un poco crítico. Le practicaron cirugías muy importantes como la de ponerle una malla en su abdomen en la pared abdominal debido a las laceraciones que tuvo en el accidente y la otra fue que le reconstruyeron la pelvis porque quedó totalmente fracturada en varios pedazos. Además, le amputaron las piernas, que considero, son de oro.
SEMANA: ¿qué fue lo que pasó, cómo fue el accidente?
W. B.: primero les cuento que tengo tres hermosas ciclistas, Laura, Sara y Ana María. Anita es campeona nacional de Pista en 2016, campeona de la Criterium de Bogotá y también ella compitió en la Vuelta a Colombia femenina; es una niña con gran experiencia y dominio de bicicleta. El 8 de febrero venía de entrenar fuertemente del parque El Tunal, tenía que pasar donde una tía a llevar un dinero que es por ahí cerquita y subiendo la loma de San Carlos ocurrió el accidente. La niña fue atropellada por una mezcladora de concreto. Ella iba perfectamente con sus normas de seguridad y en la vía, fue atropellada y arrastrada seis metros por ese conductor irresponsable.
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SEMANA: ¿luego qué pasó? ¿Qué hizo el conductor?
W. B.: el conductor no vio nada, lo único que sí me parece inaudito, inconcebible, es que los sueños de una deportista de alto nivel se vean truncados por un conductor, por su imprudencia, negligencia, impericia y que violó además las normas de tránsito. Un verdadero peligro al volante.
SEMANA: ¿qué normas de tránsito violó?
W. B.: hay varias hipótesis. Lo único que sé es que los técnicos en tránsito y mis abogados se van a encargar de todo eso. No puedo decir nada más del accidente.
SEMANA: ¿qué pasa apenas ocurre el accidente?
W. B.: más o menos a las 8:23 a. m. fue el accidente, nosotros nos empezamos como a angustiar de ver que no nos llamaban y que no llegaba. Entonces mi esposa la llamó y ella tan fuerte le contestó y dijo: “Mami”. Entonces enseguida los patrulleros y la médica de la ambulancia le quitaron el celular y nos dijeron: “Estamos en código rojo, su hija acabó de tener un accidente. Una tractomula la atropelló”. Nosotros quedamos en shock, mi esposa me entregó el celular, se puso mal, se le subió la tensión, se me enfermó. Nos dijeron que fuéramos a la Clínica Santa Juliana. Llegué allá y la veo en la camilla y ella me volteó a ver. Estaba destrozada, completamente molida, y volteó, me miró y me dijo: “Papi, ¿qué pasó? Me duele”, esas tres palabras. Enseguida la subieron rápido a la UCI a reanimación. En ese momento yo estaba desesperado. Sale el cirujano y me dice que la niña no tiene salvación que vaya haciendo las vueltas de la funeraria porque quedó muy mal. Yo entré en shock. Yo no sabía cómo decirle a mi esposa. Lo único era que oráramos. A ella le inyectaron más o menos 20 bolsadas de sangre. Perdió toda su pared abdominal y su pierna quedó molida y fue amputada para que no se infectara el riñón y tuviera muerte cerebral. Yo agradezco a los ciclistas porque llegaron a colapsar la clínica para donar sangre O+.
SEMANA: en el momento que le dicen “haga las vueltas de la funeraria”, es decirle que se la van a entregar muerta. ¿Qué pasó ahí?
W. B.: una agonía total, Yo me tiré al piso y le decía a Dios que por qué si es que ella es un amor de mujer. De las tres hijas mías, la más carismática, la más feliz es ella. Me cogía a picos. Me dolía tanto mi corazón, mi alma. Yo quería estar en lugar de ella. Yo quería dar mi vida por ella, desgraciadamente fue muy duro. Esto no se lo deseó a nadie.
SEMANA: ¿el estado mental de Ana María cómo ha estado?
W. B: es muy hermoso empezar a verla que hablaba con los ojitos. Nosotros le hablábamos en la UCI y le decíamos: ¿nos escuchas? Y ella trataba de abrir los ojitos y como que hablaba con los ojitos. Ella escuchaba todo, entonces nosotros seguíamos orando. Le hacían cirugía y empezaba esa reconstrucción de su cuerpito, su abdomen aplastado, sus órganos destruidos. Tantas cirugías que le hicieron, aproximadamente 2, y ver cómo es una guerrera. Empezó a evolucionar, abrió los ojos, la desentubaron, hablaba, nos conoció. Pero esa vez que se despertó fue terrible porque preguntaba por su pierna. Se puso brava porque se la quitaron. Pero después dijo: “No importa, yo voy a seguir adelante”. Anita es un milagro de Dios.
SEMANA: en lo poco que habló, ¿recordó algo del accidente?
W. B.: es muy importante primero que todos los ciclistas utilicen su casco. Eso le salvó la vida a mi hija. La parte neural de la niña, perfecta. Fue lacerada del abdomen hacia abajo, hasta la rodilla está triturada. Su parte pulmonar, cerebro y carita están bien.
SEMANA: ¿Ana María es mamá?
W. B.: Anita nos dio un hermoso nietecito. Se llama Mateo Rojas Bustamante, es precioso, mono, crespo de ojos claros y tienen una cara muy hermosa. Lo primero que nos tocó fue mandarlo donde los abuelos paternos en Fusagasugá. Él pregunta por su mamá, pero él ve sus juguetes y se distrae. Él anda en otra realidad. El amor por su bebé la mantiene con vida.
SEMANA: ¿qué sueños truncó este conductor que atropelló a Ana María?
W. B.: Ana María es una mujer muy luchadora. Ella está trabajando con el estado en encuestas yendo a los colegios. También tenía un negocio de postres, eventos de matrimonio, cumpleaños. Ella se rebuscaba mucho. Nosotros tenemos un carrito antiguo y ella también prestaba ese servicio. El esposo no tenía trabajo y ella era la cabeza del hogar.
SEMANA: ¿cómo harán para costear cirugías y demás?
W. B.: “A mí me gusta luchar. Me gusta rebuscarme, por eso he decidido rifar una bicicleta. Una bicicleta todoterreno de MTV. Soy coleccionista de bicicletas antiguas vintage, me gusta coleccionarlas, pero me toca salir de ellas para solventar los gastos clínicos, de abogados, todo”.
SEMANA: ¿cómo hacen para sobrellevar esto en familia?
W. B.: es una situación muy difícil, por ejemplo Sarita, mi otra hija le ha dado muy duro. Ya se me ha desmayado dos veces, una aquí en la casa y visitando a Ana María. Esto es muy duro, la niña está sufriendo mucho porque Anita es la inspiración de Sarita.
SEMANA: ¿qué llamado les hace a los conductores?
W. B.: yo quiero hacer un llamado a todo el pueblo colombiano para que les tengan más paciencia a los ciclistas. A ellos los esperan en la casa, ellos salen a entrenar, pero en este deporte uno sale, pero no sabe si va a llegar. Desgraciadamente, hay muchos conductores imprudentes, muchos conductores negligentes que no tienen la pericia necesaria para andar en la calle. Esto lo podemos ver con Anita. No respetan el metro y medio, aunque hay una ley que dice que nosotros podemos coger todo el carril completico, pero hay conductores que ven un ciclista y le echan el carro encima. No les gusta que un ciclista les ocupe el carril que llevan. Hay que proteger a los ciclistas, apoyar el ciclismo colombiano.
SEMANA: ¿qué dicen los médicos de lo que se viene para Ana?
W. B.: realmente es asombroso cómo Dios le dio un soplo de vida a mi hija. La razón humana dio por perdida la vida de mi hija. Anita es un milagro de Dios. Lo único que yo sé los médicos no entienden cómo ella ha evolucionado, es algo que no tiene explicación porque no es humanamente posible. Anita está tan fuerte, que ya le están dando alimentos y la necesitan fuerte para más cirugías. Los médicos no se explican de dónde saca la tenacidad, porque para las heridas tan graves no es para que esté viva.