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Mujeres a prueba: tres películas y una serie sobre la dura lucha femenina
Manuel Kalmanovitz G reseña cine argelino, argentino y francés y una serie estadounidense. Todas las producciones retratan la lucha de sus personajes femeninos por preservar su integridad en ambientes hostiles.
Papicha - Buena
Director: Mounia Meddour • Año: 2019 • País: Francia/Argelia • Duración: 108 min • Disponible para alquilar en https://www.cineplex.com.co/cineplay/
Al igual que la película turca Mustang (2015), esta es una crónica de resistencia femenina en un contexto que se está transformando para hacerse cada vez más represivo. Tiene lugar en Argelia en los años noventa y su protagonista es una muchacha universitaria que estudia lenguas y sueña con ser una costurera exitosa sin irse de su país. Retratando con amplitud las relaciones del grupo de mujeres del que forma parte y su contexto general con vendedores de telas y porteros de la universidad, es una película con pocos matices (los buenos son muy buenos y quieren la libertad; los malos son muy malos y quieren oprimir a estas muchachas), pero aun así captura momentos vívidos de la amistad entre estas mujeres, que crean entre ellas un lugar en el que resulta posible la solidaridad y la expresión que el mundo más amplio les está negando cada vez más violentamente.
Director: varios • Año: 2019 • País: Estados Unidos • Duración: 10 capítulos de aprox. 60 min c/u • Disponible en AppleTV
Esta serie de televisión se sumerge en las dinámicas de poder en un programa matinal diario que ha entrado en crisis tras el despido de su animador por acosar sexualmente a sus subalternas. Esta exploración de los efectos y posibilidades del #MeToo para revolucionar las estructuras heredadas toma forma en el choque de dos mujeres que quedan al frente del programa: la veterana Alex (Jennifer Aniston) y la recién llegada Bradley (Reese Witherspoon). Mirando con cuidado las dinámicas románticas y laborales, y la manera en que se pueden movilizar los matices entre el consentimiento y el abuso para condenar a uno o para exonerar a otro, es un viaje tensionante por un mundo en el que coexisten mercantilismo e idealismo, la identidad de grupo y los individuos destacados que deben hacer cálculos difíciles entre proteger su integridad o el bienestar de sus colegas.
Una chica fácil - Buena
Director: Rebecca Zlotowski • Año: 2019 • País: Francia • Duración: 90 min • Disponible en Netflix
El asunto central no está tan alejado de la prostitución de la anterior. Este drama francés sigue la relación de una chica de 16 años a punto de graduarse de la escuela con una visitante durante el verano: su prima de 22 que se la pasa saliendo con hombres que le hacen regalos muy costosos. Ambientada en el balneario de Cannes, todo tiene el aire irreal de un sueño, con historias truncadas, saltos de locación y tesoros apenas vislumbrados (hay relojes Cartier, bolsos Chanel y yates gigantescos), que hacen pensar que la facilidad del título aplica también a ese lujo destellante, ostentoso y costosísimo que parece desligado de cualquier trabajo o esfuerzo. La muchacha fácil es retratada como una especie de pantalla en la que hombres y mujeres proyectan sus fantasías y que, en el proceso, va perdiendo no solo sus imperfecciones sino su misma identidad.
Alanis - Muy buena
Director: Anahí Berneri • Año: 2017 • País: Argentina • Duración: 82 min • Disponible en Movistar/ Foxplay
Una mujer dedicada a la prostitución, con un hijo de año y medio, es el centro de esta película argentina. Los tres días en los que la sigue la cámara son dramáticos: la echan del apartamento que comparte con una amiga, luego se refugia con una tía que apenas la tolera y, tras trabajar en la calle, termina en una casa de citas en la que se queda con la mitad de lo que gana. Estamos en las antípodas de la prostitución idealizada de Pretty Woman, pero aun así el desconsuelo no es absoluto. Y esto se debe en buena parte al énfasis que la cinta pone en la independencia de esta mujer, en su fortaleza y aguante, así como por decisiones formales: tanto las tomas largas como la ausencia de música acompañante le niegan al espectador la comodidad de sus reacciones más fáciles y predecibles (la lástima por la mujer caída, etcétera) para confrontarlo con un ser humano complejo y matizado.