Ópera

'El elíxir de amor': el antecesor de las telenovelas

La famosa ópera de Donizetti estará el 30 de julio en las salas principales de Cine Colombia.

Matilde Acevedo
26 de julio de 2016, 4:34 p. m.
Belcore intentando conquistar a Adina. Foto: MetOpera.

Disfraces, vibratos, coquetería y dos individuos que no pueden concretar su amor, o bien porque uno de ellos es muy orgulloso para llegar a términos con sus sentimientos, o bien porque los separa una serie de eventos cuya naturaleza pareciera confundirlos a propósito.Esta escena puede resultar familiar, pues aparece en muchas tramas. Hoy es algo cliché, pero no lo era en 1832, cuando Gaetano Donizetti escribió y presentó la ópera El elíxir de amor. Entre risas y desesperanzas, la versión de The Metropolitan Ópera, protagonizada por Anna Netrebko y Matthew Polenzani y que el 30 de julio se proyectará en salas de Cine Colombia, hace del espectador el único testigo de los enredos que suceden en la obra, el único que sabe todo lo que ha pasado y el único que puede hacer algo al respecto. 

Todo comienza cuando Nemorino, interpretado por Polenzani, le declara su amor a Adina, una mujer indecisa, simpática y algo arrogante (interpretada por la soprano rusa Anna Netrebko). Por supuesto, al comienzo Adina lo rechaza, convencida de que Nemorino siempre estará a sus pies. Pero todo cambia cuando el sargento Belcore le pide matrimonio a Adina y Nemorino se encuentra con un elixir de amor que hará que todas las mujeres se enamoren de él, incluida Adina. Lo que Nemorino no sabe es que ese elíxir no es más que una botella de vino que le dio el engañoso y deshonesto "doctor" Dulcamara. Sin embargo, la botella genera en él una seguridad que hace que Adina se sienta rechazada y lo quiera para ella. Justo cuando todo pareciera indicar que Nemorino se dará cuenta del fraude que es Dulcamara, al siguiente día se halla rodeado de mujeres que le coquetean, pues en el pueblo se riega el rumor de que obtendrá una nueva fortuna. Y así inicia la trama de una historia llena de confusiones y momentos de humor.

Lo interesante de esta obra es que, como es común en la ópera, nada es lo que parece. Sin embargo, ese no es un problema. La historia se desarrolla de tal manera que no es motivo de angustia la resolución de las múltiples confusiones. Al contrario, esa ingenuidad y simplicidad de los personajes al final resulta más graciosa que angustiante. Entonces, le toca al espectador aguantarse la impotencia de saberlo todo y de no poder manifestarlo –como saber que el éxito de Nemorino con las mujeres no es por cuenta del elíxir sino por cuenta de una fortuna que, sin saberlo, heredará–.

Si nunca ha visto ópera y tiene prejuicios, El elíxir de amor es la introducción perfecta al género, a sus extendidas sílabas y a sus diálogos musicales. No solo Netrebko y Polenziani entregan una interpretación honesta y sensible de esta famosa obra, sino también Ambrogio Maestri, quien hace de Dulcamara, y Mariusz Kwiecien, quien hace de Belcore, entre otros. Las capacidades físicas de los actores para mantener largas notas y al tiempo no perder el norte de sus personajes, es una buena forma de entender el rango teatral que requiere la ópera. No hay duda de que la potencia física, vocal y actoral que debe tener un actor de ópera es inmensa. Además, es una ópera corta con una duración de dos horas y media.

Esta obra hace parte de un Ciclo de Verano organizado por Cine Colombia en el que se presentarán otras tres óperas más en Bogotá, Cali, Medellín, Bucaramanga, Barranquilla, Cartagena, Ibagué y Villavicencio. Las obras son: Tosca, La Bohéme y Cosi Fan Tutte además de Elixir de amor.

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