IN MEMORIAM

Rutger Hauer, un fuera de 'serie B'

Vía Betatonio, el holandés se hizo a un lugar en el corazón de un seguidor doliente y emocionado que, en este texto, lo recuerda, lo aplaude y lo despide.

Sergio Mejía
30 de julio de 2019, 3:06 p. m.
Tuvo roles de primera plana, también producciones de bajo perfil. En todas dejó su huella. Foto: Tiziana Fabi AFP

Gracias al novio de mi hermana, adicto a las películas de acción serie B de los años ochenta, y a la particular e insuperable colección de VHS que Betatonio ofrecía en alquiler, tuve la fortuna de descubrir a Rutger Hauer, un actor holandés malacaroso de 1.85 metros de estatura, ícono de la cultura pop que, afortunadamente, el ingrato Hollywood no olvidó por completo.

Los últimos roles que recuerdo haberle visto con gran sorpresa fueron el de directivo cretino de Industrias Wayne en Batman Begins y de cardenal corrupto y depravado en Sin City. Y, aunque mostraron un Hauer a la altura, las actuaciones que lo tatuaron en mi subconsciente fueron las clásicas, las de antaño.

Para nombrar solo algunos de sus trabajos de esa época, empiezo con su papel en The Hitcher. En esta película encarna un memorable y desquiciado asesino en serie que estresa hasta los créditos finales. Sigo con su rol de héroe-galán Navarra en Ladyhawke con una hermosa y joven Michelle Pfeiffer, y el del invidente “samurai justiciero” en Blind Fury . En esta, mostraba su tremenda habilidad con la katana cortando en muchas partes, sin dificultad, gran variedad de frutas en vuelo y de enemigos.

Lo recuerdo también en la terriblemente mala Wanted Dead or alive, en la cual se enfrentaba -desde el odio visceral- a un inexpresivo Gene Simmons (bajista de Kiss y motivo de por qué recuerdo la cinta). La cinta demostró que, con malos guiones, nuestro envalentonado rubio homenajeado no podía hacer milagros.

Y luego, tras verlo quebrar huesos en un deporte post-apocalíptico en la película que más repetí en mi segundo piso de vida, la inolvidable y desconocida Sangre de héroes (Blood of Heroes); tomar malas decisiones sangrientas y sexuales en Flesh & Blood del también sangriento Paul Verhoeven; de aceptar ser  el primer villano de Buffy, la cazavampiros, solo podía posicionarse más alto aún en mi imaginario de héroe ochentero con un rol muy notable...

Y ese llegó cuando lo vi de antagonista de Harrison Ford en su actuación cúspide, en la Blade Runner original de Ridley Scott, encarnando al replicante Roy Batty, que al final de la película se faja un discurso digno de premio Óscar... uno que nuestras redes actuales aún destaca y reproduce en gifs y memes.

Para ser hombre de pocas palabras como lo fue el gran Rutger, termino diciendo que estos grandes recuerdos invadieron mi cabeza al saber de su muerte. Me doy cuenta de que antes disfrutaba del cine de una forma más sencilla y orgánica y que lo único que necesitaba era un protagonista que se plantara en la pantalla y me hiciera creer que podía salvarme la vida o patearme el trasero, según se le diera la gana.

PS: Si algunos dudan del talento de este personaje pueden repasar su extensa filmografía, en la cual hasta un Globo de oro logró echarse al bolsillo en sus mejores años. 

Gracias Rutger, merecías más pero lo tuviste todo.

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