Entrevista
‘La maldición de Bly Manor’ llega este viernes a Netflix, hablamos con su creador
El guionista y director Mike Flanagan habló con SEMANA del terror familiar que creó en ‘La maldición de Hill House’, que tocó en ‘Dr. Sleep’ y que retoma en la producción que Netflix estrena en este 9 de octubre.
En el London WeHo Hotel de Los Ángeles, semanas antes del estreno de Dr. Sleep en la gran pantalla, Mike Flanagan le dijo a SEMANA que ya quería librarse de la presión y meterse de cabeza en su próximo proyecto. Las angustias asociadas a seguir los pasos de King (escritor de The Shining y de Dr. Sleep) y del visionario Stanley Kubrick (director de The Shining) lo drenaron, y si bien llevó a puerto la película rindiendo tributo a los legados involucrados, el mainstream reaccionó con tibieza. Lo lógico era fallar estrepitosamente, salió bien librado porque algo tiene la película: su sello de humanidad y trauma familiar en el terror.
El director tomó vuelo en el el cine desde 2013, cuando estrenó Oculus, pero fue en streaming donde se anotó su éxito más rotundo, en 2018, con La Maldición de Hill House. Con ese viento de cola se animó a Dr. Sleep, además impulsado por el visto bueno de su ídolo Stephen King, quien había seguido sus pasos y aplaudido su adaptación de su libro Gerald 's Game, en 2017.
En ese punto, mayo de 2019, Flanagan le reveló a este medio que ya se reunía con su equipo de escritores para completar el guion de su siguiente obra: La Maldición de Bly Manor, la producción que Netflix estrena el viernes 9 de octubre. Parte de la misma saga que trajo Hill House, y con varios de sus actores, esta entrega se inspira en las obras de Henry James, escritor estadounidense que pasó su tiempo entre Nueva York y Europa y cuyo estudio de terror psicológico en niños y adultos marcó el género. The Turn of the Screw, publicada en 1898, es quizás su obra más famosa.
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El cine de horror refleja nuestras inseguridades, nuestros impulsos, nuestra naturaleza oscura, que se representa metafóricamente en un espacio seguro
Esto contó Mike Flanagan sobre lidiar con presiones titánicas, sobre la naturaleza del género del terror y su importancia para ‘medir la temperatura’ de una cultura. Un hombre que de niño no podía ver películas de terror, y cambió su destino de profesor de escuela para hacer cine de ese género, le rinde homenaje también a George Romero, Jordan Peele, y otros directores cruciales en su carrera.
Alta expectativa hay alrededor del lanzamiento de ‘La maldición en Bly Manor’ por cuenta del éxito de ‘La Maldición en Hill House’.
SEMANA: ¿Cuándo supo que contar historias era lo suyo y qué directores alimentaron ese camino?
Mike Flanagan: Siempre adoré el cine, amé las películas, aunque era muy miedoso para ver películas de terror. Me tapaba la cara con las manos, las veía entre los dedos. Así me pasó hasta con Thriller, de Michael Jackson. ‘Vi’ ese largo video detrás del sofá.
SEMANA: ¿Cuál lo emocionó, cuál no lo dejó dormir?
M.F.: De joven mi película favorita fue Jaws (Tiburón); era mi tipo de película y me asustó hasta la mierda. Cuando estaba en 5to Grado vi The Shining (El resplandor), y me asustó muchísimo también. Ese mismo año hice mi primera película en VHS. Una reinterpretación de The Untouchables de Brian de Palma de 15 minutos, hilarante. Desde ahí comencé a ver tantas películas como podía: Kubrick, Spielberg, De Palma, Hitchcock, y Scorsese cuando crecí un poco más. Estas son mis figuras paternas en lo que corresponde al cine. En lo que tiene que ver con lecturas, leía mucho Stephen King, y antes a R.L Stine.
Así era mi vida, evitaba películas de terror porque me desestabilizaban mucho, pero leía Stephen King y terminaba aún peor. Pero no me daba cuenta de esto en ese momento.
The Shining y Jaws me mostraron lo sofisticado que podía ser el cine. Son películas que entre más las ves, más ves en ellas. Las repeticiones siempre arrojaban más detalles. La mayoría de cintas se ponen aburridas en la repetición. Pero ese tipo de película me atrajo, me emocionó, se sentía como un truco de magia, y eso me hizo querer hacerlo también.
Mi padre estaba en el Ejército, y nuestra familia se mudaba mucho, éramos una familia viajera. Y yo iba a ser profesor de Bachillerato, me había planteado enseñar Historia porque en ese momento pensar en películas era un pajazo mental, una ‘torta en el cielo’. Pero en la universidad tomé una electiva en el departamento de Cine en mi pequeña escuela y lo amé, y no he parado.
El trauma infantil y cómo nos marca como adultos, me interesa como tema. La desintegración de un núcleo familiar también
SEMANA: El tiempo, la familia, los problemas que surgen con el tiempo en las familias, temas centrales en sus historias...
M.F.: Hay temas que sin duda me atraen más, como por gravedad. No he logrado separarme de ellos. Por ejemplo, el trauma infantil y cómo nos marca como adultos, ese realmente me interesa en este momento. Otro, relacionado, es la desintegración de un núcleo familiar. Creo que este viene de algo que me aterra. Y tuve una infancia relativamente segura, mi familia y mis padres armaron un ambiente sano, aún viven juntos, y tuve mucha estabilidad al crecer. Y por eso me asusta hasta la médula la idea de que algo infiltre el espacio seguro de una familia y la destruya. Tiendo a relatar historias que juegan con esto. Tiendo a trabajar en historias que me asustan personalmente. Y me sirve para revisar qué es lo que me asusta para tratar de procesarlo.
SEMANA: El terror ha venido retomando un espacio cultural que no tenía desde los años ochenta, ¿cómo ve usted el momento del género? ¿Qué le ha gustado?
M.F.: En términos de género, lo asombroso y resiliente del cine de horror es que refleja nuestras inseguridades, nuestros impulsos, nuestra naturaleza oscura, que se representa metafóricamente en un espacio seguro.
Así que se le puede tomar la temperatura a una cultura, y ver dónde estamos como país y como sociedad, siguiendo lo que el género muestra. Es donde ponemos las ideas más difíciles de discutir y de digerir a partir de metáforas intensas. Y estas se vuelven tan exageradas que nos permiten procesar una idea perturbadora. Podemos disfrutarla, hacer catarsis a través de ella, pues es tan exagerada que no puede ser real. Y esa es una terapia increíble.
Creo que por eso el cine de terror pasa por ciclos, porque terapia vamos a necesitar siempre. Y esto ha llevado a un trabajo excepcional. Lo que Jordan Peele (Get Out, Us) está haciendo, los temas que explora. Es decir, le está poniendo un espejo oscurísimo a nuestra cultura, A su manera, George Romero lo hizo en su tiempo en su momento más creativo y productivo. El género siempre ha operado así. Nuestros miedos cambian, nuestras inseguridades cambian, nuestra cultura cambia, la técnica de contar historias cambia y se vuelve sofisticada, y vive ciclos de construcción y deconstrucción y reconstrucción. Lo que nunca va a cambiar, es que necesitamos un lugar seguro donde guardar todas nuestras preguntas sobre nuestros aspectos más incómodos, individual y culturalmente.
A mí me gusta jugar en este espacio, no siento que necesite reinventarse. Y si sigo trabajando en él, quiero ver dónde termina soplando el viento.
SEMANA: Viene trabajando sobre un proyecto basado en ‘The Turn of the Screw’ de Henry James, ¿qué nos puede contar al respecto?
M.F.: Estamos terminando nuestra actividad en el cuarto de escritores, y en unas tres semanas vuelo a Vancouver a empezar producción (de nuevo, la charla tuvo lugar en mayo de 2019).
SEMANA: Es un clásico... le gusta jugar con la presión...
M.F.: Me gusta que se ha hecho muchas veces, a diferencia de The Haunting of Hill House que se había hecho dos veces y Dr. Sleep, que no se había hecho nunca. En el caso de The Turn of the Screw nos alejamos de lo que se ha hecho. Y así como en el caso de Hill House (basada en una novela de Shirley Jackson), el material no soporta toda una temporada de televisión, así que hay que crear algo nuevo alrededor.
Amo la historia, y puedo ver su influencia en muchas de mis creaciones favoritas, incluyendo a Shirley Jackson, muy inspirada en Henry James cuando escribió The Haunting of Hill House en 1960. Ha sido muy divertido ir hacia atrás y destapar estas capas de influencias. Es una gran temporada la que viene, me gusta volver a ese mundo, me alivia salir de la olla a presión que ha sido este tiempo.
Sobre Dr. Sleep
SEMANA: Parece valiente y arriesgado medirse a este reto, Stephen King escribe este material y el reto de mantener contenta a la gente ante la poderosa memoria de ‘The Shining’ de Kubrick debe pesar...
M.F.: Se lo prometo, no fue valiente. Me la pasé aterrorizado, aún lo estoy, fue algo muy intimidante. En el fondo quería tener la oportunidad, sabía que si alguien iba a hacerlo, quería ser yo. No pensé que se fuera a dar.
Como un seguidor de toda la vida de Stephen y de Stanley, quería que la cinta fuera algo que me emocionara ver. Al principio parecía tan distante que sucediera que era fácil ser valiente y confiado, pero desde que se aprobó me la he pasado con susto.
Todo ese historial interconectado de historias, que va de temas grandes a detalles mínimos, vino de leer Stephen King
SEMANA: ¿Se disipa esto? Mencionó antes que tanto el campo Kubrick como Stephen King lucen satisfechos...
M.F.: Nunca me siento confiado de más en ninguna situación, pero el beneplácito de ambos lados me permitió relajarme un poco. Ahora, la parte más difícil de un proyecto es soltarlo para que la audiencia se lo apropie, pero también es algo que ansiaba hacía rato. Cargar este peso por tanto tiempo no es saludable, sin importar qué pase. Pero me pongo nervioso, igual. Quiero que a la gente le guste.
SEMANA: Sin ese temor, ¿valdría la pena?
M.F.: Sé que haremos junkets, mostraremos la cinta a la prensa y habrá premiere, pero pronto me meteré a un teatro y me sentaré atrás para ver qué reacción tiene la gente, la gente que no sabe que estoy ahí y que va a ver una película un sábado por la noche. Esa parte me asusta y me emociona.
SEMANA: Usted ha ido armando su propio universo, entre películas, series, y producciones de suspenso o terror... ¿Cómo describe su cuerpo de trabajo? ¿Siente ‘Dr. Sleep’ como una graduación?
M.F.: Sí, lo describiría como una graduación. Siento que mucho ha sucedido y me ha traído a este punto. Todo ese historial interconectado de historias, que va de temas grandes a detalles mínimos, vino de leer Stephen King. Sabes, recuerdo estar leyendo Insomnia, y de repente King menciona casualmente, “Y este pequeño zapato deportivo pertenecía a Gage Creed” (personaje de Pet Sematary) y yo “¡Cóooomo!”.
Recuerdo esos momentos eléctricos de conectar muchas de sus historias, hasta en pequeños detalles, me parecía lo máximo. Y cuando llegué a The Dark Tower, y pensé “Ah, es toda una historia”, fue asombroso.
Así que, en mi propia adoración por King, he tratado de hacer lo mismo, interconectar historias temáticamente, y ha sido divertido para mí dejar que se vayan sumando y haciendo eco.
Sobre lo que viene ahora, no lo sé bien... Me gustaría seguir jugando en la arenera de Stephen King, hay mucho más por contar. Son muchas, de hecho es difícil escoger. Mi sueño siempre fue The Dark Tower, pero ese bota ya partió...
SEMANA: ¿Qué pensó de la versión que se hizo?
M.F.: Yo la hubiera abordado de manera distinta. Ahora, me genera curiosidad qué tal sale la serie de televisión Castle Rock, inspirada en mi libro favorito: The Dark Tower IV: Wizard and Glass.
Con las adaptaciones de King me pasa que las disfruto mucho menos entre más se alejan del material original. Y sí, es muy intimidante ese material, pero desde el principio tomaron una dirección distinta y me fue difícil aceptarla. Quizás algún día haya una nueva oportunidad de hacerla.