Crédito: Guillermo Torres / Semana.

Cines

“Las medidas del protocolo son tan extremas, que reabrir los cines es casi imposible”

Arcadia habló con el presidente ejecutivo de la Asociación Colombiana de Cine, Gustavo Palacio, sobre los protocolos de bioseguridad que expidió el Ministerio de Salud para la reapertura de teatros y salas de cine.

21 de agosto de 2020

Mediante la Resolución 1408 del 14 de agosto, el Ministerio de Salud expidió los protocolos de bioseguridad que deben cumplir teatros y salas de cine para volver a abrir sus puertas al público.

En una carta enviada el 20 de agosto al ministro de Salud, la Asociación Colombiana de Cine (ACOCINE) hizo saber que las medidas expedidas hacen prácticamente inviable la reapertura de las salas de cine.

“Nosotros planteamos cuatro observaciones puntuales,” dice Palacio. “1) El protocolo prohibe el consumo de alimentos en las salas. Pero para los exhibidores de cine, esa comercialización de alimentos y bebidas es sustancial para la rentabilidad del negocio. 2) También da a entender que podría haber un aforo hasta del 50 por ciento. Sin embargo, cuando se miran detalladamente las reglas de distanciamiento expedidas, las salas de cine nunca se llenarían más del 19 por ciento.”

El protocolo establece que entre espectadores se deben dejar dos sillas desocupadas, y que entre filas ocupadas debe quedar una vacía.

“3)El documento da a entender que debe haber ventilación natural, y establece que puertas y ventanas deben permanecer abiertas. Esto es desconocer la regulación de las salas de cine, que tienen que tener aires acondicionados que renueven la totalidad del aire del ambiente cada 15 minutos. Ocurre más o menos igual que en los aviones: constantemente hay una circulación de aire.”

“4)A diferencia del caso europeo, este protocolo de bioseguridad no establece fases. En vez de definir un cronograma, una ruta a seguir que les permita a los exhibidores tener una visión futura y poder hacer sus cálculos de acuerdo con eso, es como si las circunstancias no fueran a cambiar. Uno de los principales problemas con esto es que, cuando efectivamente cambien, toca volver a empezar el proceso de cero. Los exhibidores tienen que volver a esperar a que se expida un nuevo protocolo, y luego volver a tramitar los permisos con las autoridades locales.”

Este último punto también es crucial.

“La habilitación para abrir cines y teatros realmente la dio el último de decreto de aislamiento que salió a finales de julio. El documento permitía el funcionamiento de los autocines, y de los cines y los teatros en los municipios de cero o baja afectación. En el caso de las zonas con mediana o alta afectación -Bogotá, Cali, Medellín, Barranquilla...- se podían abrir las salas de cine bajo la modalidad piloto. Fue una luz amarilla, porque para abrir las salas faltaba que se expidieran los protocolos.”

“Eso ocurrió el 14 de agosto, pero, antes de abrir, los exhibidores tienen que conseguir la aprobación de todas las autoridades locales correspondientes, y el proceso puede tardar semanas.” Un exhibidor como Cinemark, por ejemplo, tendría que tramitar la aprobación de reapertura con más de 20 municipios distintos.

“La verdad es que las medidas son tan extremas, que taparon la posibilidad de una reapertura. Cada quién decidirá, pero el dilema en el que están los exhibidores es muy difícil. ¿Es rentable abrir las salas sin poder vender comida y con un aforo de menos del 20 por ciento? La respuesta es no. Pero por el otro lado, los gastos de arriendo, de nómina, de administración siguen corriendo.”

En mayo pasado, ACOCINE le presentó al Ministerio de Comercio una propuesta de protocolo, y éste, a su vez, al de Salud.

“No planteamos restricciones de comida dentro de las salas. Propusimos medidas para que la dispensación y la venta de alimentos y bebidas se hiciera con todo tipo de precauciones de bioseguridad, tratando de evitar el contacto.”

“Con respecto al distanciamiento dentro de las salas, planteamos un sistema de cuadrículas por parejas, que permitía una ocupación mucho más alta. Dos sillas ocupadas y las de adelante y las de al lado vacías. Como un tablero de ajedrez.”

“Con la carta, lo que estamos buscando es que se replantee el protocolo, pero, sobre todo, que haya diálogo. Esta crisis requiere diálogo.”