Federico Díaz-Granados en su oficina.

Historias

El despertar de tres escritores fanáticos

Si algo ha logrado el universo galáctico de George Lucas desde el 1977 es cultivar seguidores por todos los rincones del mundo. Colombia no es la excepción y, a pocos días del estreno, Arcadia habló con tres personajes de la cultura a quienes desde niños, esta fuerza los acompaña.

Mónica Jaramillo Arias
11 de diciembre de 2015

A una semana del estreno de El despertar de la fuerza muchas teorías surgen alrededor. ¿Habrá sucumbido Luke Skywalke al lado oscuro? ¿Renacerán los Jedis? ¿Qué papel jurarán los hijos de la princesa Leia y Han Solo? Todas estas hipótesis entusiasman a los fanáticos, pero para los seguidores que nacieron con la saga, esta séptima entrega significa la culminación de una historia que los marcó desde la infancia.

Federico Díaz-Granados, Juan Felipe Robledo y Ricardo Silva son tres personajes que además de ser escritores y poetas colombianos, tienen en común el ser fanáticos de toda la saga. Cuando eran niños tuvieron la oportunidad de ir a los estrenos de las primeras películas y desde 1983, fecha en la que se lanzó El retorno del Jedi, esperan para volver a ver una producción que retome el final de la obra original. Una que además de efectos especiales, vuelva a estar llena de ese sustrato literario y mitológico que alguna vez caracterizó a las primeras.

A muchos de ellos, seguramente, se les podría encontrar en una tienda de suvenires de Disney más emocionados que sus hijos. ¿Y por qué no? Disfrazados de Yoda o Darth Vader en el estreno de la próxima película.

Arcadia comparte su experiencia

Federico Díaz-Granados
Poeta, periodista y gestor cultural colombiano

Federico Díaz-Granados prefiere seguir llamando a la saga La guerra de las galaxias y no Star Wars. Así fue como la conoció desde niño. A él, a diferencia de la mayoría de los de su generación, la película le llegó por la vía familiar: La de su padre José Luis y la de su tío Felipe.

Aunque no tiene plena conciencia del momento en que la vio por primera vez, si recuerda que desde pequeño empezó a construir un imaginario de la película. Pues para su familia se volvió una “tema de culto” sobre el que se hablaba todo el tiempo.

“Recuerdo que los escuchaba conversar. Incluso en las navidades me daban regalos relacionados con la película. Alguna vez me dieron una estación espacial de Kenner, los mejores juguetes de esa época. Al principio era mi padre, pero luego mi madre también empezó a regalarme libros, cómics… todo eso llenó mi infancia de mucha alegría”.

Después de más de treinta años, Díaz-Granados tiene una colección de objetos de Star Wars que atesora desde su infancia. Juguetes, llaveros, libros, máscaras, loncheras, títieres y cerámicas inundan por igual los espacios de su oficina y su casa. Además, así como su padre lo hizo con él, Díaz-Granados le ha dejado este legado a su hijo Sebastián.

“Yo tengo la misma frase que George Lucas: ‘The force is strong in my family‘". Para mí, mi papá y mi tío son los grandes Maestros Jedi. Mis primos y yo vendríamos siendo caballeros Jedi, y mi hijo, Sebastián, un padawan, porque ya le pude transmitir esa afición”.

Más que una película, Star Wars es un sentimiento común que se ha transmitido de generación en generación, y que a pesar de que los intereses generacionales son cada vez más dispares, les ha servido como puente de comunicación.

Aunque vio las primeras dos entregas en betamax, Diaz-Granados asegura que cuando vió Star Wars: El imperio contrataca lo que más le impresionó fue haber visto a Yoda. “Me estremeció ver que en esa figurita había un gran guerrero. Que los guerreros no tenían que ser los estereotipos que nos mostraban otras películas. Sino que al contrario, esa persona menudita, tierna y entrañable también podía serlo. Me impactó de igual forma la escena clásica en la que Luke se enfrenta a Darth Vader y él le confiesa que es su padre. Eso aclara muchas cosas, y le da un nuevo sentido a la saga”.

El regreso del Jedi fue la única de las entregas de la trilogía que pudo ver en cine. En ese momento el poeta estaba en Santa Marta, y como recuerda, en esa época las funciones duraban solo una semana así que fue al Teatro Simón Bolívar todos los días hasta que dejó de proyectarse. “Me la repetí siete veces. Luego, llegaba a la casa y veía en betamax las otras”.

Igual que la mayoría de los fanáticos, Diaz-Granados cree que la segunda trilogía de La guerra de las galaxias se queda corta. Que más que otra cosa, “fue un asunto comercial de Lucas por construir una historia bonita. Esa ética y ese sustrato literario de las originales se dejó a un lado".

Para este poeta, Star Wars significó el gran mito de su infancia. “Todos tenemos un mito al que nos aferramos, y años después vine a entender que La guerra de las galaxias tenía toda la estructura mítica y literaria que tienen los grandes clásicos. Tiene la estructura del las historias griegas, el viaje del héroe, la buqueda del héroe.. también una estructura bíblica, porque hay una profesía. Hay política, democracia, un frente a los sistemas totalitarios, educación, novelas de caballería, una princesa que es rescatada y un pirata que se enamora de ella”.

Con El despertar de la fuerza Diaz-Granados hace la cuenta regresiva de 32 años de espera. Tiene todas las expectativas puestas en que regresen los efectos especiales y que finalmente se cumpla todo lo que se ha especulado a través de los cómics de los fanáticos que han prolongado la historia.

Por lo pronto, intenta convencer a su padre de ir disfrazado de Obi Wan a la premiere del 17 de diciembre. Estreno al que él irá de Darth Vader, y su hijo, del nuevo malo.

Ricardo Silva
Escritor, periodista, guionista y crítico de cine colombiano

El primer contacto que tuvo Ricardo Silva con Star Wars fue a través de un betamax. Quedó tan fascinado con el universo galáctico que veía a través de la pantalla que desde ese momento se considera un seguidor. Según cuenta, el quinto episodio de la saga, El Imperio contraataca, fue el más trágico para él, pues su personaje favortito, Han Solo, termina congelado y a Luke acaban confesándole, en una icónica escena, que Darth Vader es su verdadero padre.

Lo que fascinó a Silva desde su infancia fueron las espadas laser, las naves y los personajes. Pero con el tiempo entendió que “esa combinación entre mitología e historias del pasado lo enganchaban todo el tiempo”.

Más de trés décadas han pasado desde el primer estreno de la saga. Sobre El despertar de la fuerza, Silva cree que la película tiene todas las garantías para ser buena. Para él, un director como J.J Abrams, la música de John Williams y algunos actores de la trilogía original, son el trinomio perfecto que no debería fallar.

Además, aplaude la decisión de George Lucas de entregar la historia a Disney, pues desde su punto de vista, este rumbo hará que la historia crezca mucho más.

“Digo esto porque si él hubiera continuado contádola, seguiría metido en su propia cabeza, limitado. Él prácticamente se inventó un mundo, como Disney con Mickey, y quererlo manejar solo es imposible. Curiosamente Lucas se lo vendió a ellos. A personas que saben manejar eso, como pasó con Marvel y los Muppets en su momento. Para esas historias y esos personajes tan grandes lo ideal y sensato es que se sigan siga aprovechando, y en eso no hay nadie como Disney”.

Juan Felipe Robledo
Poetista y ensayista colombiano

Robledo tenía nueve años cuando vio por primera vez Star Wars. En ese momento lo impresionó mucho porque era algo novedoso y porque cuando la vio sentió una relación muy directa con los personajes. Principalmente con Luke, el protagonista, pero también con Han Solo y Chewbacca.

Desde el primer estreno, que vio en cine, Robledo tuvo la sensación de estar presenciando algo mágico. “Aunque no soy un fan muy público de la saga, sí tengo un recuerdo muy fuerte de esa primera trilogía. De niño tenía la ilusión de poder divisar algún día esa maravilla con mis propios ojos, de entender que el mundo era así de amplio y que esos personajes que lo acompañaban tenían un valor cercano a nuestro mundo y a nuestra intimidad”.

El poeta antioqueño vio la trilogía original en todos sus estrenos. Y recuerda que un teatro de Chapinero, quizá el Royal o el Astor, fue el escenario en que conoció por primera ves La Fuerza. Ese campo de energía metafísico y omnipresente que impregna todo el universo de Star Wars.

Con respecto a la segunda trilogía, Robledo cree que es una vergüenza. “No tiene relación ninguna con la primera, es una explosión de efectos especiales en donde la historia no era importante. Los guiones eran de baja calidad y traicionaban el espíritu ético de la primera trilogía. Creo que la hicieron solamente por dinero”.

Con El despertar de la fuerza Robledo tiene muchas esperanzas. Piensa que después de treinta años puede ser esa película que vuelva a retomar el espíritu de la saga.