Cine
‘Todos lo saben’: el secuestro y la tragedia inconclusa
Cuando una niña es secuestrada en una población española, la tensión que surge de la intimidad de los involucrados revela los verdaderos peligros a los que se expone su familia.
El secuestro es una tragedia inconclusa. Los afectados quedan suspendidos batiéndose entre emociones de todo tipo, preguntándose el porqué y proyectando un final. Las necesidades y exigencias de cada uno abandonan su estado “normal”, impuesto por la sociedad, y dan lugar a los llamados más viscerales del cuerpo, a los impulsos más inmediatos, a una imaginación descontrolada. Así, sobre la realidad se imponen otras capas de suposiciones y secretos que se revelan desesperados, que disparan una espiral de angustia en una carrera contra el tiempo. En Todos lo saben (2018), el espectador queda sumergido en esta espiral y empieza a hacer parte, junto a los personajes de la cinta, de la búsqueda misma de una niña secuestrada.
La película comienza con la llegada de Laura con sus hijos a su pueblo natal en España para asistir al matrimonio de su hermana. En la noche, durante la fiesta, es secuestrada la mayor, Irene. La familia recibe la advertencia de no avisar a la policía y empieza la búsqueda. Los involucrados son pocos y entre ellos resalta el ímpetu de Paco, amante de Laura en el pasado. Alejandro, el padre de Irene llega desde Argentina y se una a la empresa. Y entre todo este proceso surgen los resentimientos más guardados de algunos, las disputas sobre las tierras, la fe en Dios y la desconfianza de los unos con los otros. El secuestro de la niña resulta ser un elemento de destrucción de la familia, de las relaciones del pueblo, de instituciones aparentemente incuestionables. Y así renace un rumor de algo que Alejandro y Laura creían que era su secreto mejor guardado, y la tensión revienta transformando del todo a los involucrados.
Tráiler de Todos lo saben
El elenco que da vida a esta película es estelar. Laura es interpretada por Penélope Cruz, ganadora del Óscar por su papel en Vicky Cristina Barcelona (2008). Javier Bardem, quien ostenta el mismo galardón por su actuación en No Country for Old Men (2007), es Paco. Y Alejandro es interpretado por el reconocido actor argentino Ricardo Darín. El premiado director iraní Asghar Farhadi (The Salesman, A Separation) es quien hace realidad esta cinta, con su toque que lo caracteriza, el de resaltar la fuerza de lo humano y los contrastes irresolubles entre individuos que enriquecen y complejizan la realidad. Lo íntimo choca con lo social, los secretos con la verdad y siempre hay una hipocresía “normalizada” que determina el horizonte de los hechos.
Todos lo saben es auténtica por su mezcla de géneros tan bien lograda. Es una historia de un crimen donde los investigadores son las víctimas, buscando en silencio. Y es también un drama, sobre la familia, sobre la sociedad que la absorbe, sobre los límites de las palabras y de las conjeturas. Es una reflexión sobre el poder de los secretos, sobre el motor de lo humano, sus virtudes y defectos. La octava cinta de Farhadi es una espiral de emociones acompañada de una visual cautivadora, de los paisajes rurales y de edificios históricos en las cercanías de Madrid. La película es un retrato costumbrista de una cultura que parece atrapada en el tiempo, de individuos que aparentan aun cuando están rodeados de su propia familia. Es una imagen de un pueblo aplicable a toda la sociedad moderna.
Le puede interesar: ‘El Cliente’, de Asghar Farhadi: un tensionante drama doméstico
Todos lo saben es la historia de un secuestro. Pero más allá de eso es una historia de una sociedad tóxica, donde las palabras se filtran y todos las conocen sin aceptarlo. El rapto de Irene, más que fungir como el centro de la narración, es sólo un detonante para revelar un mundo de conjeturas, un mundo donde lo real y lo que se aparenta están en comunicación constante confundiendo y desestabilizando a una sociedad cada vez más sola, a unas masas que se autodestruyen inconscientemente, a unos individuos “normalizados” que son cada vez más egoístas y que resultan peligrosos los unos para los otros. Todos lo saben es una película cautivadora que lleva al espectador a confundirse con los personajes, a ser uno de ellos, a dudar de todos y a participar de cada suposición y cada secreto, es una película que atrapa y que no suelta su tensión hasta el último segundo.