Limpieza
Las cinco zonas de la cocina con más gérmenes y el método correcto para limpiarlas
Los microorganismos crecen especialmente rápido en lugares húmedos y que tienen contacto con productos o desechos orgánicos, como varias zonas de la cocina, ¿cómo limpiarlas?
Según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) a nivel mundial cada año se enferman alrededor de 600 millones de personas por ingerir alimentos contaminados y de estas unas 420.000 personas pueden morir como consecuencia de la enfermedad.
Estas intoxicaciones alimentarias pueden ser transmitidas por bacterias, virus, parásitos, sustancias químicas o priones que se alojan en los productos alimenticios o que se transmiten en el contacto con superficies contaminadas. Estos microorganismos peligrosos pueden sobrevivir hasta por una semana en superficies sin desinfectar, lo que puede incluir varios lugares de la cocina que siempre están expuestos a la comida y a diferentes tipos de desperdicios.
Estas son las cinco zonas de la cocina que tienen más riesgo de estar contaminadas según un estudio realizado por el Hygiene Council y la Fundación de Estudios para la Salud y la Seguridad Social (FESS):
Estropajos y trapos de cocina
Según el estudio, las esponjas, trapos y otros utensilios usados para limpiar los platos son de los lugares con más gérmenes de la cocina. Se calcula que pueden albergar hasta 54.000 millones de bacterias por centímetro cúbico. Entre los patógenos que se pueden encontrar en estos utensilios están la Salmonella spp., Acinetobacter spp., Moraxella spp., Staphylococcus aureus, Campylobacter spp., Listeria monocytogenes, Enterobacter cloacae y la Klebsiella oxytoca o Cronobacter sakazakii.
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Esto se debe a que la mayoría del tiempo no se secan y se cree que con solo usar jabón de cocina los gérmenes no se desarrollan en ellos. Además, muchas veces se usan no solo para limpiar y secar los platos, sino también para limpiar superficies e incluso la nevera, lo que implica un mayor riesgo de contaminación cruzada.
Para evitarlo, es ideal cambiar los trapos, esponjas y toallas de la cocina cada semana y no usarlos para limpiar o secar todas las superficies. Una recomendación para limpiar las esponjas es lavarlas con cloro diluido en agua y secarlas a altas temperaturas; también es útil ponerlas en un tazón con agua y jabón y colocarlas en el microondas por unos minutos para matar las bacterias.
El lavaplatos
El problema de esta superficie son las esquinas y bordes donde siempre queda agua y suciedad estancada, además si no se lavan los platos justo después de comer, los residuos de comida pueden empezar a descomponerse. Según el estudio, en esos casos el lavaplatos puede tener más de un millón de bacterias por metro cuadrado.
La recomendación es no dejar que los platos se acumulen, es decir lavarlos, secarlos y guardarlos justo después de usarlos. Adicionalmente, el cloro es ideal para limpiar los bordes del lavaplatos a fondo, limpieza que debería hacerse una vez por semana.
Las tablas de cortar y los utensilios de madera
Según una investigación realizada por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos, el peor material para los utensilios de cocina es la madera, debido a que es poroso y conserva la humedad, lo que constituye un ambiente ideal para que los microorganismos se desarrollen. De hecho, según un estudio realizado por el Centro de Control de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC), la contaminación de estos utensilios representa una importante fuente doméstica de infecciones.
Entre las bacterias que pueden encontrarse en los utensilios domésticos de madera están: la Salmonella, Campylobacter, Listeria y Brucella, la bacteria Escherichia coli verocitotoxigénica (VTEC), los norovirus, el virus de la hepatitis A y parásitos cómo Taenia solium, Echinococcus, Ascaris, Cryptosporidium, Entamoeba histolytica o Giardia.
Para evitar infecciones en estos utensilios, lo ideal es optar por artículos hechos de plástico, metal o silicona. Para limpiar las tablas de cortar es recomendable restregar con jabón y agua caliente en cada uso y usar un poco de cloro diluido. Además, en el caso de las tablas de cortar, lo mejor es usar una por cada tipo de alimento para evitar una contaminación cruzada entre productos.
Los frascos para guardar especias
Estos utensilios parecen seguros, pero al ser usados en todas las preparaciones, y teniendo en cuenta que muchas veces se cogen sin un correcto lavado de manos, son un foco para las infecciones cruzadas entre alimentos.
Según un estudio publicado en el Journal of Food Protection, las personas generalmente propagan bacterias a los frascos de especias cuando cocinan. Como parte del estudio, los investigadores pidieron a un grupo de personas que preparan una comida con hamburguesas de pavo y una ensalada. Después de cocinar, los investigadores detectaron bacterias del pavo en el 48% de los recipientes de especias.
Para evitar esto, la recomendación es lavarse las manos antes, durante y después de cocinar, especialmente luego de tocar carnes crudas. Además, lo ideal es limpiar con jabón o toallas desinfectantes los frascos que se hayan tocado tras cada preparación.
La nevera
Finalmente, en la nevera los alimentos pueden contaminarse por falta de higiene. Las bacterias no solo pueden ingresar por los alimentos, sino también por los empaques y bolsas que los contienen. Según un estudio de la Universidad de California, en cada centímetro cuadrado del interior de una nevera viven en promedio 11,4 millones de bacterias.
Por eso, lo ideal es limpiar semanalmente las neveras, incluyendo el interior, el exterior y los bordes. Una limpieza profunda implica sacar los alimentos, cajones y separadores para poder limpiar cada centímetro que puede acumular bacterias. Además, para evitar una contaminación cruzada es útil tener en cuenta este orden: en los compartimientos inferiores siempre se deben encontrar los alimentos crudos o en proceso de descongelación, para evitar que contaminen los alimentos cocinados.