Nutrición
¿Realmente comer muy rápido es dañino para la salud?
Comer muy rápido puede hacer que una persona suba de peso más fácil e incluso puede aumentar los síntomas de ansiedad.
Hoy en día se le dedica menos tiempo a disfrutar y comer conscientemente. Parece ser que entre más rápido desaparezca el alimento del plato más es el nivel de productividad, ya sea por las responsabilidades o la constante necesidad de estar conectados a un dispositivo. Sin embargo, la ciencia demuestra que este comportamiento puede generar diferentes consecuencias en la salud de las personas.
Consecuencias de comer rápido
Comer un plato de comida en menos de 20 minutos es considerado comer a un ritmo rápido y la primera consecuencia de este comportamiento es que el nivel de saciedad es más difícil de alcanzar. Esto se debe a que el tiempo invertido en comer no es suficiente para que el organismo active el mecanismo de alerta para avisar que ya el estómago está lleno y se ha empezado el proceso de digestión en el intestino delgado.
Según un estudio publicado en la revista Child & Family Behavior Therapy, comer con un ritmo lento (comer un plato en 20 minutos o más) hace que las personas se sientan saciadas más rápidamente e incluso puede mejorar la respuesta de las hormonas del apetito. En consecuencia, las personas que comen rápido tienden a comer más.
Esta conclusión fue corroborada por la institución Family Medicine and Community Health. De hecho, se evidenció que comer lento puede ayudar a las personas con sobrepeso e incluso con diagnósticos de diabetes tipo II. Esto se da porque comer lento ayuda a disminuir el hambre durante el día. Sin embargo, en pacientes con diabetes tipo II no hay una mejoría evidente en la respuesta hormonal que avisa cuando ya se está lleno.
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La mayor conclusión de estos estudios es que comer lento puede ser una gran herramienta para reducir el peso. Además de alcanzar el sentimiento de llenura más rápido también decrece la ansiedad entre comidas y se reduce el número de veces que se come entre comidas. De otra parte, las personas que participaron en el primer estudio mostraron una reducción de peso significativa luego de los 3 meses que duró el experimento.
¿Cómo comer más despacio?
Estos son los consejos de Harvard Medical School para aumentar el tiempo que se le dedica a comer y así conseguir una alimentación consciente:
- Crear un ambiente tranquilo dedicado solo a comer. El comedor debe estar dedicado solo a disfrutar de la comida, esto significa que no hay que comer mientras se trabaja o se hacen otras actividades.
- Cronometrar el tiempo que se dedica a comer es ideal para ser consciente de si se come muy rápido. Lo ideal es que un plato de comida se acabe en el lapso de 20 minutos.
- Guardar todos los dispositivos (celulares, computadoras, libros y otras distracciones). Esto implica desconectarse de cualquier notificación y concentrarse exclusivamente en disfrutar de la comida.
- Concentrarse en la comida puede ser difícil, las distracciones y responsabilidades pueden ocupar gran parte de la mente. Para lograr comer conscientemente es adecuado pensar en cada sabor, ingrediente, aroma, textura y componente del bocado que se mastica.
- Mientras se mastica cada bocado es ideal dejar a un lado el cubierto, así es más fácil concentrarse exclusivamente en un bocado. Además, es ideal masticar cada bocado al menos 30 veces, esto también ayuda a mantener un buen tránsito intestinal.
- Preguntarse a sí mismo si realmente quiere un segundo plato es ideal antes de servir más comida, puede que el estómago ya esté lleno pero no ha recibido la señal hormonal de saciedad.
Otros errores al comer
El error más común que se comete en cuanto al horario de la alimentación es comer a deshoras, especialmente de noche. La revista International Journal of Obesity explica que la capacidad del cuerpo para regular el azúcar en la sangre se vuelve más lenta en el horario nocturno, por lo que puede aumentar el riesgo de sufrir diabetes y el aumento de peso.
Además, en un reciente estudio financiado por Harvard se analizaron los comportamientos de dos grupos de mujeres, el primero solo comía en horas diurnas mientras que el segundo comía tanto en horas diurnas como nocturnas. Aquellas mujeres que adoptaron el horario nocturno tuvieron un aumento en los síntomas de depresión de un 26% y de ansiedad en un 16%.