MEDIO AMBIENTE

Colombia no cumplirá metas internacionales de áreas protegidas

El país tiene casi el 17% de su territorio cubierto por estos ecosistemas, pero cerrará el 2020 sin haber cumplido la meta de Aichi 11 de biodiversidad. Los demás países de la Región Andina tampoco alcanzarán el objetivo.

27 de julio de 2020
El Parque Nacional Serranía del Chiribiquete es una de las áreas protegidas en Colombia. Foto: Archivo Semana | Foto: archivo/Semana

Colombia, al igual que los demás países de la Región Andina, perderán el año en materia de conservación de áreas protegidas, pues si bien tiene casi el 17 por ciento de su territorio cubierto por este tipo de zonas, no cumplirá la meta de Aichi 11 de biodiversidad en materia de ecosistemas representados y conectados.

Así lo concluye el más reciente estudio realizado por el Instituto Humboldt, en el que se determina que la estrategia de conservación de áreas protegidas no ha tenido en cuenta de manera suficiente variables como la conectividad, la representatividad y el impacto que generan las actividades humanas para la protección de los ecosistemas.

La realidad de Colombia es la misma de los demás países andinos: Boliva, Perú, Ecuador y Venezuela. De acuerdo con el estudio científico, al analizar el progreso hacia el logro de las metas internacionales, en términos de extensión de áreas protegidas, solo una de cada cuatro ecorregiones de estos países tiene más del 17 por ciento de su superficie protegida y conectada.

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Las naciones y regiones han establecido los sistemas de áreas protegidas como una de las principales estrategias de conservación de los ecosistemas y la biodiversidad. Sin embargo, los esfuerzos se concentran principalmente en ampliar la cobertura, sin tener en cuenta las afectaciones que genera el hombre en el paisaje, lo que impacta notablemente su conectividad, pues los flujos ecológicos se están viendo afectados, al igual que la conservación de la biodiversidad.

Estudios más detallados del Instituto Humboldt, evidencian que la conectividad de las áreas protegidas en el territorio nacional es de tan solo 5,4 por ciento, que al incluir la variable de huella humana, desciende a 4,2 por ciento.

"Los esfuerzos de los países han estado centrados en el cumplimiento de la meta 11 de Aichi del Plan Estratégico del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB), la cual establece que para el 2020, al menos el 17 por ciento de la superficie terrestre debe estar protegida bajo criterios de manejo efectivo y equitativo, bien conectada y con una adecuada representatividad de la variabilidad ecológica del planeta", concluye la investigación. Pese a lo anterior, estas naciones andino-tropicales no alcanzarán la meta. 

Representación y conectividad de áreas protegidas en las ecorregiones de los Países Andinos Tropicales: (a) tierra protegida, (b) tierra protegida y conectada, (c) tierra protegida y conectada considerando la huella humana y (d) sin áreas protegidas subnacionales. El fondo gris representa América continental. Las líneas negras son las fronteras terrestres de los países. Imágenes del Instituto Humboldt (Calculado con el indicador ProtConn)

La región de los Países Andino Tropicales (PAT), comparte una identidad ecológica y geográfica. Estos son considerados como algunos de los territorios con mayor biodiversidad en el mundo, al abarcar zonas tanto de la cuenca amazónica como de la cordillera de los Andes.

Desempeño de las áreas protegidas

Para realizar la investigación, que inició en 2017, se involucraron organizaciones y expertos líderes para cada país con experiencia en creación, gestión, investigación o normatividad de áreas protegidas, con el fin de asegurar una comprensión rigurosa del desempeño de estos ecosistemas.

“Desde el proyecto creamos una base de datos validada de áreas protegidas para estos países y calculamos el indicador ProtConn que nos muestra el porcentaje de territorio protegido y conectado para cada una de las ecoregiones terrestres. Por primera vez, se incorporó en esta medición el efecto del impacto de las actividades humanas en la conectividad”, aseguró Santiago Castillo, líder del proyecto e integrante del programa de Gestión Territorial de la Biodiversidad del Instituto von Humboldt.

El estudio permitió determinar que sólo el 27 por ciento de las ecorregiones de estos países están protegidas y conectadas en más del 17 por ciento de su superficie, es decir, solo 18 de las 67 ecorregiones. 

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El estudio destaca que aumentar la superficie de áreas protegidas no es suficiente para lograr un sistema bien diseñado. De acuerdo con Castillo, “al comparar nuestros datos con ejercicios anteriores en la región, encontramos que a pesar de duplicar la extensión de áreas protegidas desde 2001, no ha habido mejoras en la representación de la variabilidad ecológica. Por lo tanto, llegamos a la conclusión de que los PAT no alcanzarán la meta 11 de Aichi en términos de conectividad y representatividad, y tampoco cumplirán las futuras metas de biodiversidad que se propongan para el 2030 hasta que los gobiernos realicen cambios sustanciales en la optimización del crecimiento de los sistemas de áreas protegidas”.

¿Por qué es importante la conectividad en las áreas protegidas?

Según Camilo Correa -Ayram, ecólogo miembro del programa de Evaluación y Monitoreo de la Biodiversidad del Instituto Humboldt, a través de la conectividad se garantizan los flujos ecológicos, la conservación de la biodiversidad y la provisión de servicios ecosistémicos como la polinización. La transformación de los paisajes debido a fenómenos como la deforestación, ocasiona que las áreas protegidas se alejen más entre sí. Según el estudio, en promedio, el 22 por ciento de la superficie protegida de las ecorregiones no está conectada.

De hecho, 20 ecorregiones de las 67 analizadas tienen más del 50 por ciento de sus áreas protegidas sin conexión, de acuerdo con el estudio. Los casos más extremos los protagonizan los Páramos Andinos del Norte, que comprenden parte de Colombia y Venezuela, al estar desconectados en un 73 por ciento, y el Bosque Montano del Valle del Cauca con un reporte del 72 por ciento.

La deforestación es una de las mayores problemáticas que enfrentan las áreas protegidas. Foto: Gobernación del Meta

Entre tanto, los ecosistemas secos como los bosques secos, punas secas, matorrales xerófilos y desiertos, siguen estando a la deriva, pues no cumplen la meta ni siquiera en cobertura.

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La investigación concluye, además, que a pesar de que los países han hecho grandes esfuerzos por aumentar sus áreas protegidas, se requieren procesos más rigurosos a la hora de hacer los inventarios de las mismas, especialmente las gestionadas desde las regiones o por la sociedad civil.

El estudio señala que la mayoría de los PAT tienen un sistema inadecuado de validación y reporte de sus áreas protegidas. “Como resultado de ello pueden surgir informes incorrectos, pues en algunos casos reportan más AP y en otros menos de las que realmente tienen”, dijo Castillo. Sin embargo, Colombia es un buen ejemplo en cuanto a bases de datos sólidas y bien sistematizadas de áreas protegidas.

Para el desarrollo de la investigación, los científicios compilaron una base de datos de 1.775 áreas protegidas terrestres, actualizada a noviembre de 2019, que cubre el 21 por ciento de la región continental de los PAT. El 80 por ciento de ellas son áreas protegidas subnacionales, que contribuyen al 23 por ciento de la extensión total de las áreas protegidas. 

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