El caso más reciente, el de una madre e hija asesinadas en Nueva York por un hombre que las acusaba de brujería, estremeció al país.
Dos hermanos, un niño de 7 años y una niña de 8, murieron a manos de su padre, Daniel Castrillón, en Florida (EE. UU.) el 30 de octubre de 2013. Durante la semana previa a las muertes, la esposa de Castrillón, Luz Jiménez, adelantaba los trámites del divorcio. El hombre recogió a sus hijos en la escuela para estar con ellos el fin de semana. La madre intentó comunicarse con los menores y al no obtener respuestas alertó a la Policía. Los cuerpos de los menores fueron hallados con impactos de bala en la residencia de Castrillón junto al cuerpo sin vida de su padre de 39 años. En la casa se encontró una nota que relacionó el caso con una venganza consecuencia del divorcio. / Facebook.
Rodrigo Abad, de 22 años, fue asesinado luego de que su GPS lo dirigiera a la casa equivocada, en Atlanta (EE. UU.), en enero de 2013. En vez, llegó en carro a la vivienda del exmarino Phillip Walker quien salió armado y disparó una pistola calibre 22 al carro donde se encontraba el joven, quien recibió una herida en la cabeza. El veterano de Vietnam fue acusado de asesinato intencional. La defensa aseguró que Walker quería defender a su familia. / NBC.
El argentino Carlos Amarillo habría asesinado a su novia, Estrella Castañeda, de 56 años y a la hija de ella, Lina Castañeda, de 25, en Queens (Nueva York, EE. UU.) el 29 de enero de 2014. El hombre amarró a las mujeres y las golpeó en la cabeza con un martillo. Según la Policía, él mismo llamó al 911. Los agentes encontraron a una de las mujeres con una almohada en el rostro mientras que el hombre caminaba por la calle y leía la Biblia. El fiscal del distrito, Richard Brown, dijo que Amarillo afirmó haberlas matado porque eran brujas y le habían practicado un acto de vudú. El hombre podría enfrentar cadena perpetua. / The New York Post.
Los banqueños Samira Pisciotti, de 68 años, e Ítalo Pisciotti, de 78, le pidieron a un hombre no identificado por las autoridades que desalojara el apartamento donde vivía con su madre en Florida (EE. UU.). Ese 27 de julio de 2013, el individuo disparó varias veces matando a la pareja. Además, logró matar a dos hombres y dos mujeres más hasta que ingresó el equipo SWAT. Previamente, había asesinado a otro hombre, quien caminaba por el recinto. Hubo siete víctimas en total. / Cortesía.
Israel Hernández-Llach, de 18 años, murió en Miami cuando un policía le disparó con una pistola eléctrica ('taser') en el pecho. El joven fue perseguido por las autoridades el 6 de agosto de 2013 tras ser sorprendido pintando un graffiti en un restaurante de McDonald's. El jefe policial Ray Martínez dijo que el artista corrió hacia los oficiales haciendo caso omiso de las órdenes de detenerse. "Los oficiales se vieron obligados a usar la ‘taser’ para evitar un incidente físico'', y luego se desplomó. Sin embargo, luego se conoció que el policía en cuestión tenía historial de uso excesivo de la fuerza. El barranquillero fue declarado muerto en el Hospital Monte Sinai. / Miami Herald.
El 22 de septiembre de 2013, las autoridades encontraron el cuerpo del cartagenero Erick Cabarcas en una zona marginal de Chicago (EE. UU.). Su esposa, Bárbara Bermúdez, no tenía noticias de él desde la madrugada de ese día, cuando él le había mandado un mensaje de texto diciéndole que ya iba para su casa tras visitar a un amigo. Las autoridades hallaron el cuerpo sin sus pertenencias, además, se le llevaron sus instrumentos musicales y el carro en el que se movilizaba. / Facebook.
Christian Aguilar, de 18 años, fue sedado y asfixiado por su amigo Pedro Bravo en septiembre de 2012, en Florida (EE. UU.). Bravo, de 19 años, era compañero de estaudio de Christian y dijo a la policía que le había golpeado y abandonando moribundo cerca de la universidad donde estudiaban. Sin embargo, no se encontraron indicios de que Bravo hubiera forcejeado con Aguilar, mientras que sí hallaron restos de un medicamento en el vehículo del atacante y de un químico en el cuerpo del fallecido. Las autoridades acusaron de intoxicar y asfixiar a Aguilar, además de secuestrarlo, manipular pruebas, dar falso testimonio y transportar indebidamente un cadáver el cual fue hallado por unos cazadores en un bosque del norte de Florida. / EFE.
El 18 de septiembre de 2013, la Fiscalía de Queens (Nueva York, EE. UU.) informó que Steven Torres fue acusado de asesinar al colombiano Ever Orozco, de 69 años, a quien apuñaló en una estación de metro. Torres, de 22 años, confesó haber apuñalado a Orozco porque este último le habría lanzado un beso. Un juez local acusó al joven de asesinato en segundo grado y posesión de un arma. Torres no fue acusado de asesinato por crimen de odio por falta de evidencia. La esposa de la víctima, Alba Orozco, aseguró que Torres mentía sobre la supuesta homosexualidad de su marido. Torres hirió a un compañero de trabajo en una ocasión anterior por las mismas razones por las que alegó asesinar a Orozco. / NY1.
Lina María Ospina, de 27 años, fue asesinada por su esposo en Florida (EE. UU.) tras recibir dos impactos de bala el 2 de enero del 2012. La Policía la encontró muerta en su cama. La mujer vivía con su esposo Erick Tiler y una hija de él. “Él (su esposo) se disparó en la cabeza... La mató y luego se mató él”, dijo el capitán Robert Estrada. Se desconocen los motivos del asesinato, pero la madre de Ospina, Berenice Méndez, dijo a A.P. que su hija le había comentado que tenía problemas matrimoniales y era maltratada por Tiler. “Él era muy celoso”. / A.P.
El cuerpo de Andrea Arias Crew fue hallado sin vida en un río de Virginia (EE.UU). La madre de Arias, Rosa Pineda, dijo a Caracol Radio que la colombiana de 30 años tenía problemas con su esposo, el estadounidense Caleb Crew. Vecinos manifestaron a los medios que el matrimonio tenía antecedentes de violencia doméstica. La pareja debatía la custodia de sus dos hijas de 5 años y 6 meses. El hombre de 28 años fue detenido y acusado de homicidio en segundo grado. En octubre de 2013, las autoridades presentaron una grabación en la que Crew admite: "Ella me dijo que yo era un tipo violento. Que llamaría a la Policía para que me arrestaran. Comenzó a marcar el teléfono y yo se lo arrebaté… Mientras la estrangulaba, ella me pidió que por favor parara, pero ya en ese punto no me podía detener. Solo le dije: ‘Adiós’", luego la arrojó al Río Occoquan. En su pecho tenía amarrado un morral lleno de piedras de mármol y dos pesas para hacer ejercicios con el que se trató de hundir su cuerpo. / Facebook.
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