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¿Cómo responder a los halagos?

La amabilidad y el reconocimiento son claves para dar una respuesta a los elogios.

Redacción Cómo
31 de enero de 2024
La atracción entre ciertos signos del zodiaco puede ser irresistible, pero enfrentarán desafíos en su camino juntos.
La atracción puede ser irresistible, pero enfrentarán desafíos en su camino juntos. | Foto: Getty Images

En la sociedad actual, los halagos son moneda corriente en nuestras interacciones diarias. Ya sea en el ámbito laboral, social o personal, recibir elogios es algo común y, a veces, inevitable. Sin embargo, responder adecuadamente a los halagos puede ser todo un arte.

A menudo enseñan desde pequeños que la modestia es una virtud admirable. Sin embargo, ¿cuándo la modestia puede convertirse en un obstáculo al recibir halagos? Por lo anterior, es importante saber cómo y cuándo es apropiado ser humilde para reconocer nuestros propios logros.

La modestia, esa cualidad que nos enseñan desde la infancia como un valor fundamental, puede convertirse en un arma de doble filo cuando se trata de recibir halagos. En muchos casos, las personas tienden a minimizar sus éxitos o a atribuirlos a la suerte, creyendo erróneamente que la modestia es sinónimo de virtud.

Expertos en psicología y etiqueta social sugieren que la modestia es valiosa, pero debe aplicarse con discernimiento. En situaciones formales o profesionales, reconocer los méritos puede ser una señal de confianza y autoconocimiento, mientras que la falsa modestia puede percibirse como falta de sinceridad.

En el ámbito social, la modestia sigue siendo una virtud apreciada, pero también es importante no menospreciar nuestros logros genuinos. En lugar de simplemente rechazar un halago, podemos optar por expresar gratitud y compartir el crédito con quienes nos han apoyado. La clave radica en encontrar el equilibrio entre la modestia auténtica y el reconocimiento adecuado de los esfuerzos.

"Si te ha ido mal es que tienes conductas que no favorecen el buen amor, o elegiste mal a la pareja", asegura la terapeuta Diana Pardo. | Foto: Especial para El País

Aceptar halagos con gracia es todo un arte, y en esta sección exploraremos las mejores prácticas para evitar caer en la trampa de la arrogancia. Desde el lenguaje corporal hasta las respuestas verbales, descubriremos cómo disfrutar del reconocimiento sin parecer vanidosos.

La aceptación de halagos con gracia implica no solo las palabras que elegimos, sino también nuestra expresión facial y lenguaje corporal. La arrogancia puede surgir incluso cuando no es la intención, por lo que es crucial prestar atención a todos los aspectos de la comunicación al recibir elogios.

Descubre cuáles son los signos que se caracterizan por su arrogancia.
Descubre cuáles son los signos que se caracterizan por su arrogancia. | Foto: Getty Images/iStockphoto

Uno de los errores comunes al aceptar halagos es desviar la atención hacia otros temas o minimizar el elogio con respuestas como “No es para tanto” o “Cualquiera podría haberlo hecho”. En lugar de eso, expertos en comunicación sugieren responder con gratitud y reconocimiento. Un simple “Gracias, aprecio tus amables palabras” transmite agradecimiento sin caer en la arrogancia.

El lenguaje corporal también desempeña un papel crucial. Mantener contacto visual, sonreír genuinamente y asentir con gratitud son señales de aprecio que refuerzan la aceptación positiva de los halagos. Evitar gestos como el encogimiento de hombros o la mirada hacia abajo puede contribuir a una respuesta más efectiva y auténtica.

Los halagos no solo son palabras bonitas; también pueden ser poderosas herramientas de motivación. En esta sección, exploraremos cómo utilizar los elogios como impulsores de la autoestima y la productividad, convirtiendo simples palabras amables en catalizadores para el crecimiento personal y profesional.

La retroalimentación positiva es un elemento fundamental en el desarrollo personal y profesional. Los halagos bien entregados no solo elevan el espíritu, sino que también pueden impulsar la confianza y la motivación. Aquí es donde la habilidad para responder a los elogios se transforma en una herramienta valiosa para nuestro crecimiento.

En lugar de simplemente aceptar los halagos como cumplidos pasajeros, podemos utilizarlos como oportunidades para reflexionar sobre nuestros logros y reconocer nuestras fortalezas. La retroalimentación positiva puede actuar como un espejo que nos muestra nuestras habilidades y contribuciones de manera objetiva.

Además, al recibir halagos con apertura y gratitud, se crea un ciclo positivo de interacción. Aquellos que elogian se sienten valorados, y nosotros, a su vez, se siente la motivación para seguir esforzando y alcanzando nuevos logros. Este ciclo virtuoso no solo fortalece las relaciones interpersonales, sino que también impulsa nuestro desarrollo personal y profesional.

*Este artículo fue creado con ayuda de una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto similar al humano, y curado por un periodista especializado de Semana.