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¿Cómo saber si el pollo está en mal estado?
Comer pollo que no está fresco puede causar una intoxicación.
En la búsqueda constante de alimentos frescos y seguros, los consumidores se enfrentan a la difícil tarea de discernir la calidad de los productos, y el pollo no es una excepción.
Saber si el pollo está en mal estado es crucial para evitar riesgos para la salud. En este artículo, se ofrecerá un manual práctico para ayudar a los consumidores a detectar señales de deterioro en esa carne antes de consumirla o comprarla.
¿Por qué es importante consumir pollo fresco?
Además del evidente beneficio en términos de sabor, la frescura en la carne de pollo está estrechamente vinculada a la seguridad alimentaria. El pollo en mal estado puede ser portador de bacterias dañinas como salmonella o campylobacter, lo que podría generar enfermedades gastrointestinales.
El olor es un indicador clave
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Uno de los primeros indicadores que puede dejar en evidencia si el pollo puede estar en mal estado es el olor. Un pollo fresco debe tener un aroma ligero y neutral. Si se percibe un olor desagradable, similar a amoníaco o sulfuro, es probable que el pollo esté en descomposición.
Este olor distintivo es una señal de la presencia de bacterias que descomponen la carne.
Color de la carne
La apariencia visual del pollo también puede proporcionar pistas sobre su estado. La carne fresca debe tener un color rosa pálido. Si existen tonalidades grises o amarillentas, es probable que el pollo haya comenzado a deteriorarse.
La presencia de manchas oscuras o zonas pegajosas también puede indicar que el pollo no está en su mejor estado.
La textura debe tener una consistencia correcta
Cuando se toca el pollo, la carne debe sentirse firme y elástica. Si la sensación es de una textura viscosa, pegajosa o demasiado blanda, estas son señales de alerta.
La consistencia incorrecta puede ser un indicador de la presencia de bacterias o de que el pollo ha estado almacenado incorrectamente.
Fecha de caducidad: un Indicador que siempre debe revisarse
Generalmente en los supermercados el pollo viene etiquetado con una fecha de caducidad. Este dato es crucial para garantizar la frescura y seguridad del pollo. Antes de comprar el producto se debe verificar la fecha de caducidad y asegurarse de aún esté dentro del período recomendado.
Comprar pollo después de su fecha de caducidad aumenta significativamente el riesgo de consumir carne en mal estado.
El empaque evidencia el estado de la carne
El estado del empaque también puede proporcionar pistas sobre la calidad del pollo. Si el empaque está roto, rasgado o presenta fugas, es mejor evitar la compra. Un empaque intacto es esencial para mantener la frescura del pollo y prevenir la contaminación cruzada.
Almacenamiento adecuado en casa
Una vez que el pollo ha llegado a casa, es clave almacenarlo adecuadamente para mantener su frescura. La carne debe guardarse en el refrigerador a una temperatura de 4 grados Celsius o menos.
También se aconseja usar bolsas de almacenamiento herméticas y de ser posible hay que colocar el pollo en la parte más fría del refrigerador para evitar la proliferación de bacterias.
Finalmente, se sugiere comprar carne de pollo en establecimientos de confianza. Los comerciantes con buena reputación suelen tener estándares altos en cuanto a la calidad y frescura de sus productos.
*Este artículo fue creado con ayuda de una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto similar al humano, y curado por un periodista especializado de Semana.