CÓMO
¿Cómo se debe secar el tomillo?
Esta planta aromática posee varias propiedades que aportan varios beneficios al ser humano.
El tomillo es una planta muy popular en el mundo no solo por sus usos culinarios, sino también porque es procedente del Mediterráneo y cuenta con múltiples propiedades que aportan varios beneficios al ser humano, razón por la que es ampliamente conocida en la medicina natural.
Por esta razón, ya sea como condimento o como infusión, esta hierba es ideal para mejorar el sistema digestivo gracias a que contiene diversas vitaminas, minerales y compuestos activos brindan poder antiinflamatorio, antibacteriano y antifúngico, entre muchas otras cualidades.
Esta plana crece sobre suelos secos y soleados, aunque también es capaz de resistir heladas. Sus hojas se caracterizan por ser abundantes, afiladas, verde grisáceas, de 1 cm. de longitud aproximadamente y vellosas en el reverso.
Si bien es cierto que durante años se ha usado como condimento, la verdad es que más allá de su función culinaria, esta hierba es perfecta para ayudar a combatir el estreñimiento y regular el tránsito intestinal, ya que es rica en nutrientes y fibra.
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También sirve como antibiótico natural y es usado para evitar que las heridas se infecten, debido a que tiene una alta carga de timol y carvacrol, lo que la convierte en una de las mejores plantas para desinfectar.
Gracias a su poder antibacteriano, produce una estimulación de la leucopoyesis y una elevación de los valores de trombocitos en la sangre, posicionándose como la preferida para evitar los espasmos gástricos e intestinales, entre otros beneficios.
Esta es la manera correcta de secar el tomillo
Aunque normalmente el arbusto de tomillo suele crecer de forma natural en regiones de climas cálidos, su cultivo en una maceta o en cualquier jardín también es sencillo. Sin embargo, para poder aprovecharlo de manera adecuada, es importante aprender cómo tratarlo y el primer pasó está en saber cómo secarlo.
Entre las opciones de secado del tomillo se destaca la que se realiza de manera natural, al aire, aunque requiere tiempo y exige algunas precauciones para evitar que sus ramas resulten afectadas.
Para ello, se deben cortar solo las ramas que no tienen floración y a ras del tronco, pero en caso de ser muy grandes, solo se debe tocar una parte, siempre por encima del nódulo o yema.
Luego, es necesario lavarlo bajo el grifo y con mucho cuidado, eliminando cualquier rastro de tierra o partículas de suciedad para, posteriormente, sacudirlo suavemente.
Enseguida, se unen entre 5 y 6 ramas en un ramillete para atarlas con un hilo sin apretar demasiado y así dejarlas al aire libre permitiendo que éste circule entre las hojas sin el riesgo de que salga moho.
La manera correcta de secado es colgando la planta con los tallos hacía arriba en un lugar con buena ventilación, pero sin que les dé el sol directo. El proceso podría tardar entre una y dos semanas. Pasado el tiempo, se pueden repartir o separar sus ramas y hojas para conservarlas.
Cabe mencionar que también existen otras formas de secado del tomillo, entre las que se encuentra el uso de un horno microondas para que sea más rápido, sin dejar de ser seguro. Este procedimiento también se puede llevar a cabo con un deshidratador de alimentos a temperatura media – baja, dejando actuar entre 1 y 2 horas, dependiendo la cantidad de ramas que se introduzcan.