El efectivo truco para lavar los bananos de forma correcta antes de consumirlos y así evitar enfermedades

Los bananos son una de las frutas más consumidas por el ser humano, debido a la versatilidad que ofrece en la cocina. Este alimento puede contener todo tipo de beneficios, brindando oportunidad para pasarlo al dulce o la sal.

Esta propuesta es llamativa por su color, forma y olor, captando las miradas de quienes desean implementar este tipo de productos en sus dietas. Es importante cuidarlos y prestarles atención, ya que al comer pueden desatar elementos positivos o negativos en el sistema.

Uno de los puntos principales es lavar correctamente el banano, ya que puede traer en su cáscara toda clase de detalles que podrían afectar al organismo o al mismo alimento. La Academia de Nutrición y dietética (USDA) afirma que se debe realizar la respectiva limpieza por 30 segundos, buscando que quede completamente alejado de la suciedad que podría atraer moscos o animales.

Por tal motivo, se presenta un paso a paso para realizar esta práctica y así implementar mejores conductas al preservar los productos naturales.

¿Cómo lavar el banano correctamente?

Lavar adecuadamente los bananos antes de consumirlos es una práctica fundamental para evitar el contacto con gérmenes y sustancias nocivas que podrían causar enfermedades. Aunque esta fruta tiene una cáscara gruesa que parece protegerla del medio ambiente, no está exenta de ser portadora de bacterias, pesticidas y otros contaminantes.

Paso 1: Seleccionar plátanos frescos y limpios en el supermercado

El proceso de limpieza comienza desde el momento en que se eligen en el supermercado. Es importante seleccionar aquellos que no tengan daños visibles en la cáscara, como golpes o cortes, ya que estos pueden ser una vía de entrada para bacterias. Además, aunque no se consumen con cáscara, siempre se deben elegir aquellos que se ven limpios y en buenas condiciones, porque la manipulación en el hogar puede transferir contaminantes a las manos y a la pulpa de la fruta.

Paso 2: Lavar las manos antes de manipular los plátanos

Uno de los aspectos más importantes antes de lavar cualquier fruta, incluidos los bananos, es asegurarse de que las manos estén limpias. Muchas veces se omite este paso, pero es esencial porque las manos pueden ser una fuente de bacterias que luego se transfieren a la fruta al manipularla. Por lo tanto, se recomienda lavar las manos con agua y jabón durante al menos 20 segundos antes de proceder a lavarlos.

Paso 3: Lavar la cáscara bajo agua corriente

Aunque la cáscara se retira para consumir la fruta, sigue siendo importante lavarla. Puede estar contaminada con tierra, pesticidas o bacterias que, al tocarla, pueden transferirse a las manos y posteriormente a la pulpa al pelar la fruta. Para lavar el banano, simplemente se debe sostener bajo un chorro de agua corriente durante unos 15 a 20 segundos.

Es importante asegurarse de que el agua cubra toda la superficie de la fruta, y aunque no se necesita usar jabón ni desinfectantes químicos en la cáscara, algunos prefieren usar un cepillo suave de cerdas dedicado exclusivamente a la limpieza de estos productos para frotar suavemente la superficie.

Paso 4: Secar los plátanos antes de pelarlos

Una vez que hayan sido lavados bajo el agua corriente, es recomendable secarlos con un paño limpio o toalla de papel. Esto ayuda a eliminar cualquier resto de agua que pueda arrastrar contaminantes de la cáscara cuando se pela el banano. Secarlos también evita la proliferación de bacterias en un ambiente húmedo, lo cual es especialmente importante si se almacenan después de lavarlos.

Paso 5: Pelar y comer con cuidado

Después de lavar y secar los bananos, se pueden pelar con seguridad. Durante este proceso, es importante asegurarse de no tocar la pulpa de la fruta con las manos que hayan estado en contacto con la cáscara, ya que cualquier bacteria o contaminante en la superficie exterior podría transferirse a la parte comestible del plátano.

Para evitar este riesgo, una recomendación útil es sujetar la parte superior de la cáscara al pelar y evitar tocar la pulpa directamente hasta que esté completamente expuesta.

*Este artículo fue creado con ayuda de una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto similar al humano, y curado por un periodista especializado de Semana.