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La Guajira, un paraíso escondido en Colombia: top 5 de lugares imperdibles que no puede dejar de visitar
Es un destino ideal para quienes aman la naturaleza y la cultura indígena, buscando vivir una experiencia única.
La Guajira es un departamento de Colombia que se distingue por su variedad exótica de paisajes y su fascinante riqueza cultural, lo que ha cautivado a numerosos turistas y lo ha convertido en uno de los destinos más visitados del país.
Este territorio también ha sido una fuente de inspiración para grandes compositores y cantantes de vallenato. Aunque durante mucho tiempo se ha creído que el género se gestó en Valledupar, la realidad es que La Guajira es su cuna.
SEMANA visitó el departamento para conocer de cerca la historia detrás del folclor vallenato. Además, recorrió algunas de sus playas, museos y lugares turísticos más importantes.
La región ha visto nacer a grandes exponentes del género, como Diomedes Díaz, Los Hermanos Zuleta, Silvestre Dangond, Juancho Rois, Jorge Celedón e Israel Romero. Sin embargo, su principal representante es Francisco Moscote Guerra, conocido como Francisco El Hombre.
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Nacido en 1810 en el corregimiento de Galán, fue un amante del acordeón que llevaba sus melodías a diferentes rincones del territorio. En uno de sus recorridos, se encontró con el Diablo, quien lo retó a un duelo de acordeones. Finalmente, para vencerlo, Francisco cantó el credo al revés, dando origen a la leyenda.
En su honor, se celebra el Festival Francisco El Hombre en Riohacha anualmente. Este año, los guajiros vivieron su edición número 16, el pasado fin de semana, del 7 al 9 de junio.
Las carrozas, los desfiles y las comparsas inauguraron la fiesta mientras todos gritaban “¡Bienvenido, primo!”. Más tarde, comenzaría la parranda con la participación de importantes artistas como el Mono Zabaleta, Jonathan Jaraba, más conocido como “El Meke”, Rafa Pérez, Diego Daza, Óscar Gamarra y Churo Díaz.
Lugares que no puede dejar de visitar en La Guajira
El chivo, la ensalada de raya con patacón, las arepas de corozo, la chicha y el chirrinchi son imprescindibles en su mesa, representando la gastronomía típica de la región. Esto, junto con sus playas cristalinas, artesanías y el vallenato que se respira en cada rincón, hacen de La Guajira un destino que, aunque pocos se atreven a explorar, es un lugar mágico para visitar con amigos, familia, pareja, o incluso solo.
Fundación Museo del Vallenato
Ubicado en Villanueva, es un espacio artístico que tiene como objetivo rendirles homenaje a los grandes juglares. Recoge los árboles genealógicos de las dinastías del vallenato más importantes del municipio (Zuleta, Murgas, Kammerer, Gil). A su alrededor, hay pinturas en lienzo y acrílico de reconocidos personajes que dejaron un legado, como Gabriel García Márquez, Rafael Orozco, Daniel Díaz y Diomedes Díaz. También, cuenta con varios objetos y curiosidades, como camisas, vajillas y pijamas de diferentes músicos.
La entrada tiene un valor de $20.000 y se debe agendar la visita con Kike Liñan, dueño del establecimiento, para recibir una visita guiada.
Museo Carrizal
Es uno de los museos más importantes del departamento porque cuenta la verdadera historia del Cacique de La Junta, Diomedes Díaz. En él se encuentra la finca donde vivió y la casa donde nació el artista, ubicada en La Junta, en el municipio de San Juan del Cesar. Los turistas llegan allí para escuchar las narraciones de Luis Sierra, conocedor y amigo del vallenatero.
Es un lugar donde se respira la magia del acordeón y se recuerda el encanto de las letras del compositor. Una colección de sus discos, pertenencias preciadas, cuadros y un cuarto donde paso sus últimos días, es lo que se puede apreciar en aquel sitio. La entrada tiene un valor de $13.000 por persona, está disponible para visitar cualquier día de la semana de 9:30 a. m. a 5:00 p. m.
Playas de Mayapo
Un paraíso escondido a solo 40 minutos de Riohacha, es una de las playas más emblemáticas de La Guajira, conocida por su belleza natural, especialmente por sus arenas blancas y aguas cristalinas de color turquesa.
Visitar esta zona es una experiencia cautivadora, no solo por la serenidad que se emana en el espacio, sino también porque alberga a la comunidad indígena Wayúu. Estos habitantes ofrecen a los turistas un viaje por sus tradiciones, donde el arte y la música expresan la riqueza cultural que los distingue. Además, presentan una extensa variedad de artesanías, que incluyen mochilas, llaveros y hamacas.
Cabo de la Vela
Un destino paradisíaco en Colombia que combina sol, playa, aventura y naturaleza. Sus aguas cristalinas lo convierten en un lugar significativo para aquellos que buscan una experiencia memorable. Entre sus puntos icónicos se encuentran los cerros Pilón de Azúcar y del Faro, dos lugares de interés que ofrecen vistas panorámicas del paisaje circundante.
Esta área de la región es ideal para hacer caminatas y explorar las formaciones rocosas, ofreciendo una experiencia de aventura que se puede disfrutar junto a la comunidad Wayúu. Allí, los visitantes también tienen la oportunidad de adquirir artesanías hechas a mano, contribuyendo así a la economía local.
Para llegar al Cabo de la Vela, es necesario estar preparado para sumergirse en una aventura, ya que se accede desde la ciudad de Riohacha en camionetas 4x4 debido a las condiciones del camino.
Salinas De Manaure
Este asombroso lugar es conocido por su destacada producción de sal, una actividad que ha sido fundamental para el desarrollo económico del territorio. Al ingresar, se destacan las enormes montañas blancas, donde se puede observar de cerca el tratamiento que se ejecuta para extraer el producto final.
Este proceso artesanal se realiza utilizando motobombas para transformar el agua de mar en una solución altamente concentrada en sal. Luego, se espera entre 10 y 40 días para que el agua se evapore por completo, dejando cristales de cloruro de sodio y creando un paisaje blanco y brillante.
Para quienes deseen visitar las Salinas de Manaure, hay disponibles visitas guiadas donde podrán aprender detalladamente todo el proceso de producción de la sal.