Cómo
La planta del jardín, considerada una ‘bendición’, que nadie le presta mucha atención y contiene beneficios
Es importante conocer a fondo la estructura de esta especie natural.
Para muchas personas, es importante el cuidado de la naturaleza y de su hogar, aprovechando espacios para poner plantas y jardines. En varias casas suele existir esa zona verde y floral, la cual tiene todo tipo de hierbas que decoran el entorno.
Sin embargo, existe una que es muy frecuente encontrarse y termina siendo ignorada por la atención de las personas. Es vista por su color y su forma sin conocerse a fondo los beneficios que puede ofrecer en el día a día.
Se trata del conocido diente de león, una planta que suele crecer de manera espontánea en jardines, campos y bordes de caminos. Su apariencia modesta y su facilidad para esparcirse han hecho que muchos la consideran una “mala hierba”, sin embargo, esta especie natural es una planta extremadamente beneficiosa tanto para el jardín como para la salud humana. A pesar de ser ignorada y, en muchos casos, eliminada, esta planta guarda propiedades nutricionales y medicinales, además de su valor ecológico en el entorno del jardín.
El portal Salud Mapfre se refirió a esta planta, destacando varios de los beneficios que tenía en temas de salud para el organismo y el espacio de la casa. Allí, se exaltó que generaba grandes aportes al cuerpo, evitando daños y ayudando con ciertos detalles.
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Esta planta, caracterizada por sus flores amarillas brillantes que se transforman en esferas de semillas volátiles, cumple un papel importante en la fertilidad del suelo. Sus raíces profundas actúan como descompactadoras de la tierra, ayudando a oxigenar el suelo y mejorar su estructura. Esta acción permite que otras plantas puedan absorber nutrientes con mayor facilidad y que el agua se filtre adecuadamente, beneficiando al ecosistema en general. Además, al descomponerse, el diente de león enriquece la tierra con minerales esenciales, como el potasio y el calcio, que favorecen la salud de otras plantas.
El diente de león también es un aliado en el control de plagas. Al atraer insectos benéficos, como las abejas, ayuda a promover la polinización, fortaleciendo el crecimiento de diversas especies vegetales del entorno. Su presencia en el jardín puede atraer también a mariquitas y otros insectos que se alimentan de plagas como los pulgones, ayudando a mantener un equilibrio natural en el ecosistema del jardín sin la necesidad de utilizar pesticidas.
Además de sus beneficios en el jardín, el diente de león es muy valorado en la medicina natural y la alimentación humana. Todas las partes de la planta son comestibles y contienen nutrientes esenciales, como vitaminas A, C, K, y una alta concentración de hierro, calcio y antioxidantes. Las hojas jóvenes de diente de león se pueden consumir en ensaladas, aportando un sabor ligeramente amargo que combina bien con otros ingredientes frescos.
También se pueden utilizar en infusiones, que habitualmente se emplean para desintoxicar el organismo, ya que esta planta es conocida por sus propiedades diuréticas y depurativas. Estas infusiones son un remedio natural para limpiar los riñones, el hígado y mejorar la digestión.
La raíz de diente de león, por su parte, se utiliza en la medicina natural como un tónico para el hígado, ya que ayuda a estimular su funcionamiento y contribuye a reducir la retención de líquidos. En algunos lugares, la raíz tostada se usa como sustituto del café, debido a su sabor ligeramente amargo y a su efecto revitalizante sin la presencia de cafeína.
En el aspecto ecológico, el diente de león también es importante porque ayuda a regenerar terrenos dañados y, al ser una planta perenne, puede sobrevivir en condiciones difíciles, ayudando a prevenir la erosión del suelo.