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Los cinco hábitos que toda persona debe implementar para ser más feliz
Algunos simples hábitos podrían mejorar los niveles de felicidad.
El anhelo de millones de personas alrededor del mundo es poder vivir felices, estado de ánimo del ser humano que ha sido ampliamente debatido por filósofos, científicos y hasta escritores o personas del común que buscan encontrar respuestas a diversos interrogantes, los cuales, al día de hoy, tienen múltiples respuestas dependiendo de la perspectiva de cada persona.
De acuerdo con un científico experto de la Universidad de Harvard, quien se ha dedicado a desarrollar metodologías a base de evidencia científica para lograr una vida con un estilo más feliz y alegre, “la felicidad no es un destino, sino una dirección, lo que supone una muy buena noticia, porque significa que cualquier persona puede conseguir, avanzando en esa dirección, ser un poco más feliz”.
De acuerdo con el especialista, la felicidad estaría compuesta por tres pilares fundamentales y necesarios para mantener el equilibrio y la armonía en la vida, los cuales son: disfrute, satisfacción y propósito. Este último también es llamado ikigai, el cual está relacionado con una mayor longevidad en las personas.
Algunos estudios han demostrado que los neurotransmisores sí influyen en el estado de ánimo, a los que se les conoce como la “hormona de la felicidad”. Esto ha sido comprobado con demostraciones de emociones y hábitos, los cuales generan reacciones químicas que estarían alterando el comportamiento y los niveles de estos transmisores.
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De acuerdo con la revista de National Geographic, existen cinco hábitos que están argumentados con evidencia científica, que estarían construyendo un camino hacia el sueño de ser felices.
¿Cuáles son los hábitos para que las personas sean felices?
- Conocer las emociones y asignarles un nombre: de acuerdo con la explicación de Arthur Brooks concedida en una entrevista con Rich Roll, “para atraer más felicidad no hay que negar la infelicidad, sino experimentar todo el abanico de emociones que existen y procesarlas de forma sana”. Debido a esto, es importante tanto reconocer las emociones como ponerles un nombre, lo cual sería el primer paso para lograr entender, aceptar y poder hacer algo ante determinada situación, teniendo claro que la autorregulación emocional es esencial para no perder el control y el equilibrio.
- Tener relaciones con otras personas: de acuerdo con un estudio sobre el desarrollo del adulto realizado por la Universidad de Harvard, se ha encontrado que la cantidad de relaciones que sostiene una persona es un factor importante para llegar a la felicidad. La investigación, que analizó la vida de aproximadamente 700 jóvenes durante más de 80 años, encontró que las personas que se vinculan más con seres queridos y amigos disfrutan de mejor salud.
- Realizar actividad física: según informa el portal Cuerpo & Mente, “hacer ejercicio no solo ayuda a nuestro cuerpo a liberar endorfinas, que aumentan la sensación de euforia, sino que contribuye a proteger las neuronas y prevenir el deterioro cognitivo”. Esto avalado bajo un estudio que fue publicado por The Lancet en el que participaron más de un millón de personas, el cual afirma que las personas que practican un deporte afirman tener más niveles de satisfacción en comparación a personas sedentarias.
- Dar abrazos: según se ha comprobado, abrazar o que abracen a una persona, hace que el cuerpo libere oxitocina, la hormona que está relacionada con la felicidad. Además, la Universidad de Londres, tiene especificaciones claras de cómo debería ser un abrazo para aumentar la liberación de esta hormona.
- Hablar consigo mismo positivamente: mantener contacto y una buena relación consigo mismo es importante para elevar la autoestima e influir no solamente en la forma como se actúa en el día a día, sino también en cómo se sienten las personas normalmente. De acuerdo con el portal anteriormente citado, “un exceso de autoexigencia, crítica o actitud defensiva en nuestro diálogo interno aumenta el nivel de ruido mental que nos impide disfrutar el presente”, lo cual genera una construcción de la confianza a medida que pasa el tiempo.