Cómo
Los dos ingredientes caseros para quitar cualquier mancha de las almohadas
Son muy usados en los hogares.
La limpieza de las almohadas es esencial para mantenerlas libres de ácaros, bacterias, y manchas que se acumulan con el tiempo debido al sudor y la grasa corporal.
Existen dos ingredientes caseros más eficaces para quitar las manchas que este acumulan en ellas. Estos son el bicarbonato de sodio y el vinagre blanco.
Un truco para usarlos es el siguiente:
Ingredientes:
- Bicarbonato de sodio
- Vinagre blanco
- Agua caliente
- Detergente para ropa (opcional)
Pasos:
Remojo en vinagre y agua caliente: Llene un recipiente grande o una bañera con agua caliente y agrega 1 taza de vinagre blanco. Sumerja las almohadas manchadas y déjalas en remojo durante al menos 1 hora. Esto ayuda a aflojar las manchas y a desinfectar.
Aplicación de bicarbonato de sodio: Saque las almohadas del agua con vinagre y escúrralas ligeramente. Espolvoree una cantidad generosa de bicarbonato de sodio sobre las manchas. Frote suavemente para que el bicarbonato penetre en la tela.
Lavar: Lave las almohadas en la lavadora con agua caliente y un ciclo suave. Si lo deseas, agrega un poco de detergente para potenciar la limpieza.
Secado: Seque las almohadas en la secadora a baja temperatura o déjalas al sol.
El bicarbonato de sodio ayuda a eliminar olores y neutralizar manchas, mientras que el vinagre blanco actúa como desinfectante y suavizante natural.
Limpieza de las fundas
La limpieza de las fundas de las almohadas es clave. De acuerdo con los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), uno de los efectos que pueden ser causados por no cambiarlas es la conjuntivitis.
“Las conjuntivitis virales y bacterianas son muy contagiosas y pueden transmitirse fácilmente de una persona a otra”, precisan los CDC. Esta condición se caracteriza por la sensación de picazón e irritación en la zona ocular.
Cada cuánto se deben cambiar las almohadas
De acuerdo con Mejor con salud, las almohadas pierden su comodidad con el paso del tiempo, lo que a su vez va reduciendo su vida útil.
“Descansamos bien solo si hay alineación entre la cabeza, el cuello y la columna vertebral. La almohada tiene mucho valor en este propósito”, señala el medio.
Aunque los tiempos pueden variar de acuerdo al uso y el tipo de almohada, la Fundación del Sueño afirma que deberían cambiarse cada uno o dos años. La importancia radica en siempre velar por la comodidad, garantizando un soporte adecuado para la cabeza durante el sueño.
*Este artículo fue creado con ayuda de una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto similar al humano, y curado por un periodista especializado de Semana.