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¿Por qué es bueno tener siempre apio en una cocina?
Este es un vegetal rico en vitaminas y otros nutrientes.
El apio es un ingrediente muy versátil en la cocina, del cual se pueden aprovechar muchos beneficios. Por ejemplo, su tallo se usa crudo o cocido para agregarlo en ensaladas, mientras las hojas sirven para dar sabor a sopas y guisos, por ejemplo.
Se dice que es un vegetal rico en vitamina C y compuestos antioxidantes, que previenen el envejecimiento prematuro y el desarrollo de algunas enfermedades crónicas.
Al respecto, el portal Healthline asegura que por su riqueza en antioxidantes, esta hortaliza contribuye para proteger las células, los vasos sanguíneos y diferentes órganos del cuerpo del daño oxidativo, que deriva en enfermedades como cáncer y diabetes, que son afecciones crónicas.
Por ello, tenerlo en la cocina y realizar un uso permanente del mismo, agregándolo a las diferentes preparaciones gastronómicas, se convierte en una opción saludable que no se debe descartar, en el marco de una dieta equilibrada y saludable para el cuidado del organismo.
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Beneficios para la salud
Debido a su riqueza en vitaminas y minerales, esta hortaliza se asocia con el buen funcionamiento del sistema digestivo y cardiovascular, por ejemplo.
En el primer aspecto, el portal Cuerpo Mente asegura que al ser rico en fibra, el apio es un buen regulador del tránsito intestinal y gracias a ello previene afecciones como el estreñimiento. Además, se asegura que su consumo contribuye a combatir los gases, la hinchazón abdominal, los meteorismos y la aerofagia.
De otro lado, como resultado de su alto contenido de apigenina, un flavonoide natural con propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, contribuye a evitar la formación de la placa de ateroma, que provoca el taponamiento de las arterias, previniendo de esta forma el desarrollo de infartos u otras afecciones del corazón.
Una de las formas de aprovechar estos beneficios es tomándolo en jugo. Esta bebida neutraliza el efecto de los radicales libres, responsables del estrés oxidativo que daña las células. Además, contribuye a reducir la tensión arterial, lo que también se ve reflejado en la protección de la salud cardiovascular.
Aporte en dieta saludable
Tener apio de forma permanente en la cocina también es bueno porque puede incluirse en dietas tendientes a bajar de peso. Esto se debe a que aporta fibra y otros componentes que favorecen los procesos para adelgazar. Cuando se combina con una alimentación saludable y equilibrada, también ayuda a disminuir la retención de líquidos, aumenta la sensación de saciedad y aporta vitaminas que son importantes para el metabolismo. Debido a sus propiedades diuréticas, el apio contribuye a eliminar toxinas acumuladas en los riñones, hígado e intestinos.
Esta hortaliza también le aporta beneficios antiinflamatorios al organismo y por ello podría ser usado como un aporte en el tratamiento de enfermedades como la artritis. El efecto del extracto de semillas de apio se ha comparado con el de antiinflamatorios no esteroideos como la aspirina, el ibuprofeno y el naproxeno; reduciendo la inflamación y el dolor articular. Además, ayuda a prevenir la irritación estomacal.
En el caso de la mujer puede convertirse en un gran aliado. El contenido en vitamina C y ácido fólico ayuda a normalizar la menstruación, tanto si es excesiva como escasa, también es bueno para aliviar los síntomas de la menopausia, limpia la mucosa de los pulmones y remineraliza el organismo.
Un beneficio más que se obtiene de tener apio en la cocina es que se puede preparar un jugo con las hojas, lo que ayudaría a reducir los niveles de azúcar en sangre tanto antes como después de las comidas en adultos prediabéticos. Según la fundación estadounidense AARP, hay evidencia que indica que la apigenina actúa como un agente antihiperglucémico, es decir, que impide un incremento de los niveles de azúcar en la sangre.
Por último, por ser fuente de vitaminas C y A, además de antioxidantes, su ingesta podría fortalecer el sistema inmune y mejorar las defensas del organismo, previniendo el surgimiento de gripas y resfriados, por ejemplo.