frutas y verduras.
Es posible almacenar algunas variedades de frutas y verduras en el congelador para extender su tiempo de vida útil. | Foto: Getty Images

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¿Qué verduras se pueden congelar?

Esta práctica es común para evitar que los alimentos se dañen.

Redacción Cómo
25 de febrero de 2024

Existen varios trucos en el hogar para evitar que la comida se dañe prematuramente. Si bien hay alimentos que deben almacenarse en el refrigerador para que se mantengan frescos y no se descompongan con tanta rapidez, bajar aún más la temperatura puede mejorar el pronóstico en algunos casos puntuales.

En el supermercado, por ejemplo, es común encontrar carnes congeladas. Esta presentación resulta útil para evitar que el producto se descomponga. En el caso de las verduras, guardarlas en bajas temperaturas también es una forma efectiva de conservar su frescura, sabor y valor nutricional por un periodo más largo.

Algunos beneficios de congelar las verduras incluyen:

  • Extender su vida útil: Congelar las verduras puede ayudar a prevenir el deterioro y el desperdicio de alimentos al mantener su calidad durante un período de tiempo más prolongado.
  • Preservar sus nutrientes: Congelar las verduras frescas en su punto óptimo de madurez puede ayudar a retener la mayoría de sus nutrientes, como vitaminas y minerales, en comparación con las verduras almacenadas a temperatura ambiente durante períodos prolongados.
  • Facilitar la preparación de las comidas: Tener verduras congeladas a mano puede ahorrar tiempo en la preparación de comidas, ya que eliminan la necesidad de limpiar, pelar y cortar las verduras frescas a la hora de cocinar.
  • Mayor flexibilidad en la cocina: Las verduras congeladas se pueden usar fácilmente en una variedad de recetas, desde sopas y guisos hasta salteados, guarniciones y platos principales, lo que brinda flexibilidad en la planificación de comidas y permite incorporar más vegetales en la dieta.
Comida congelada en el congelador.
Congelar ciertos alimentos ayuda a mantenerlos frescos. | Foto: Getty Images/iStockphoto

Pero, ¿cualquier verdura puede guardarse en el congelador? En términos generales, es posible almacenar una amplia variedad de estos alimentos. Sin embargo, algunos requieren un tratamiento previo y, lo más importante, tampoco se debe abusar en el tiempo que se dejen a tan bajas temperaturas.

En la mayoría de casos, el listado de verduras que suelen guardarse en el congelador se compone de:

  • Brócoli.
  • Coliflor.
  • Zanahorias.
  • Guisantes.
  • Maíz.
  • Judías verdes.
  • Calabacines.
  • Calabazas.
  • Pimientos.
  • Espárragos.
  • Berenjenas.
  • Champiñones (previamente salteados o cocidos).
  • Habas.
  • Ajos tiernos.
  • Apio.

Es importante tener en cuenta que algunas verduras pueden requerir un tratamiento previo antes de congelarlas, como blanquearlas (sumergirlas brevemente en agua hirviendo y luego enfriarlas rápidamente en agua helada) para preservar su color y textura.

Además, es recomendable congelar las verduras frescas y en su punto óptimo de madurez para obtener mejores resultados.

Verduras como las zanahorias y los apios se pueden almacenar en el congelador sin problema.
Verduras como las zanahorias y los apios se pueden almacenar en el congelador sin problema. | Foto: Imagen generada por la IA Bing Image Creator

¿Qué verduras no se pueden congelar?

Por supuesto, también existen excepciones. En efecto, no todas las verduras se congelan igual de bien. Algunas verduras contienen una alta cantidad de agua y son más propensas a volverse blandas o perder su textura cuando se descongelan. Sin embargo, muchas verduras pueden congelarse con éxito si se tratan correctamente.

Algunas verduras que no se congelan bien o que pueden requerir un tratamiento especial incluyen:

  • Lechuga y otras verduras de hoja verde: Tienden a volverse acuosas y marchitas cuando se congelan.
  • Pepinos: Tienden a volverse blandos y acuosos al descongelarse.
  • Papas: Pueden volverse granulosas o tener una textura desagradable después de congelarse.
  • Cebollas crudas: Tienden a volverse blandas y pueden perder sabor.
  • Pimientos crudos: Pueden volverse blandos y aguados.
  • Tomates crudos: Pueden volverse blandos y perder su textura cuando se descongelan, aunque se pueden congelar si se van a usar en salsas o guisos.