TENDENCIAS
Los blogueros rusos desafían el conservadurismo a golpe de rímel
En una actividad que choca totalmente con los estereotipos machistas y homófobos enraizados en la sociedad rusa, cada vez más jóvenes blogueros de ese país protagonizan cursos de belleza en internet.
Como él, cada vez más jóvenes blogueros de Rusia protagonizan cursos de belleza en internet. Sin embargo, siendo hombre, lo de ponerle cara a un "beauty blog" no conlleva ni ingresos ni popularidad en este país.
Es una actividad que choca totalmente con los estereotipos machistas y homófobos enraizados en la sociedad rusa, a veces alentados por el poder en nombre de la defensa de los valores conservadores.
"Considero mi trabajo como unos cursos divertidos que ayudan a sacarse partido de una forma diferente", explica Guevorg, que empezó a dar consejos en línea hace varios años, cuando trabajaba en una tienda de productos de belleza en Moscú.
El bloguero, de cabello plateado, tiene a su audiencia –femenina en su mayor parte– enganchada a sus publicaciones en Instagram y en YouTubue, donde responde a las preguntas que le hacen y habla de sus últimas compras.
Guevorg, que publica utilizando únicamente su nombre de pila, tiene más de 250.000 seguidores entre las dos plataformas y se gana la vida con contenidos patrocinados y con cursos de maquillaje en varias ciudades del país.
"El objetivo de mi trabajo es mostrar a una gran audiencia que el maquillaje no es para parecer una prostituta alegre, sino para parecerse a lo que uno quiere ser y mostrar que siempre se puede elegir, hagas lo que hagas en la vida", afirma el joven.
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"Considero mi trabajo como unos cursos divertidos que ayudan a sacarse partido de una forma diferente", explica Guevorg, que empezó a dar consejos en línea hace varios años, cuando trabajaba en una tienda de productos de belleza en Moscú. Foto: Yuri Kadobnov / AFP
Evitar problemas
Los cursos de belleza femenina impartidos por hombres han ganado popularidad en todo el mundo.
Estrellas como los estadounidenses James Charles y Jeffree Star dan consejos sobre la base de maquillaje y el brillo de labios o promueven nuevos productos para más de 15 millones de abonados en YouTube, cada uno.
Además, marcas de maquillaje como MAC o Maybelline contratan a hombres para sus campañas publicitarias.
Pero, en Rusia, esta tendencia adquiere una dimensión particular, pues allí el activismo LGTB está acosado por una polémica ley que prohíbe la "propaganda" homosexual a menores.
Guevorg admite que recibió comentarios agresivos cuando empezó a hablar de productos de belleza, que le recordaban sus orígenes armenios, un país del Cáucaso muy conservador.
"Antes, intentaba hablar con ellos, pero hoy simplemente aprieto el botón de ‘bloquear‘ y ya no me molestan más", explica.
A pesar de su actividad, el bloguero casi nunca lleva maquillaje –y cuando lo lleva, es muy discreto– por la calle.
Otro bloguero, Igor Siniak, que tiene más de 400.000 seguidores en Instagram, fue amenazado por un grupo de jóvenes y tuvo que salir escoltado por la policía de un curso de maquillaje en una tienda de Cheliabinsk, en los Urales.
Andrei Petrov, el bloguero de belleza para hombres más conocido de Rusia, publicó capturas de pantalla de los mensajes de odio que recibía.
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Generación digital
"No creo que el problema resida en que Rusia sea un país naturalmente conservador, sino más bien en el hecho de que, durante mucho tiempo, estuvo la Unión Soviética", Serguéi Naumov, cuya popular emisión en Instagram consiste en copiar el maquillaje de un invitado.
Nacido en Cheliabinsk, este hombre de 27 años se mudó a Moscú y encontró trabajo como esteticista facial antes de lanzar su marca de productos de belleza.
Aunque sus videos se perciban, sobre todo, como un producto de entretenimiento, el empresario asegura que quiere cambiar las ideas sobre la imagen de los hombres.
Serguéi Ostrikov, que se presenta como el bloguero de belleza para hombres más veterano de Rusia (12 años de experiencia), considera que los rusos ya son mucho más abiertos que antes.
"Al principio, había mucho odio contra mí. La mayor parte venía de las mujeres, que decían: ‘¿Cómo se atreve un hombre a adueñarse de esta actividad, puramente femenina?‘", cuenta este bloguero de 31 años.
En cambio piensa que la nueva generación, que nació en la era de internet y creció con esos videos, es mucho más tolerante. "Todo ha cambiado en los últimos diez años y se ha vuelto mucho más fácil".