Concejo aprueba ‘Bogotá Humana ya’ y se anota una victoria

El Plan de Desarrollo, 'Bogotá humana ya', del alcalde Gustavo Petro, vivió un tortuoso camino hasta llegar a su aprobación. El Concejo no le puso las cosas fáciles a la hoja de Ruta de Petro, un documento de 77 artículos que contiene objetivos, metas, estrategias y políticas que guiarán las acciones del gobierno distrital, hasta que termine el 2015. Un plan que le costará a la ciudad 61 billones de pesos, el cheque más alto que haya recibido un alcalde.
 
El juego político se dio en medio de tensas jornadas en las que estaba en riesgo no sólo la aprobación del PDD, sino el voto que legitimara al actual gobierno, pues la posibilidad de que los concejales le hubieran dicho que no a este Plan habría significado una ruptura total entre mandatario y cabildantes, tal y como sucedió con el exalcalde Antanas Mockus. Una opción que se alcanzó a rozar.
 
Petro presentó su Plan el pasado 30 de abril y fue recibido con una catarata de críticas. Varios concejales se mostraron inconformes, sobre todo con el monto del presupuesto, el más alto en la historia de Bogotá.
 
Para contener la reprobación, la plana mayor del gobierno de Petro, liderada por el secretario de Gobierno, Guillermo Asprilla, y el secretario general, Eduardo Noriega, se trasladaron al Concejo. Allí negociaron de forma individual con los cabildantes y por bancadas, y buscaron acuerdos sobre lo que era posible. Y ahí, el pulso lo ganó el Concejo.
 
Por primera vez, el alcalde de la capital, quien es el único amparado por la ley para hacer las modificaciones, aceptó las propuestas y le hizo 663 modificaciones a su plan.

Pero ese no fue el único obstáculo, hubo más. Una vez conocidos las enmiendas, el Concejo designó una comisión para evaluar las modificaciones. Durante 23 sesiones, 133  horas, un grupo conformado por 15 cabildantes deliberó sobre el texto. Finalmente, y después de muchas especulaciones en las que se pensó que sería rechazado, hubo humo blanco, y el pasado sábado 12 concejales votaron a favor.
 
Con el camino allanado, los 45 cabildantes debían avalar o negar la propuesta en la plenaria del Concejo que se realizó este miércoles. Aunque se anticipaba que la votación sería positiva, el resultado final seguía siendo una incógnita, pues el Concejo no sólo es controlado por una coalición opositora al alcalde, sino que las relaciones entre ambos poderes ha sido de choque desde el primer saludo.

Sin embargo, la aprobación llegó con amplia mayoría y contó con 36 votos a favor.
 
¿Que ganó el Concejo?
Según expertos consultados por Semana.com, el Concejo no sólo salió victorioso de este pulso por las modificaciones que le impuso al alcalde, sino que también le hizo entender a Petro su fuerza y su importancia, en palabras de un político fue “un trato de ablandamiento que le resultó al Concejo”.
 
Con las modificaciones, varias de las banderas propias de los concejales y de las de sus partidos se vieron incluidas en el PDD. Tal es el caso de los animalistas, representados por Carlos Roberto Sáenz, de Progresistas y Clara Lucía Sandoval, de La U; en el tema de la salud se siguió los cambios de Edward Arias, del Partido Verde, y en las políticas hacia los maestros se cumplió con lo sugerido por Álvaro Argote, Celio Nieves y Orlando Santiesteban, del Polo Democrático. Por poner unos ejemplos.
 
Otro analista también resalta lo que quizás sea más importante: el hecho de que el Concejo se lavó las manos de futuros cuestionamientos o juicios que se haga en los años venideros a esta alcaldía. “Los concejales no querían que se les fuera a señalar de haber sido el obstáculo de Petro, un alcalde que promete tantos compromisos sociales, no les convenía asumir ese altísimo costo político”, explica una persona que conoce muy de cerca la política de la capital.
 
La aprobación del PDD dejó en el ambiente una pregunta que hasta el momento no encuentra respuesta: ¿Por qué el Concejo pasó de los insultos hacia Petro y terminó aprobando el Plan por amplia mayoría? El secretario de Gobierno salió al paso de los rumores y dijo que "no ha habido ofertas de puestos ni presiones del Concejo".
 
¿Qué perdió la ciudad?
La ciudad perdió principalmente una institución y un deseo: La veeduría y la cultura ciudadana.

La veeduría vio significativamente reducido su presupuesto que le quitará los dientes que ya de por sí estaban poco afilados. Aunque el alcalde había prometido, en el marco de un Foro organizado en el mes de abril por la revista SEMANA, que dotaría a este organismo un presupuesto de 20.000 millones de pesos, la realidad es otra. En el PDD se aprobó que su presupuesto sería de 5.000 millones, la mitad de lo que tenía durante la administración de Samuel Moreno.
 
Esta decisión también hizo dudar a su cabeza, Adriana Córdoba, esposa del exalcalde Antanas Mockus, de quien se especuló que podría renunciar.
 
La cultura ciudadana también quedó ausente del PDD y no se contempló ninguna política que impulse esta bandera que durante la década de los noventa y promovida por Antanas Mockus se convirtió en un faro para combatir varios de los problemas de la ciudad.
 
¿Qué ganó Petro?
La gran conquista del alcalde en la aprobación de ‘Bogotá Humana Ya’ es que se atreve a poner de nuevo en el centro de la agenda que la administración pública debe estar por encima de los intereses privados. “Eso es histórico”, explica Jorge Gaitán, experto en temas de la capital y editor adjunto de Razonpublica.com
 
Por su parte, la concejal Angélica Lozano, del movimiento del alcalde, Progresistas, destaca que el PDD  responde con un programa muy ambicioso en este campo. “El Plan de Desarrollo no sólo se compromete a darle inicio al Sistema Integrado de Transporte Público, sino a construir con dos metrocables, las troncales de Transmilenio de la 68 y la Boyacá, introducir la red férrea y rescata del olvido la movilidad humana, comprometiéndose a ampliar el número de corredores peatonales y de ciclorrutas de la ciudad”.
 
El otro tema que destacan desde el grupo político de Petro es el medio ambiente, una de las insignias durante la campaña a la Alcaldía de Petro y el énfasis en la planeación alrededor del agua. “El plan se propone un abanico amplio de objetivos alrededor del agua que van desde mejorar la calidad del agua del Río Bogotá, hasta renaturalizar quebradas en suelo urbano, pasando por la recuperación de 40 hectáreas de humedales y el involucramiento ciudadano en estrategias de investigación y educación alrededor de la preservación de los territorios del agua”, explica Lozano.