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Alejandro Gaviria sigue sumando apoyos: el exministro Eduardo Díaz Uribe se unió a su campaña

27 de enero de 2022
Tal como lo prometió en el cara a cara, Alejandro Gaviria suma a su campaña a Eduardo Díaz Uribe.
Tal como lo prometió en el cara a cara, Alejandro Gaviria suma a su campaña a Eduardo Díaz Uribe. | Foto: Alejandro Gaviria

“Lo seguiré haciendo... Sumando apoyos”. Así le respondió Alejandro Gaviria, candidato de la Coalición Centro Esperanza, a su coequipera Íngrid Betancourt ante los reparos sobre sus más recientes alianzas durante el cara a cara de SEMANA y El Tiempo.

La adhesión de Germán Varón Cotrino, senador de Cambio Radical, a la campaña del exrector de la Universidad de los Andes, no gustó en la alianza de centroizquierda y acentúa las heridas entre los aspirantes. Sin embargo, en medio de la tormenta, Gaviria sostiene su promesa y sigue sumando.

El liberal Eduardo Díaz Uribe, tal como lo anticipó, también aterrizó en la campaña del académico. El exministro de Salud y Educación durante la Presidencia de Virgilio Barco, quien también estuvo al frente de la Dirección de Sustitución de Cultivos Ilícitos, protagonizó un apretón de manos con el aspirante.

“He decidido acompañar la candidatura de Alejandro porque fue la primera persona que asumió el reto inmenso de suspender las fumigaciones con glifosato a las familias más pobres del país, lo que se tradujo en la sustitución voluntaria”, dijo Díaz, en un video junto a Gaviria.

El candidato respondió con gratitud: “Es un honor y un privilegio para la campaña contar con tu apoyo, con tu afecto. Compartimos los dos esta idea de que la única presencia del Estado no puede ser una avioneta rociando veneno”.

Además, según el exrector, los une “la defensa de las ideas liberales de verdad, que en el fondo implican una rebeldía, una protesta contra el mundo como es”.

Más temprano, también se sumó Rafael Pardo a la apuesta de Gaviria, quien no deja de acumular figuras que vienen de fuerzas políticas distintas y que se podrían considerar tradicionales. Para el agravio de Íngrid y sus coequiperos, el exministro de Salud parece no desistir de su estrategia.