Confidenciales
José Félix Lafaurie criticó duramente el servicio de Avianca: “incomodidad y pague por todo”
Avianca es una de las aerolíneas colombianas más famosas en el país y que cuenta con el mayor número de slots en el Aeropuerto El Dorado, principal terminal aérea colombiana. Sin embargo, ese reconocimiento no ha servido para deslegitimar las diferentes opiniones de los usuarios, quienes aseguran en algunas ocasiones un pésimo servicio, acompañado además de altos costos.
Una nueva crítica se conoció durante este fin de semana. Esta fue hecha por José Félix Lafaurie, actual presidente de Fedegán y también integrante de la mesa de negociación de los diálogos con el ELN. A través de una columna publicada en el portal Contexto Ganadero, este se despachó contra la aerolínea, tras experimentar un mal servicio en uno de sus viajes.
Lafaurie comenzó por hablar de la transición de la marca Avianca y la reciente modificación a su nombre, dejando su primera ‘a’ en minúscula (avianca). Aseguró que esta antes era reconocida como una gran empresa de origen nacional y que ahora se convirtió en una “aerolínea de bajo costo y mal servicio”.
#Opinión
— José Félix Lafaurie (@jflafaurie) November 25, 2023
➡️ https://t.co/xlXBEWlPID@avianca, nuestra aerolínea bandera, y digo “nuestra” porque esa Avianca con mayúscula, la segunda más antigua del mundo y una “gran empresa”, que era orgullo nacional, se relanzó como “avianca” con minúscula, con un discurso “inclusivo” que…
En su relato, Lafaurie asegura que la razón por la que escribe de Avianca fue por un episodio que vivió recientemente durante un viaje que realizó para promover la carne colombiana en Alemania, además de los avances en la producción ganadera sostenible en Japón.
Aseguró que al llegar a Frankfurt tenía cansancio acumulado y afán para regresar, por lo que decidió adelantar su vuelo unas horas, pensando que habría una silla disponible, que este sería un proceso sencillo y que no sería tan costoso. Sin embargo, se llevó una sorpresa al cotizar el nuevo vuelo.
A pesar de que había disponibilidad en la silla, el precio que debía pagar por el cambio era demasiado alto. “La diferencia, en un vuelo prácticamente cerrado, era de 960 euros. Así las cosas, no adelanté mi viaje y Avianca se quedó con su “silla vacía”, argumentó.
Concluyó que alguien con un verdadero afán tendría que haber pagado esos 4 millones de pesos por viajar unas horas antes de la reserva original, por lo que también recordó el servicio a bordo del avión, criticando la falta de algún tipo de refrigerio sin costo en un vuelo tan extenso.
“Recordé también a los auxiliares vendiendo café y agua en los cortos vuelos de Colombia, mezquindad disfrazada bajo el lema: pague solo por lo que necesita”, y yo añadiría…, que no le regalamos ni agua”, comentó.
Finalmente concluyó preguntándose en dónde está la Superintendencia que controla a la compañía. Además aseguró que aunque la aerolínea es una empresa grande, dejó de ser una “gran empresa”, pues “la grandeza no se mide en dólares ni en aviones, sino en una ética corporativa de servicio, la de esa Avianca con mayúscula que se fue y esperamos regrese”, comentó.