“Si no es por el petróleo, los resultados de la economía hubieran sido peores; hay que desideologizar las decisiones”, afirmó expresidente Iván Duque

El expresidente Iván Duque llegó con toda, no solo a plantear críticas sobre el camino que ha seguido Colombia en los últimos 15 meses de gobierno del presidente Gustavo Petro, sino a dejar ver esperanzas de que todavía queda tiempo para enmendar.

Eso sí, se requiere dejar atrás las decisiones torpes y, principalmente, “desideologizar la economía”, según planteó en la Asamblea de Anif que se realizó en Bogotá, con participación de expresidentes, exministros y líderes de opinión.

Duque, al ser cuestionado sobre lo ocurrido hasta el momento con la economía, se refirió a lo que llamó “un tinte antiempresarial en la política de gobierno”, para mencionar el impacto en la inversión que han tenido las decisiones aplicadas que desaniman a los inversionistas.

El expresidente habló de las reformas y no rescató ninguna de las tres más importantes: salud, laboral y pensional. A la laboral la catalogó como una propuesta “para satisfacer a la élite sindical de Colombia”. Entre tanto, la de “la salud busca nacionalizar el sistema y asfixiar a los prestadores”.

En cuanto a la pensional, dijo que con ella están “echando mano al stock y los ahorros de los colombianos”. En resumen, todas son reformas que generan incertidumbre.

Acerca de las medidas aplicadas en relación con la industria extractiva, en medio de una transición energética entendida como una senda en la que hay que prescindir de los hidrocarburos, Duque destacó que “si no es por el petróleo, los resultados hubieran sido peores”.

Advirtió que hay que tener cuidado con jugar con la independencia del Banco de la República, cuyas decisiones se critican con el argumento de que la inflación ya está derrotada y es hora de bajar las tasas de interés. No obstante, resaltó que “la inflación no está derrotada, sigue en 2 dígitos”.

En general, Duque señaló que no es tiempo para el lloriqueo y el uso del espejo retrovisor.

Insistió en que hay que cambiar el mensaje que se ha posicionado y volverlo “proempresarial”, para que se pueda estimular la reactivación económica.