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Diez casos en los que una moto “tiene la culpa”, en un accidente

Las motos suelen ser los vehículos más involucrados en accidentes de tránsito pero, a la hora de saber “de quién es la culpa”, puede que las circunstancias no siempre estén a su favor. Conozca cuándo sí.

Nataly Olarte
4 de marzo de 2016
| Foto: Ingimage

“Todo se trata de conducir con cuidadito y mirar bien a ambos lados”, es una de las recomendaciones más comunes que hacen las personas y vendedores cuando usted está considerando comprar una moto. Y si bien es así, conducir este vehículo requiere de más destrezas y conocimientos que simplemente creerse un buen conductor y pensar que sabe las normas.

Cada vez son más personas quienes deciden tener moto, pues se estima que por cada carro, ya hay cerca de 3 motocicletas rodando en el país. Ahora, esto significa que se ha convertido en un medio de transporte popular y, realmente, económico. Pero hay que tener en cuenta otros factores más allá de la facilidad de movilidad, a la hora de adquirir una.

De acuerdo con ANDEMOS, el gremio automotor de Colombia, en el acumulado ener-julio de 2017 se vendieron 282.744 motos 0 kilómetros, una cifra inferior a la del mismo periodo de 2016, cuando había matriculadas 331.752 motos nuevas. Sin embargo, preocupa el alto índice de accidentalidad en estos automotores. En un informe revelado por la Secretaría de Movilidad se concluyó que en Bogotá hay unas 450.000 motocicletas, lo cual quiere decir que por cada 4 carros particulares, existe una moto y la cifra sube a 9 por cada taxi que está rodando. 

Pero el incumplimiento de las normas, el conflicto con otros actores en la vía o por el mismo estado de las vías es que más motociclistas están en constante riesgo de accidente. De acuerdo a la Policía de Tránsito, en el 23,5% de accidentes en la ciudad hay una motocicleta involucrada. Y entre 2003 y 2015, el 25% de personas que murieron en un accidente vial, eran conductores de estos vehículos. 

En Colombia según cifras de Fasecolda (Federación de Aseguradores Colombianos), se expidieron 7.885.305 pólizas a cargo del SOAT, de las cuales 3.583.919 (45,45%) correspondieron a las motos. A pesar de que la póliza es obligatoria, la evasión y el fraude, representado este último en la falsificación de este documento, hacen que el nivel de aseguramiento sea del 70%. 

Desde AIG Colombia explicaron que “un percance vial en el que esté involucrada una moto puede poner en riesgo, no solo la vida del motociclista, sino la propiedad y el bienestar de otros, por lo que sus conductores pueden ser objeto de reclamaciones por parte de terceros, lo que puede significar además, el desembolso de grandes sumas de dinero”.

Lo que sucede, en muchos casos, es que las imprudencias, el afán y la falta de conocimiento de las normas de tránsito pueden llevar a cometer errores al conducir, que se desencadenan en accidentes de cualquier tipo. En esto, la preocupación surge no sólo por el bienestar de quienes están involucrados, sino también por los costos que estos puede acarrear.

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Los errores comunes

En temas de costos, la protección no debe ser uno en el que se deba escatimar o ahorrar, pues de éste dependerá la seguridad del motociclista y de las personas que estén a su alrededor. 

Y es allí donde, quienes fueron parte del accidente, se preguntan: ¿de quién fue la culpa? Así, AIG señala cuáles son esos diez casos en los que un conductor de moto debe pagar si está involucrado en un accidente de tránsito:

  1. Adelantar por la derecha de otro vehículo

La norma dice que luego de usar la direccional con suficiente tiempo de antelación, usted debe tener precaución para adelantar un vehículo, procurando que sea por la izquierda, teniendo en cuenta la velocidad de los carriles. Pero, en ocasiones, algunos conductores de motos adelantan por la derecha, debido al afán de transitar rápido y evitar cualquier tipo de trancón.

El problema con esto que es por la derecha de las vías, muchos carros voltean y también se detienen y abren sus puertas. Incluso, algunos de sus pasajeros se bajan del vehículo. “Si una moto está adelantando por la derecha, puede causar la colisión con una puerta de un carro que se abra o puede chocar contra un pasajero y ocasionarle alguna lesión o perjuicio físico”, explica el experto Guerrero.

El sentido común sugiere que adelantar por la derecha está prohibido, por lo que, si el conductor o propietario de una moto se ve involucrado en un accidente de tránsito, como consecuencia de infringir está norma, podrá verse obligado a responder económicamente por los daños eventuales causados al vehículo del tercero y los perjuicios físicos que se lleguen a generar a terceros.

  1. Adelantar a través de los vehículos 

Hay que aceptar que es necesario conocer las normas de parte y parte. Las motocicletas deberían ocupar el mismo espacio que ocupa un vehículo y cumplir las normas de igual modo. Y aunque muchas veces los carros no les dan el espacio suficiente para movilizarse, también resulta que algunos conductores de motos han adoptado la práctica de adelantar su paso en medio de los carros.

Recordemos que tanto las motos como los carros que están a su alrededor se verán enfrentados a realizar una maniobra rápida para avanzar, mientras también se esquivan unos a otros, por lo que la probabilidad de choque o accidente aumenta.

Según el especialista de AIG, “en esta situación, es posible que el conductor o propietario de la motocicleta sea hallado responsable y deba asumir los costos por cualquier daño causado a los demás vehículos, como podría ser la pérdida parcial de los mismos”.

  1. Llevar la moto prendida, mientras se camina con ella en el andén y se estaciona

Lastimosamente, muchas veces por el afán y las condiciones de infraestructura, se suelen ver motos transitando sobre las aceras, lo que está restringido por el Código Nacional de Tránsito.

El problema con esto es que “mantener la motocicleta prendida al caminar por las aceras es peligroso, en tanto se puede perder control de la misma y ésta puede colisionar con los peatones, los cuales pueden sufrir de lesiones físicas graves. Para reparar el daño causado a las personas afectadas, el conductor o propietario de la motocicleta podrá verse obligado a asumir los gastos relacionados”.

  1. ¿El que pega por atrás, paga?

Recuerde la importancia de guardar la distancia de seguridad establecida porque, de no hacerlo, puede ser considerado responsable del mismo.

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Según el Código Nacional de Tránsito Terrestre, la distancia de seguridad para un vehículo que va a una velocidad de:

  • Hasta 30 km/h por hora debe ser de 10 metros
  • Entre 30 y 60 km/h, la distancia debe ser de 20 metros
  • Entre 60 y 80 km/h, debe ser de 25 metros
  • Más de 80 km/h la distancia debe ser de 30 metros o aquella que la autoridad competente indique.

“Es probable que el conductor o propietario de una moto tenga que cubrir los costos de los daños a su moto, los sus gastos médicos y los del pasajero, así como por cualquier daño al carro del tercero que iba adelante.

  1. Durante la noche…

Recordemos que conducir entre las 6 pm y las 6 am o cuando la visibilidad es escasa, el conductor de moto puede verse involucrado en un accidente de tránsito y, si no lleva chaleco o chaqueta reflectiva de identificación visible, “es posible que tenga parte de la responsabilidad del incidente vial por no cumplir con la norma legal de contar con elementos retroflectivos en la noche o en casos de escasa visibilidad”, añadió AIG.

  1. Zonas restringidas

Una creencia común consiste en pensar que dado que la motocicleta es más pequeña que un automóvil, puede parquearse en cualquier lugar: falso. “Si un usuario de una bicicleta o un peatón pasan y tumban al vehículo o alguno de sus accesorios, puede que ellos no tengan que responder por el daño, en tanto la motocicleta no está autorizada para ser parqueada en lugares como zonas verdes, bermas y puentes, entre otros”.

Igualmente, esto aplica cuando la moto es parqueada en zonas de estacionamiento restringido, (como zonas adyacentes a instalaciones militares o de policía, teatros, bancos, hospitales, entre otros, donde solo pueden parquear vehículos autorizados, tal y como lo indica el Código Nacional de Tránsito).

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  1. Alta velocidad

Una de las situaciones más comunes pero, por el tamaño de las motos, los conductores pueden llegar a sentirse en total libertad, sin esperar ser detectados por los radares de velocidad, lo cual no es cierto. Entonces, si hay un accidente y su velocidad había sido registrada o los testigos acusan al conductor de esto, puede tener parte de la responsabilidad en el accidente en cuestión. Por ende, es posible que algunos de los daños de la moto, así como aquellos daños causados a terceros tengan que ser asumidos por el motociclista.

  1. Carriles exclusivos

El afán y los trancones hacen que algunos conductores  se sientan ávidos de aventura y se atrevan a tomar los carriles exclusivos de los sistemas de transporte masivos, lo que aumenta en gran proporción la probabilidad de sufrir accidentes y ser quien “lleva las de perder”.

“Así el bus haya colisionado contra la moto, el conductor de la motocicleta tendrá alguna responsabilidad en el incidente por realizar una infracción al transitar en los carriles que están prohibidos para vehículos privados. Entonces los costos relacionados con el daño total o parcial de la moto, así como los perjuicios físicos sufridos por su conductor y/o pasajeros, tendrán que ser asumidos por el motociclista”, señala Guerrero.

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  1. Tres pasajeros en la moto

Muy común en zonas costeras o donde se prestan servicios de “mototaxismo”, el llevar tres personas, cuando el máximo son dos para transportarse en una moto, lo más posible es que el conductor o propietario de la moto deba asumir parte de la responsabilidad asociada con el hecho.

  1. Un niño no lleva el casco

Lo primero que hay que tener presente es que en sí, el mismo hecho de no usar casco, es una infracción y si llegase a ocurrir una colisión de un automotor con una motocicleta que transporta a un niño que no lleve casco, es posible que el conductor de la motocicleta pueda verse obligado a cubrir, de algún modo, los perjuicios físicos causados al niño.