MUJERES

¿Qué tienen las barranquilleras?

Talento. Gracia. Fuerza. Sobre eso hablaron dos exitosas mujeres nacidas en la Arenosa, la actriz Isabella Santo Domingo y la exseñorita Colombia Adriana Tarud.

25 de octubre de 2018
De izquierda a derecha, Adriana Tarud e Isabella Santo Domingo | Foto: Cortesia: Adriana Tarud y Gabriel Carvajal

ISABELLA SANTO DOMINGO: Tengo muchas cosas para preguntarte pero, ante todo, quiero aprovechar este espacio que nos da SEMANA para que hablemos de barranquillera a barranquillera.

ADRIANA TARUD: Claro. Para mí es un honor poder charlar con una barranquillerísima como tú, que con sus papeles en televisión, sus libros y sus propuestas de stand-up comedy ha triunfado en tantos países.

I.S.D.: ¿Comenzamos por el principio? Antes de que fueras señorita Colombia, antes de ir a Miss Universo, ¿qué recuerdos tienes de la ciudad donde creciste?

A.T.: Son muchos. Tendría que hablar primero de todos esos momentos que pasé con mi familia. Aún seguimos la tradición y nos reunimos los sábados con mis hermanos, primos, tíos, en la casa de mi abuela. Ella tiene más de 90 años y sigue haciendo unos banquetes deliciosos.

I.S.D.: La comida es un tema muy importante…

A.T.: Y más si tus raíces son árabes, por eso nuestros encuentros familiares siempre han girado en torno a ella. Y, obvio, otro de los símbolos que llevo conmigo es el Carnaval de Barranquilla, que nunca me lo perdía. Creo que lo he vivido de todas las formas posibles: montada en una carroza, bailando por la Vía 40, y desde los palcos. Mi niñez y mi juventud fueron muy felices. ¿Tú viviste algo parecido?

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I.S.D.: Yo lo que más recuerdo y extraño, y no sé si te pasa igual, es la disposición de los barranquilleros para crear, construir y hacer cosas juntos. Se nota en todos los campos.

A.T.: Esa colaboración la ves entre los hombres de negocios de más alto nivel, hasta en los maestros que elaboran las comparsas para el carnaval. Y yo añadiría algo, Isa, y es la capacidad que tenemos de reiventarnos y de innovar. La ciudad es una muestra de eso. ¿Te acuerdas que siempre nos dijeron que tendríamos que aprender a vivir con los arroyos?

I.S.D.: Claro, debíamos acostumbranos a la ciudad inundada…

A.T.: Pero mira, hoy los están canalizando. ¡Se podía cambiar! Y lo que dices es verdad, los barranquilleros nos ayudamos.

I.S.D.: Alguna vez, cuando aún estaba en el colegio, con un grupo de estudiantes hicimos una convocatoria para colaborar con varias familias damnificadas por el invierno…

A.T.: Tus compañeros habrán hecho su aporte, ¿no? Aquí nos echamos una mano.

I.S.D.: Mira, empezamos 15 personas y al final éramos como 500 voluntarios y tuvimos hasta sede propia. ¡Cómo extraño eso! Esa solidaridad de Barranquilla, que no encuentras en otras partes.

A.T.: Creo que ese espítitu es el que ha ayudado al cambio de la ciudad; ahora vas por la calle y ves parques espectaculares que se recuperaron. Lo mismo ha pasado con sectores como los de infraestructura y educación.

I.S.D.: ¡Barranquilla es otra!

A.T.: Es otra.

I.S.D.: Ya que esta es una charla de mujeres, hay una que ha sido muy relevante en los cambios de la ciudad, Elsa Noguera.

A.T.: Así es, fue la primera alcaldesa que tuvo Barranquilla y su aporte fue muy valioso.

I.S.D.: Ella es una de las tantas barranquilleras que han marcado la diferencia. Tengo otro nombre: Katia Nule, que más que primera dama y esposa del alcalde, es una mujer cercana a la gente. ¿Qué mujeres te inspiraron a ti?

A.T.: Del mundo de la moda se me ocurren muchas, como Silvia Tcherassi y Adriana Castro (diseñadora de accesorios), con quien estudié en el colegio. Y no puedo dejar de nombrar a Paulina Vega Dieppa, nuestra Miss Universo. ¡Tremendas mujeres!

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I.S.D.: Y Esthercita Forero, y Shakira y Sofía Vergara y…

A.T.: Si seguimos con el listado de mujeres barranquilleras luego los de SEMANA nos cortan este artículo porque sería muy largo.

I.S.D.: Son muchas. Y algo habremos hecho tú y yo, ¿no? Que además de tener nuestras profesiones, somos madres. Aunque mi hija Daniela ha crecido lejos, me aseguré de que conociera nuestra música y nuestra cultura…

A.T.: Yo he hecho lo mismo con mi hija Alana, aunque nació en Bogotá, sabe que también es de Barranquilla. Le encanta la ciudad. Incluso ha participado en eventos del carnaval; y su primer disfraz, a los 6 meses, fue de cumbiambera. Trato de que use algunas palabras típicas nuestras. Por ejemplo, luché para que no dijera como los cachacos “torta” o “ponqué”, ella ya sabe que se dice ¡pudín! Je, je.

I.S.D.: ¡Pudín! Sí, de eso se trata, de que nuestros hijos no pierdan nunca el orgullo de ser parte de esta ciudad mágica.

A.T.: Olvídate, eso siempre lo van a tener.

I.S.D.: No sé si te pasa lo que a mí. Siento que a pesar de que venimos de un lugar pequeño, al ser un puerto estábamos conectados con el mundo. No había barreras ni fronteras. ¿Tendrá eso que ver con nuestros logros?

A.T.: Creo que sí. Crecer rodeadas de descendientes de alemanes, árabes e italianos ayuda mucho a abrir la mente. También creo que la alegría forma parte de nosotros porque con ella nos educaron. Y qué decir de la creatividad, que no solo se refleja en el carnaval. Es increíble de todo lo que somos capaces.

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