CIENCIA
Floresta, un paraíso geológico y la ciudad donde caen meteoritos
En el 70 por ciento de este municipio boyacense hay fósiles. Aquí, además, se encontraron los restos del colombiano más antiguo del que se tenga registro y sí, caen fragmentos del espacio exterior.
Antes de que aparezcan los primeros rayos del sol, varios campesinos salen de sus casas de arquitectura colonial cargando las cantinas de leche que han ordeñado desde las cuatro de la mañana. Esta quizás es la cara más conocida del municipio. Lo que muchos no saben es que entre los maizales y los pastizales de Floresta, Boyacá, hay gran cantidad de tesoros geológicos y antropológicos. En esta ciudad de 85 kilómetros cuadrados se encuentran desde fósiles de corales, plantas, caracoles primitivos y peces extintos, hasta estoraques, que son esculturas formadas por las glaciaciones.
Floresta está en la cordillera Oriental y sus cerros más representativos: el Tíbet, el Dunga y el Careperro, surgieron de lo profundo del mar por el movimiento de las fallas geológicas Soapaga y Boyacá. Por eso el florestano y geólogo empírico Luis Becerra asegura que “en el 70 por ciento del municipio hay fósiles”, de entre 416 y 559 millones de años de antigüedad.
Otra de las maravillas geológicas de este pueblo de 4.431 habitantes es un sendero de casi un kilómetro en el que se pueden encontrar estoraques, que lo ubican junto con Playa de Belén, en Norte de Santander, y el Desierto de la Tatacoa, en el Huila, como uno de los pocos lugares del país con tales estructuras naturales multicolores.
Las sorpresas florestanas también provienen del espacio exterior, pues el primer meteorito encontrado en Colombia cayó en su vereda Tocavita, el viernes santo de 1810 y hoy es uno de los principales atractivos del Museo Nacional. Desde entonces, los hallazgos de estos cuerpos espaciales son frecuentes. Uno de ellos es exhibido en el Museo de la Vida, ubicado en el centro del pueblo, y varios campesinos de la zona conservan otros en sus casas como objetos curiosos. En 2010, Floresta fue reconocido por la Gobernación como el pueblo más lindo de Boyacá. En este municipio, que cumplirá 200 años de fundación el 8 de diciembre de 2018, se hallaron en 1943 los restos humanos del “ciudadano colombiano más antiguo del que se tenga registro, se calcula que tiene alrededor de 8.000 años”, dice el alcalde Luis Mario Vargas. Por todo esto es un sitio de importancia nacional “desde el punto de vista histórico y científico”, agrega.