PERSONAJES
La Carranguerita revivió la música campesina
Esta niña boyacense de 8 años canta e interpreta con destreza varios instrumentos. Ahora es la representante del esfuerzo y el talento de cientos de músicos carrangueros.
Julieth Pesca Guadía fue llevada desde los 7 meses a jugar en el campo donde sus padres -Omaira y Reinel- trabajaban como jornaleros “sembrando y sacando cebolla”, en el municipio boyacense de Iza. Creció escuchando la música de Jorge Velosa y se enamoró del campo, las gallinas y las canciones que narran lo que allí ocurre.
Esta niña sogamoseña acarició a los 4 años su primer instrumento y aprendió Las Diabluras, La Gallina Mellicera y el Caballito de Ráquira, entre otras canciones. Ahora, toca el cuatro, el tiple, el requinto, la guacharaca y usa coplas frecuentemente para expresarse: “Si digo que tengo 15, me comparan con pinocho, tengo 9 menos 1, mejor dicho tengo 8”.
El talento musical de La Carranguerita, como es conocida, la llevó a principios de 2018 a participar en el programa televisivo La Voz Kids. Allí, se convirtió en la embajadora de la Boyacá de su corazón y permitió el renacimiento de la música carranguera, que, según palabras de Gabriel Chaparro Orduz, su maestro desde sus inicios, “antes había sido solo para los adultos, pero gracias a Julieth ahora la están cantando los niños”.
La labor de La Carranguerita, sus padres, y la de la Fundación Colombia Somos Música, que apoya su formación, es muestra del tesón y del arraigo de cientos de músicos boyacenses que ensayan casi a diario para evitar que desaparezcan el amor por el cocido, la arepa y el arado. Gracias a esto, La Carranguerita ha sido invitada a participar en el Festival Colombia Canta y Encanta, en Medellín; el Festival Zue de Oro, en Sogamoso; y en dos ocasiones al Festival de Música Andina Mono Núñez.
Julieth es famosa, pero no se la tragó la ciudad como a la china de Velosa. Aún juega en el potrero que está cerca de su casa y ensaya constantemente para ser la sucesora del padre de la música carranguera, sin descuidar las matemáticas y la religión que son sus materias favoritas. “Quiero seguir estudiando música, no sólo por interés, sino porque es muy bonita y quiero ayudar a los niños del campo para que puedan estudiar música y dejar de trabajar tanto”, dice.
*Periodista de Especiales Regionales de SEMANA.