Durante más de ocho décadas en Boyacá se han cultivado más de tres variedades de café. | Foto: Esteban Toro Martínez

AGRICULTURA

¿Ya probó los cafés especiales que se siembran en Moniquirá?

Dos marcas colombianas que crecieron en este municipio boyacense están dedicadas a este negocio y hoy exportan a países como Estados Unidos y Japón, conozca las historias de Café Cultura y Bentos Kaffe.

6 de agosto de 2018

Dicen que el cielo huele a café recién molido. Y debe ser cierto. Al menos eso creen Rodrigo Bermúdez, creador del laboratorio Café Cultura, y Sven Alarik, propietario de Bentos Kaffé. Sus fincas, ubicadas en el municipio boyacense de Moniquirá, a tres horas de Bogotá, producen alrededor de 120 cargas de este cultivo al año y el sabor de sus granos ha recibido varios premios en el país.

Aunque este departamento es conocido por sus plantaciones de papa y maíz, cientos de agricultores siguen una tradición cafetera que comenzó hace más de 80 años en poblaciones como Rondón, Zetaquira, Miraflores y Moniquirá; y hoy es impulsada por Bermúdez y Alarik, quienes han aprovechado la fuerza que han tomado los cafés de denominación especial en Colombia. Por estos, que son percibidos como diferentes y únicos, los clientes están dispuestos a pagar más; así lo señala la Federación Nacional de Cafeteros. El 12 por ciento de los consumidores de café prefieren esta variedad.

“Si Starbucks salvó este negocio en Estados Unidos con el desarrollo de las especialidades, ¿por qué nosotros no podíamos crear una marca propia?”, dice Rodrigo Bermúdez. Esa pregunta lo hizo crear Café Cultura, un laboratorio de este producto, que lleva más de dos años en el mercado y hoy exporta a Japón y Estados Unidos. Su grano se cosecha en 11 hectáreas de tierra y crece escondido entre arbustos en las montañas de la vereda Pueblo Viejo, en la finca Hacienda Macedonia. Ahí crece uno de los mejores cafés especiales de Boyacá, que tiene unas propiedades singulares: notas achocolatadas y una acidez cítrica mezclada con sabor a panela y jugo de uva. Este se vende a una cadena de hoteles estadounidenses, dirigida a comunidades Lgtbi bajo el nombre de Unicorn Coffee.

“Nosotros desarrollamos una marca especial de acuerdo con las necesidades de la cadena de hostelería Ursula Hosting. Ellos tienen hospedajes en Estados Unidos, Cuba, Cartagena y St. Maarten. Cada caja contiene 12 bolsas de café que se preparan como si fueran un té. Y son totalmente amigables con el ecosistema”, explica Bermúdez.

El sueco Sven Alarik (padre) se estableció junto a su esposa, Maricela Macías, en Boyacá en 1985. Él sembró en la finca Mariala los primeros cafetales, esos que 20 años después le servirían a su hijo Sven Alarik para comenzar su emprendimiento: Bentos Kaffe, que pronto recibiría el premio al mejor café tostado del departamento. “Nuestro productor requiere de 18 horas de fermentación para que se alcancen a desarrollar todas sus propiedades y los azúcares entren al grano. Es catalogado como café de origen, es decir, tiene unas cualidades únicas y no se mezcla con otros tipos de grano”, explica Alarik hijo.

Es cierto, como decíamos al inicio de este texto, que los productos que han impulsado el crecimiento económico de la región son la panela, la papa y el maíz. Pero el café siempre ha estado ahí, y actualmente vive su mejor momento, además, por él se paga más que por los cultivos ya nombrados. Este grano, un símbolo del país, es una muy buena alternativa de crecimiento en el departamento, cabe recordar que en Boyacá se producen anualmente 240.000 kilos de café, y que la mitad de ellos provienen de Moniquirá y de las fincas de los caficultores más tradicionales del departamento. ¿Ya probó los ‘especiales’ boyacenses? ¿Qué espera?