“El obstáculo para erradicar la pobreza en Cartagena no es económico, sino institucional”

La economía de Cartagena ha tenido un muy buen desempeño en las últimas décadas gracias a sectores como la industria petroquímica, las zonas portuarias y el turismo. ¿Cómo se explica su falta de impacto positivo en las necesidades de las clases más pobres? La respuesta es la ausencia de un liderazgo que entienda y priorice las necesidades de la gente.

Debido a la corrupción la gobernabilidad distrital es insostenible. Esto explica que la ciudad tenga un nuevo alcalde cada pocos meses. Un primer paso para lograr mejores números en materia de pobreza es revisar las prioridades de inversión. ¿En qué sectores se está invirtiendo? ¿Cómo se está haciendo? ¿Las acciones son eficientes? De esta manera se revelan las debilidades y fortalezas de las políticas públicas.

Por ejemplo, sorprende que del impuesto predial que se cobra año tras año solo se recaude en promedio el 48 por ciento. El 52 por ciento restante no llega a las arcas de la ciudad. Adicionalmente, Cartagena debe actualizar los precios de los inmuebles pues la mayoría están avaluados por debajo de su valor de mercado.

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Por otro lado, la calidad del gasto es deficiente: se invierte en muchos proyectos con resultados escasos o nulos en materia de rentabilidad social. Las inversiones que hay que hacer son las básicas: servicios públicos, vías, educación, nutrición, salud, parques, capacitación para el trabajo. Todas ellas tendrían una altísima rentabilidad social.

El obstáculo principal para erradicar la pobreza en Cartagena no es económico ni de orden práctico, es de orden institucional. La ciudad necesita combatir de manera decidida la pobreza y para eso necesita que la Alcaldía sea más eficiente y la clase empresarial más comprometida.

*Rector Universidad del Norte.