CIENCIA, TECNOLOGÍA E INNOVACIÓN

¿Qué significa para el país tener un ministerio de ciencia, tecnología e innovación?

La científica Dolly Montoya, la primera mujer al frente de la Universidad Nacional, reflexiona sobre el impacto para la investigación en Colombia de la creación de MinCiencias.

Dolly Montoya*
15 de diciembre de 2019
El nuevo MinCiencias tiene el reto de expandir la investigación en el país. | Foto: Felipe Villegas

El pasado 5 de diciembre, el presidente firmó el decreto que convierte a Colciencias en el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación. Un logro para un país que no ha tenido como prioridad la generación de nuevo conocimiento, como lo demuestra el hecho de que se invierta solo el 0,4 por ciento del PIB en investigación, uno de los menores porcentajes en la región.

¿Qué significa para el país tener un Ministerio de Ciencia y Tecnología? Es la oportunidad para que se coordine, desde las más altas instancias del Estado, un verdadero sistema nacional de innovación, algo que venimos reclamando desde hace muchísimos años.

Así lo hacen los países desarrollados. Constituyen un sistema con cuatro actores fundamentales: las empresas, el sistema de investigación y desarrollo (conocido como I+D, conformado por universidades y centros de investigación), el Estado y la sociedad civil. Todos los actores se articulan en cada nivel, tanto nacional, como regional y local, de manera innovadora con el objetivo común de aumentar la competitividad y la calidad de vida, generando bienestar social y beneficio económico para las comunidades y territorios.

En este sentido, la Misión de Sabios definió los objetivos principales que debe seguir la política en ciencia, tecnología e innovación para enfrentar tres retos principales: una Colombia biodiversa; una Colombia productiva y sostenible, con industrias de elevado contenido tecnológico, que sean innovadoras y cuiden el medioambiente, y un país inclusivo, donde toda la población pueda mejorar su nivel de educación, cultura y su crecimiento económico.

Teniendo en mente estos propósitos, ahora falta alinear a todos los actores del sistema en esa dirección, una labor que debe coordinar el nuevo ministerio, respetando siempre el sistema de I+D que era el pilar de Colciencias. Si no hacemos énfasis en que las universidades y los centros de investigación tengan claramente definidos sus roles para la generación de conocimiento en ciencias básicas, naturales, sociales y humanas, el sistema va a carecer de la materia prima necesaria para impulsar la innovación nacional.

En otros países, el Ministerio de Ciencia convive con la institución encargada de promover la investigación, lo que hacía Colciencias en Colombia. En Brasil, por ejemplo, la creación del ministerio no acabó con el Consejo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico. Además, en todos los países desarrollados, el ministerio se encarga de coordinar la política y, simultáneamente, hay un órgano encargado de entender cómo se genera el conocimiento, cómo se hace la investigación y promoverla.

El nuevo ministerio no debe descuidar el fomento al I+D. Las prioridades se definen con recursos económicos y, en realidad, poco de lo que ingresa al sistema de regalías se destina a proyectos de investigación y aún menos a las ciencias básicas. Este asunto debe ser una de las prioridades del ministerio. La innovación disruptiva, los grandes descubrimientos, se logran a partir de las ciencias de base, no solamente con proyectos aplicados, que casi siempre son el final de la cadena de generación de conocimiento.

Celebro que el presidente entienda que en el mundo de hoy la riqueza viene del conocimiento. Creo que por eso ha buscado invertir más recursos en las universidades, por eso hizo la Misión de Sabios. Ahora, es necesario que nos coordinemos todos alrededor de los objetivos que trazó esta última.

En esa articulación, el ministerio cumplirá un rol clave, garantizando que cada actor apunte al mismo objetivo. Un objetivo que no tiene resultados a corto plazo y no da triunfos para hacer política, pero es una responsabilidad con la sociedad, para que podamos tener un sistema de ciencias robusto y coherente que convierta al conocimiento en parte de la vida cotidiana de los colombianos.

*Rectora de la Universidad Nacional de Colombia