CIENCIA
La comunidad científica del mundo unida contra el virus
Los avances rápidos son alentadores, pero debemos tener cautela. Análisis de la periodista científica Ángela Posada-Swafford.
Cuando la comunidad científica a nivel global se dedica a trabajar unida en un tema crítico, pueden surgir colaboraciones internacionales extraordinarias. Proyectos increíbles como el acelerador de partículas del CERN, la Estación Espacial Internacional, el Proyecto Genoma Humano o el Banco de Semillas del Milenio. Pero quizá ninguno tan extremadamente veloz y electrizante como la respuesta masiva de la investigación científica, en todo el planeta, para entender y domar a la enfermedad coronavirus, covid-19.
En efecto, desde enero, cuando se reportó por primera vez el brote de covid-19 en Wuhan, China, la maquinaria se puso en marcha. Tan solo diez días después, el genoma del virus había sido secuenciado por investigadores chinos y puesto en la base de datos GenBank del National Center for Biotechnology Information con libre acceso a cualquier científico interesado en estudiar el misterioso patógeno.
A finales de enero, varios equipos de investigadores compartieron públicamente sus protocolos de pruebas moleculares con la Organización Mundial de la Salud, lo que permitió a científicos en Hong Kong y Alemania diseñar los primeros kits de detección.
Para marzo 18, centros de estudios en varios países aportaron otras docenas de nuevas secuencias de los 15 genes y 30.000 bases de la cepa del virus Sars-CoV-2, causante de la pandemia. Entre los resultados novedosos está la sugerencia de que el virus que tiene en jaque a la humanidad es realmente una recombinación, una mezcla de dos virus que terminaron intercambiando genes el uno con el otro. Por esta razón, entender su origen, quién sabe hace cuántos años en el pasado profundo o reciente, se hace más complejo aún.
Mientras tanto, los estudios se acumulan exponencialmente en la literatura científica: al momento de escribir esta nota, una búsqueda de “coronavirus covid19” en la base de datos PubMed del United States National Library of Medicine arrojó 939 artículos de investigaciones, y la cifra cambia casi a diario. En la base de datos global ScienceDirect, operada por Elsevier, aparecen cerca de 20.000 resultados que mencionan al virus o la enfermedad. Y cuatro importantes revistas indexadas de medicina liberaron el acceso a sus artículos sobre coronavirus: New England Journal of Medicine, The Lancet, Journal of the American Medical Assocation y el BMJ (British Medical Journal).
“La experiencia obtenida de los brotes virales en las últimas dos décadas ha ayudado a posicionar mejor la respuesta internacional en términos de alcance y velocidad”, escribió Nature Medicine en un editorial de febrero. “El brote de SARS, que mató a 774 personas en todo el mundo, y la aparición en 2012 del coronavirus causante del síndrome respiratorio del Oriente Medio (MERS-CoV) estimularon el desarrollo de una amplia gama de herramientas de investigación, plataformas de vacunas, diagnósticos y terapias potenciales que han producido muchos conocimientos científicos sobre la biología del coronavirus y que ahora se están traduciendo al nuevo virus”, añade.
Pero al mismo tiempo, en esta ciencia recién salida del horno y que necesitamos desesperadamente, la humanidad entera es un conejillo de indias. La búsqueda de una vacuna es vital, pero también lo es no apresurarse, saltándose los protocolos de seguridad. “Es esencial que trabajemos rápidamente para desarrollar drogas y vacunas que sean ampliamente accesibles en todo el mundo”, escribe Shibo Jiang, profesor de virología de la Universidad de Shanghái en Nature Medicine. “Pero es importante no escatimar”, agrega.
Por su parte, en Colombia, el Ministerio de Ciencia y Tecnología trabaja desde el pasado martes 24, cuando empezó a regir el decreto de aislamiento, en escoger las mejores iniciativas provenientes de una reciente convocatoria a nivel nacional, para prevenir y combatir al covid-19 en el país, y poner su contribución en este esfuerzo histórico de los humanos contra este enemigo invisible.
*Periodista científica
Lea también: El mundo en una carrera contrarreloj para vencer al covid-19