CONSTRUCCIÓN

Construir paz a través del fútbol, una gran jugada de Constructora Bolívar

Trescientos niños y jóvenes de algunos conjuntos edificados por esta compañía en Bogotá y Santa Marta, resuelven sus conflictos en las canchas.

2 de junio de 2018
Jóvenes pertenecientes al programa 'Convivir Jugando' de constructora Bolívar. | Foto: Julián Galán

Resulta difícil imaginar un partido sin árbitro. Pero aquí, en las canchas donde trabaja la Constructora Bolívar, los propios deportistas ponen sus reglas, juegan, eligen al ganador y celebran los goles del equipo contrario. Esta peculiar manera de vivir el fútbol es impulsada por el programa Convivir Jugando, con el que la compañía busca formar nuevos líderes que puedan encontrar soluciones para los problemas de sus comunidades.

La iniciativa, que nació en 2017, fue creada con el fin de generar capital social entre los habitantes de las residencias edificadas por la constructora. “Para nosotros es muy importante que una comunidad pueda organizarse y realizar proyectos que beneficien a la sociedad. Nosotros incentivamos a los niños para que utilicen bien su tiempo libre y se hagan fuertes como colectividad”, dice Alejandra Robledo, gerente de creación de capital social de la entidad. 

Así es como todos los sábados, a las siete de la mañana, las fronteras invisibles de los vecinos en distintos conjuntos de Bosa, Soacha y Santa Marta, desaparecen. Los habitantes de los edificios hechos por la constructora olvidan los estigmas, sus diferencias sociales y económicas, para jugar en un entorno de paz donde los goles y la competencia no definen los resultados, pero la manera en la que se comportan sí. 

De hecho, jóvenes entre los 13 y 17 años cambiaron sus malos hábitos para formar sus propios equipos de fútbol. Johan, quien vive en Bosa, es uno de ellos. Él dejó las drogas y las cambió por su adicción al balompié. “Convivir Jugando es muy interesante porque reúne a nuestra comunidad. Aleja a los niños del consumo de drogas y de todos los peligros que hay en las calles. Acá podemos hacer lo que más nos gusta: jugar fútbol”, afirma.

Con ayuda de la Fundación Tiempo de Juego, Constructora Bolívar estableció una metodología que se basa en estimular los valores básicos de la ética en la cancha. El trabajo en equipo, la igualdad de género y el respeto son tan importantes como las habilidades deportivas. Por ejemplo, para evitar la discriminación entre niños y niñas, todos los deportistas interactúan de igual manera en el mismo espacio.

El objetivo principal de esta iniciativa es enseñar a los jóvenes que habitan en estos barrios vulnerables de Bogotá a resolver sus conflictos a través del diálogo. Y como asegura Michael, uno de los jugadores del equipo de Bosa: “Cuando yo vivía en otro barrio tenía muchos problemas con mis vecinos, pero acá he aprendido a distraerme y a relajarme con el balón. Aprendemos a respetar a la gente”.