FOTORREPORTAJE
“Las vacunas, como las semillas, deben ser patrimonio de la humanidad”
Así lo dice el experimentado y comprometido fotoperiodista Jesús Abad Colorado, en este texto, que acompaña varias de sus fotos que nos gritan: ¡tenemos que cuidar a nuestros campesinos!
Las fotografías que acompañan este texto y que elegí cuidadosamente para la edición especial que usted está leyendo, reflejan todo mi compromiso y mi amor por Colombia, por su gente y por una geografía maravillosa que conocí dando pasos entre la violencia. Créanme que sí podemos habitar con esperanza.
Recuperar el derecho a vivir con salud y sembrar la tierra en paz debería ser el sueño no solo de los campesinos, sino de todo un país que necesita trabajar por el bienestar de sus habitantes; que exige el respeto a la vida y que se proteja su maravillosa naturaleza.
Hoy, en medio de este encierro causado por una pandemia global y no por la guerra que ha desplazado y matado en silencio a miles de campesinos, ¿hemos pensado en su suerte desde nuestra comodidad en las ciudades? ¿Nos hemos preguntado qué haríamos si esas familias tuvieran que refugiarse en sus hogares y no pudieran sembrar o cosechar más?
Las vacunas, como las semillas, deben ser patrimonio de la humanidad, no de laboratorios o multinacionales. Tan importante es un equipo médico en esta pandemia, como una familia de agricultores. En la práctica no es igual, porque vivimos en un país estratificado e injusto con unos y otros. Desde hace muchas décadas ni la salud ni la agricultura han sido prioritarias para quienes nos gobiernan, líderes que no saben caminar por estos territorios y, menos, ver con dignidad.
Me pregunto si estaremos aprendiendo la lección. A veces siento que los aplausos que se dan en esta temporada tienen razones mediáticas; se aplaude más por el miedo que por el compromiso con la vida y el corazón.
*Fotoperiodista.
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