Local y cosmopolita, así es el Museo de Arte Moderno de Medellín

En medio de la zona industrial de Medellín se construyó un escenario para promover la cultura. Aquí se exhiben más de 2.000 piezas –en su mayoría del siglo XX–, exposiciones permanentes y temporales de obras de artistas alrededor del mundo.

El Museo de Arte Moderno de Medellín (MAMM) es, en palabras de su directora, María Mercedes González, “una expresión de la transformación de la ciudad en las últimas décadas a través del lenguaje creativo. Los artistas expresan a su manera distintos hechos y temas de relevancia para Medellín, para el país y para el mundo”.

Sus puertas se abrieron en 1978 y su proyecto de expansión en Ciudad del Río se inauguró en 2015. Antes de entrar, la ciudadanía ya estaba sorprendida por la arquitectura y el diseño, que rompen con el concepto tradicional de un museo. No es un recinto cerrado sino un espacio abierto con restaurantes, parques, cafés y tiendas al que asisten, en promedio, 110.000 visitantes al año. Aquí se respira cultura pero también se siente el espíritu de la ciudad.

Uno de sus principales atractivos es ‘La Noche Extendida’. Esta actividad se celebra el último viernes de cada mes y consiste en abrir las puertas para que el público ingrese de manera gratuita desde las seis de la tarde hasta las diez de la noche. Para hacer de este tiempo una experiencia todavía más especial, siempre se proyecta una película o documental al aire libre. A veces son clásicos del cine europeo, documentales, películas animadas o filmes taquilleros.

Los extranjeros que han tenido la oportunidad de asistir a una ‘Noche Extendida’ quedan fascinados. De hecho varios le han sugerido al museo que las películas tengan subtítulos en inglés. A hoy, miles de personas han participado de esta actividad que aplaudió la revista Forbes. En su artículo ‘Las 10 ciudades más ‘cool’ alrededor del mundo para visitar en 2018’, aparece Medellín. En la reseña de la ciudad se advierte que ‘La Noche Extendida’ es uno de los mejores planes.

Por todo esto, concluye González, “el MAMM es un símbolo muy elocuente de la ciudad. Es un museo local, pero a la vez cosmopolita. Es un museo que mira hacia adentro, pero también hacia afuera. Tiene la expectativa de conectar a la gente de esta región con otras latitudes y con otras geografías”. Y lo está consiguiendo.